La tecnología ponible, del inglés 'wearable', es aquella que se
puede llevar puesta. Son 'gadgets' con la forma de una prenda
o, visto justo al revés, prendas provistas de sensores y/o un
procesador y memoria para gestionar información. Pueden
también incorporar pantalla.
El auge mediático de la tecnología ponible se produjo hace
aproximadamente dos años, tras el anuncio de las Google Glass
y la proliferación de los relojes inteligentes o 'smartwatches'.
Esta ecolosión de los dispositivos que se pueden llevar puestos
supuso un reto para los periodistas y lingüistas de habla
hispana, que no sabían bien cómo traducirlo. Fundeu sugirió
"tecnología ponible", en un artículo que dice lo siguiente:
"Para referirse a la tecnología que incorporan estos
dispositivos, prendas y complementos lo más adecuado es
recurrir al adjetivo ponible, formación regular a partir del verbo
poner, que alude al hecho de que estos objetos tecnológicos se
pueden llevar puestos.
Además, cuando se quiera aludir a cada prenda o complemento concreto, y no al tipo de tecnología que incorporan, se puede recurrir al prefijo tecno- y a los adjetivos tecnológico e inteligente.
De esta forma, un dispositivo 'wearable' pueden ser unas gafas
de realidad aumentada, un casco de realidad virtual, una
pulsera cuantificadora, un reloj que recibe notificaciones,
que se ajusta solo o para monitorizar
pacientes.
Vamos, que cualquier prenda que ya exista se puede convertir en
un dispositivo ponible con un poco de imaginación. Pero, ¿cómo
se mide la inteligencia de un 'wearable'? Son todos igual de
inteligentes? La compañía de análisis Ovum define cuán
inteligente es un ponible según un "índice" compuesto de
cuatro niveles:
- Índice 1 (básico): Únicamente capacidades sensoras; sin
pantalla; sin aplicaciones; necesita un segundo dispositivo para
funcionar "como un smartphone".
Aquí podríamos meter la primera Smartband de Sony, con Core
en su interior, y otras muchas pulseras de ejercicio.
- Índice 2 (inteligente): Tiene una pantalla, pero
capacidades limitadas; no tiene aplicaciones de terceros;
necesita un segundo dispositivo para funcionar como un
'smartphone'.
Aquí se encuentran la mayoría de pulseras y relojes
inteligentes actuales, por encima o por debajo, según sus
características únicas. Por ejemplo, la pulsera no tiene
pantalla, pero además de medir la actividad, tiene unas luces que
sirven de reloj.
- Índice 3 (súper inteligente): Tiene pantalla; permite la
instalación de aplicaciones; necesita un segundo dispositivo
para funcionar como un 'smartphone'.
Los relojes Android Wear, como el LG G Watch R, rondarían
esta categoría y también el futuro Apple Watch.
- Índice 4 (autónomo): Tiene pantalla; tiene su propio
ecosistema; puede funcionar de manera completamente
independiente.
Aquí hay pocas opciones. Un ejemplo es el Gear S de
Samsung, con sistema operativo Tizen, que se vincula con el
reloj, pero tiene su propia cobertura y puede funcionar como un
teléfono conectado a Internet.
En este sentido, actualmente esta empresa de análisis considera
que la media del índice de inteligencia es 1,27 y que subirá
hasta el 1,88 en 2020. Es decir, que dentro de cinco años, el
'wearable' medio tendrá la inteligencia del Apple Watch y de los
Android Wear, que actualmente son mucho más avanzados que la
mayoría.