A principios del año 2006, en mi artículo ‘2006, año Mozart’, publicado en este diario Siglo XXI, escribía yo lo que sigue: "Sonatas para piano: me parece de referencia la integral de la pianista portuguesa María João Pires (Deutsche Grammophon). En términos más asequibles, la compañía discográfica Brilliant Classics posee en su catálogo otra excelente integral, interpretada por Klara Würtz".
Bien, pues, en uno de mis peregrinajes por las casas de discos que existen en Valencia, ciudad donde nací, habito y, supongo, pasaré a mejor vida, recientemente me he tropezado con algo que desconocía y que quiero compartir con ustedes, callados lectores. Y es que la discográfica Brilliant Classics, además de la versión que ya conocía de Klara Würtz, incluye en su catálogo otra integral de las Sonatas para piano de W.A. Mozart a cargo de la pianista Maria João Pires (Lisboa, 1944), una de las que mejor interpretan, en mi modesto entender, esta obra tan emblemática del compositor salzburgués. Esta versión fue registrada por Maria João Pires entre los meses de enero y febrero del año 1974. Y es que la portuguesa ha tenido el enorme valor de encerrarse dos veces en un estudio para grabar la integral de las sonatas mozartianas. La segunda de ellas, que es la que yo les citaba por aquel entonces, tuvo lugar en el año 1991 para la compañía Deutsche Grammophon.
El estuche de Brilliant Classics se presenta en una sencilla cajita de cartón, con cinco cedés en su interior, calidad DDD, la más alta en grabaciones digitales, acompañados de un pequeño folleto de 8 páginas donde se hace un resumen de cada una de las sonatas, así como de los principales datos biográficos de la pianista lisboeta. La versión de Maria João Pires me resulta espléndida, teniendo en cuenta que apenas tenía treinta años cuando realizó la grabación. Esta mujer, a la que me consta que no le gusta que la encasillen sólo como intérprete de la obra pianística de Mozart (ha grabado composiciones de todos los grandes del piano: Schubert, Chopin, Schumann, Franck, Grieg y Brahms), tiene un don especial para entender estas sonatas. Domina sus tempi como nadie y hace sonar el piano como música celestial o como me imagino que debe sonar (ignoro si algún día escucharé o no sus acordes, los de la música celestial digo). Las sonatas de Mozart fueron concebidas para ser escuchadas en la quietud de la noche o en el silencio de un atardecer en el campo, a media luz y a media voz. Prohibidos los potenciómetros a toda mecha. Al contrario, soto vocce, invitándonos a reflexionar, a pensar o, simplemente a escuchar. Así es como le sacamos todo el partido a estas partituras de Wolfang Amadeus y como su sensibilidad – y la de la Pires – alcanzan el summum.
Brilliant Classics es una curiosa compañía. Para llevar adelante su proyecto de acercar la música clásica a los bolsillos más modestos, la discográfica holandesa reedita grabaciones con licencias ya publicadas y rentabilizadas y, cuando quiere efectuar sus propias producciones, recurre a artistas jóvenes o poco conocidos. Fue de este modo, como en el año 2006, el año del doscientos cincuenta aniversario del nacimiento de Mozart, a un precio increíblemente bajo, presentó la integral de su obra, un estuche de 170 cedés, que se vendía a menos de 100 euros.
Estas Sonatas de Mozart interpretadas por la pianista portuguesa se vende al increíble precio de 18,76 euros, mientras que la versión de la propia Pires, editada en septiembre de 1991 por la compañía Deutsche Grammophon, sale a la venta a 104 euros. La diferencia es notoria en el terreno económico, como pueden comprobar. En fin que, con todos estos antecedentes, no puedo por menos que recomendarles esta versión de las Sonatas de Mozart interpretadas por Maria João Pires en 1974.
Mientras acabo este artículo, suena en la madrugada de mi casa la Sonata número 11, KV331, una de mis favoritas. Espero que pronto también lo sea de ustedes, mis invisibles lectores.
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