Sra. Isabel Díaz Ayuso, las últimas palabras de un amigo mío fueron:” Venancio, no pierdas la inocencia”. A lo largo de la vida, Isabel, nos llevamos decepciones, desilusiones, desencantos, disgustos, frustraciones, escarmientos, chascos, patadas, etc. Y como a los árboles, el paso de los años nos va dejando cercos. Marcas que nos podrían condicionar el resto de nuestros días si dejamos que nos envenenen el carácter.
Ha de saber que usted se metió en un sitio peligroso en este sentido. Como usted bien dice, es normal que los miembros de otros partidos quieran hundirla. Lo que no se esperaba, es que su propia familia política le claven esos puñales.
Personalmente estoy sorprendido ante las últimas noticias. Pero, recapacitando un poco sobre la cuestión y en vísperas de que esto se aclare, lo sucedido no me extraña. Como ejemplo de miseria humana, ahí tiene el comportamiento del PSOE queriendo sacar tajada de la situación. Como se podrá imaginar, yo no milito en ningún partido pues opino que el ser humano no es de fiar. Donde sí estoy afiliado es a la verdad, sea donde sea y la pronuncie quien la pronuncie y como somos un porcentaje, no me caso con nadie. Reciba mezclado en estas líneas todo mi afecto y consideración.
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