Quizás lo más inquietante en el temario que el Gobierno está elaborando para las enseñanzas mínimas de Bachillerato, especialmente en relación con la historia, es que este plan, según los historiadores, confunde memoria e historia. La memoria es la experiencia personal y subjetiva que se tiene de un acontecimiento. La historia es una ciencia que busca la objetividad.
Al temario le sobran apreciaciones subjetivas, parciales y cambiantes, lo que significa que es demasiado ideológico, que se quiere imponer la valoración de la historia que hacen algunos. La enseñanza de la Historia es una herramienta imprescindible para incrementar la dignidad y libertad intelectual de las personas. Más historia significa más capacidad crítica para las nuevas generaciones, en definitiva, más libertad.
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