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Los veintisiete países de la Unión Europea llegaron a un acuerdo de reducción del consumo energético ante los previsibles problemas en el suministro de gas durante el próximo invierno. Los ministros de Energía decidieron que la reducción del consumo de gas será voluntaria, tal como había pedido España, que, todo hay que decirlo, se ha comprometido a ahorrar un 7 por ciento del consumo de los particulares y de las industrias.
Pero la Comisión Europea podrá imponer un ahorro del 15 por ciento en el caso, más que probable, de que se produzca una alerta energética a causa de un grave riesgo, como el de que Putin cierre el suministro de gas a Europa. Si la inconsecuente aplicación que el Gobierno ha puesto en marcha ha provocado el actual revuelo, no quiero imaginar el que pueda suponer aplicar en pleno invierno el ahorro del 15 %.
Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.
Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.
El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".
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