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Hay programas de televisión que se han convertido en una mezcla frívola de información de celebrities y entretenimiento, a costa de las intimidades que, en muchos casos tras pasar por caja, airean los propios protagonistas. Eso es ya bien conocido, lo novedoso, como ha sucedido en estos días, es que haya miembros del Gobierno que se sumen al show.
Resulta inaudito que la Ministra de Igualdad se meta en esa ciénaga para acusar, sin prueba alguna, de violencia y abusos contra su mujer, a un ciudadano que hasta el día de hoy ha sido absuelto por los tribunales. El sectarismo ideológico cruza varias líneas rojas cuando, además, se exhibe en programas de televisión y muestra toda su indigencia intelectual al descubierto, además de tratar de deslegitimar a la Justicia y de alentar un linchamiento popular por parte de unos espectadores a los que se les trata como meros consumidores de pan y circo.
No voy a matarme mucho con este artículo. La opinión de mi madre Fisioterapeuta, mi hermana Realizadora de Tv y mía junto a la de otras aportaciones, me basta. Mi madre lo tiene claro, la carne le huele a podrido. No puede ni verla. Sólo desea ver cuerpos de animales poblados de almas. Mi hermana no puede comerla porque sería como comerse uno de sus gatos. Y a mí me alteraría los niveles de la sangre, me sentiría más pesada y con mayor malestar general.
En medio de la vorágine de la vida moderna, donde la juventud parece ser el estándar de valor y el ascensor hacia el futuro, a menudo olvidamos el invaluable tesoro que representan nuestros ancianos. Son como pozos de sabiduría, con profundas raíces que se extienden hasta los cimientos mismos de nuestra existencia. Sin embargo, en muchas ocasiones, son tratados como meros objetos de contemplación, relegados al olvido y abandonados a su suerte.
Al conocer la oferta a un anciano señor de escasos recursos, que se ganaba su sobrevivencia recolectando botellas de comprarle su perro, éste lo negó, por mucho que las ofertas se superaron de 10 hasta 150 dólares, bajo la razón: "Ni lo vendo, ni lo cambio. El me ama y me es fiel. Su dinero, lo tiene cualquiera, y se pierde como el agua que corre. El cariño de este perrito es insustituible; su cariño y fidelidad es hermoso".
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