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Nadie sabe,en el sentido estricto del término, si Dios existe o no. Si alguien dice: “Sé que Dios no existe”, desde luego no es un ateo, es un imbécil. Porque realmente nadie lo sabe.
De igual manera dijera: «Sé que Dios existe», sería un imbécil que tiene fe y que cree que su fe es un saber. Que tenga fe no molesta en absoluto. Pero que crea que su fe es un saber es confundir dos conceptos distintos: el de creencia y el de saber.
En resumen, el ateo no dogmático no sabe si Dios existe o no; solamente cree que no existe. Por tanto ser ateo no dogmático, por tanto, es creer (y no saber) que Dios no existe.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.
El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.
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