Hablemos del ser y del estar. A ver, ¿Estamos tontos, o somos tontos? Hoy he leído en la prensa lo siguiente: ”Medvedev puede perderse Wimblendon. El Gobierno británico quiere que los deportistas rusos y bielorrusos expresen un rechazo expreso a Putin”. Y he pensado: ¿el paso siguiente será que los tenistas rusos renieguen de su fe, como ya pasó con los judíos?
Es que no avanzamos, nenes, dejaros de hurgar en las narices y sacar bolitas en público ¡hombre! Eso se hace cuando uno está a solas parado ante un semáforo en rojo, ¿es que no nos cansamos de hacer el ridículo? Leí en la prensa que, entre otros, EE.UU. e Inglaterra participaron en el entrenamiento de los grupos neonazis ucranianos (AZOV), y ahora exige a los tenistas rusos que sean buenos chicos y digan cosas que les podría aportar problemas en su propio país de origen ¡hipócritas! Enlazando con el título de este artículo, diré que Estados Unidos le da falsas expectativas a Ucrania porque de esa manera le puede vender más armas. Y prueba de ello es lo descabellado de esta afirmación; sin contar que cuanto más destrocen las ciudades, más habrá que reedificar y ¿a qué no saben quién se llevará el dinero gordo de la reconstrucción de Ucrania?
En fin, el verdadero enemigo de Ucrania es Estados Unidos. Y me parece un error de incalculables consecuencias, que andemos jugando a demonizar a Putin, venderle armas a Ucrania y darles falsas esperanzas de que ellos pueden ganar a Rusia.
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