El Atlético de Madrid sucumbió este domingo (2-0) en su visita a
Balaídos, en la vigésimo tercera jornada de la Liga BBVA, una dolorosa
derrota que llega una semana después de arrollar al líder Real Madrid y
que les aleja a siete puntos de los blancos, fruto de la peor versión
rojiblanca de la temporada, con un gran Celta en frente, y de la mala
fortuna con las decisiones arbitrales.
Las sensibles bajas de Koke, lesionado, Arda Turan y Raúl García,
sancionados, que dejó el derbi en el Calderón no encontraron remedio,
como en tantas otras ocasiones sí lo hicieron, en las rotaciones del
'Cholo'. El Atleti firmó una primera mitad para olvidar y, con un Celta en línea ascendente en
los últimos partidos, se vio por debajo en el marcador cuando parecía reaccionar en la
segunda mitad.
Nolito, de penalti en el 59' tras una primera mano de Augusto protestada por los
visitantes, y Orellana, diez minutos después con un fuerte disparo encontrando premio a su
gran partido, confirmaron la tragedia para un Atlético que pasó en siete de días del disfrute
total al amargo sabor de la derrota. Aquella gesta y exhibición ante los de Carlo Ancelotti
quedará para la historia de la Liga, pero aquellos tres puntos vuelan ahora con esta derrota
en Balaídos, tropiezo tras las victorias de Madrid y Barcelona.
El técnico local, Eduardo Berizzo, que ya sacó un empate (2-2) en la ida en el Calderón,
volvió a igualar en intensidad a los pupilos de su homólogo y compatriota. El Celta se hizo
bien pronto dueño del partido ante un Atleti desconocido, con Griezmann, Torres y
Mandzukic juntos como titulares por primer vez, sin posesión de balón ni llegadas a la
portería rival y con muchas imprecisiones. El croata tuvo la única de la primera mitad en la
recta final, pero su disparo blando lo atajó Sergio sin problemas.
El esquema del Atleti no funcionó ante un Celta liderado por un omnipresente Orellana y
acechante con un Nolito en racha. Pasaban 20 minutos y Mario Suárez ya calentaba en la
banda, entrando poco después por Tiago. El 'Cholo' buscó pronto la solución pero hasta la
segunda mitad, donde entró también Cani por Torres, no llegó la mejora visitante más por
rabia que por juego. El partido comenzó a cambiar, pero el Celta asestó el primer golpe
desde el punto de penalti.
Los de Simeone reaccionaron encadenando varias llegadas a la meta rival con
Griezmann demostrando su gran estado de forma, pero el Celta buscó tranquilizar el
partido manejando el balón y llegando también con peligro. Así, fue Orellana quien
encontró puerta para dejar al Atleti contra las cuerdas y confirmarse como el mejor del
partido. Los rojiblancos no tiraron la toalla y pudieron meterse en el mismo con un penalti
que reclamaron de Fontás a Siqueira, pero ni el fútbol ni la suerte estuvieron con el Atleti.
El Celta dejó así atrás los malos tiempos, con dos victorias y un empate en los últimos
tres partidos, a costa de un Atlético que se complica la defensa del título liguero una
semana después de avivar la competición ante el líder.