Tengo la impresión de que China, que haciendo mucho menos ruido que Rusia, se ha convertido en el principal socio económico del continente africano y goza de las simpatías de la opinión pública. La UE y EE.UU. han lanzado sendas iniciativas para contrarrestar esa influencia, pero tarde y de forma tímida. Tampoco ayuda el pasado colonial, el histórico y el más reciente.
La buena noticia para Europa es que la mayoría de países africanos están abiertos a mejorar las relaciones. Pero para eso hay que poner algo interesante sobre la mesa y parece que Europa no lo está poniendo.
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