FRANCISCO JAVIER DE URQUÍA, JUEZ EN MARBELLA, SUSPENDIDO POR PRESUNTO COHECHO Y PREVARICACIÓN.
Parece que sobre Marbella planee el ángel exterminador de corruptos. Una Gran Corrupción es forzosamente un cáncer con metástasis, abarca toda la pirámide administrativo política. Denuncias archivadas, perjudicados arrasados, expedientes defenestrados, “la juez Ramírez y su padre”, la Audiencia, la Junta, y el colchón de quienes delinquen por OMISION, incumpliendo el art. 144 de la LEC, funcionarios que conociendo los delitos no denuncian por miedo, o no perder tristes momios. Y para repetir los disparates del GIL y las cientos de chapuzas del vulgar Muñoz faltan más político-funcionarios en el sumario. Pero a Marbella, a diferencia de Barcelona, llegó “alguien decente”, un juez y su fiscal. Un proceso muy común a nivel mundial, y con infinidad de películas, alguna, “obra de arte”. En dos años por corrupción municipal, Operación Malaya, 96 detenidos, y por blanqueo 23. 119, sin entrar en drogas. Y constantemente me pregunto, si en una ciudad pequeña, y a pesar de su gilesca historia con cifras de corrupción muy inferiores a la gran Barcelona (donde se genera al año VARIOS BILLONES en pesetas de DINERIO NEGRO), se detienen de una tacada 119 personas, ¿por qué en mi ciudad nunca ha sucedido ni de lejos algo parecido?. A nadie se le ocurriría detener a MARAGALL, tras denunciar en el PARLAMENT un 3% (muy moderado él, porque al único denunciante, un arruinado subcontratista, le exigieron un 20%) en los contratos públicos, y acto seguido trasladarlo al Juzgado de Guardia para que “deponga”. O infinidad de delitos denunciados hasta por la Prensa y “no pasa nada”.
La respuesta, los coherentes discursos de los fiscales jefes, hasta hace poco VITALICIOS, iniciados en el franquismo y refrendados por izquierda y derecha hasta su reciente jubilación, José María Mena y Carlos Jiménez Villarejo (nombrado por el Gobierno González Jefe de Anticorrupción, por lo bien que contuvo la corrupción barcelonesa). En Barcelona lo poco dinamitado de la Gran Corrupción se prendió desde fuera. La “filosofía” de magistratura y fiscalía, minimizar y eternizar los grandes casos (sobre los menos grandes, ni se sabe). Los casos se instruyen en meses o años según convenga, en mi caso el Consorcio de la Zona Franca, se cerró en OCHO MESES denegando todas las pruebas y los demás “grandes económicos” con una media de DIEZ AÑOS. “Caso aislado”, decía José María Mena. “Nos temimos una generalización…”, añadía cuando ante la prensa informó sobre Luis Pascual Estevill. Al igual se libró la esposa, Nuria Franquesa, licenciada en Filosofía y Letras, que cual otra Zaldívar, administraba sociedades, y es de suponer vería “las bolsas del Corte Inglés” con 50 millones de la FECSA. ¿ARBITRARIEDAD O CORRUPCIÓN?. ¿Por cuantos silencios pactaría Pascual?. Con la “filosofía Pascual barcelonesa” el Juez Torres y su fiscal podrían haber ingresado 5.000 millones de pesetas. Demasiado Poder y demasiada Corrupción por TODO el País para que por acción u omisión los FUNCIONARIOS no caigan en la tentación.
Y en treinta años solo tres desatinados jueces son condenados, Penalva y Lavernia (“contratados” por Piqué Vidal), monopolizadores durante décadas de las SUSPENSIONES DE PAGOS Y QUIEBRAS, y Luis Pascual Estevill, otro psicópata del dinero (los tres en el colmo de la desvergonzada impunidad ya ni se molestaban en ir a Andorra, ingresaban los millones en las agencias bancarias cercanas a su domicilio y despacho). Nunca antes se condenó a Juez alguno, y ahora ni ocurrírseles las obscenas (en cuanto al gasto) tertulias del Derbi, Ideal, Marfil, Dry Gim, Petit París (con las correspondientes señoritas rondando), o las exquisitas comilonas en Finisterre, Vía Véneto, La Puñalada, Orotava, Nichel, Reno, aunque el tradicional Adolfo Fernández Oubiña siga con asiduidad, ya jubilado, rodeado de su corte consumiendo marisco en la terraza de Mallorca-Aribau, a pesar de que su deterioro y barriga aconsejarían moderación.