El Gobierno de Eslovenia ha empezado este miércoles a erigir una valla en varias
partes de su frontera con Croacia, apenas un día después de que el Gobierno anunciara
que levantaría "barreras técnicas" para "dirigir" el flujo migratorio.
Varios camiones cargados con vallas llegaron a primera hora del día a la localidad
eslovena de Veliki Obrez, ubicada cerca de la frontera con Croacia, donde ya se han
levantado cerca de dos kilómetros de valla.
Asimismo, las autoridades han levantado otros cien metros de valla en una zona
abierta cerca de la localidad de Gibina, en el este del país. Por el momento no hay
inmigrantes presentes en ninguno de los dos puntos, que cuentan con un gran
despliegue del Ejército y la Policía.
La decisión ha sido criticada por Croacia, que ha dicho que "sería mejor que
construyeran centros de recepción". "Ninguna valla puede evitar que la gente busque
su camino, y es mejor que lo hagan de forma organizada", ha apuntado el ministro del
Interior croata, Ranko Ostojic.
Sin embargo, el secretario de Estado de Interior esloveno, Bostjan Sefic, ha aclarado
que su Gobierno no planea "reducir significativamente" la llegada de inmigrantes, sino
"dirigir el flujo a los puntos de entrada controlados".
El primer ministro de Eslovenia, Miro Cerar, también afirmó el martes que se
levantarían "barreras técnicas temporales" en la frontera con Croacia para "dirigir" el
flujo migratorio, aunque aclaró que el país seguirá abierto para los miles de refugiados
que intentan seguir su ruta hacia el centro de Europa.
El primer ministro insistió en que no se trata de un bloqueo: "No vamos a cerrar la
frontera". "Queremos garantizar que haya un flujo de inmigrantes controlado y seguro e
impedir una catástrofe humanitaria", justificó.
Más de 170.000 inmigrantes y solicitantes de asilo de Oriente Próximo, Asia y África
han llegado a Eslovenia desde mediados de octubre, cuando Hungría decidió cerrar su
frontera con Croacia.
El endurecimiento de los controles en la frontera húngara terminaron empujando a los
refugiados hacia Eslovenia, que aún espera recibir unos 30.000 inmigrantes más en
cuestión de días