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Por mucha manipulación que hagan, por mucho virus que propaguen, por mucha Gobernanza, por mucho Nuevo Orden Mundial, por mucha desacralización de la Iglesia Católica, por muchos artilugios y maleficios de Satanás, aunque los montes se desplomen y el mar inunde la tierra, yo sigo creyendo en Cristo mi Rey, mi Dios, mi Salvador. Nada ni nadie puede apartarme del amor de Cristo. Cristo y yo mayoría absoluta.
En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.
Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".
Evidentemente, las pensiones no pueden subir menos que el IPC anual, porque la subida es del cómputo medio del año anterior y en febrero de cada nuevo año el coste de la vida ya se ha incrementado más, y los jubilados tienen que esperar a que transcurra el año, para que se revaloricen sus ingresos.
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