“Sol rojo y arena negra”, título original de la película y escenario de una historia desgarradora. En su último trabajo como director, Clint Eastwood denuncia la guerra y alaba la humanidad. Todos somos seres humanos. Todos los soldados lo eran en Iwo Jima: americanos (protagonistas de Banderas de nuestros padres) y ahora, japoneses. Se cierra el círculo bélico de la batalla más sangrienta e inútil de la Segunda Guerra Mundial. El resultado es un díptico redondo; el director de San Francisco ha bordado una gran historia hiperrealista, sobrecogedora y cercana al clasicismo cinematográfico.
Cartas desde Iwo Jima es un canto al cine más sincero. Eastwood ha rodado en japonés, sin entender el idioma. No lo necesitaba, porque su mensaje es universal y de fácil traducción sin los subtítulos. El guión, por si acaso, lo firman Paul Haggis, triunfador y atareado después del fenómeno Crash, e Iris Yamashita, guionista japonés. Pero la película no será recordada por sus frases, algunas excesivamente líricas y conmovedoras, sino por sus imágenes. La narración desde Iwo Jima, con escenarios reales, es contenida y a la vez, grandiosa, desgarrada pero esperanzada. Su pureza en el uso de los cánones cinematográficos ancestrales engrandecen el retrato en sepia, de grandes planos generales y pequeños hombres de vidas comunes, que dudan de sus convicciones patrióticas al saber que nada les diferencia de su enemigo.
La película es rojo de sangre y negro de muerte, efigie de una guerra y del hombre que la provoca, capaz de lo mejor y lo peor. “Haz lo correcto porque eso es lo correcto”. Así dice uno de los protagonistas y así lo hace Clint Eastwood. Corrección sin preciosismos, manejo firme del plano, y confianza en actores que parecen cualquier persona: Tsuyori Ihara (como el Barón Nishi, ex jinete olímpico), Kazunari Ninomiya (joven panadero en el filme y superviviente a 140 minutos de metraje) y Ken Watanabe (único famoso del reparto que, después de El último samurái, Batman Begins y Memorias de una Geisha, vuelve a demostrar que es actor más allá de Hollywood. Una enseñanza suya mientras se estremece ante una radio: niños, una canción, todas sus ilusiones en Iwo Jima. Pero la grandeza y el honor de una patria no están en esa batalla ni en ninguna. Así lo cree Eastwood, en su trabajo número 30 como director, y su último regalo para los cinéfilos que aún creen en el cine y para los hombres que aún creen en el hombre.
FICHA TÉCNICA:
- Calificación: 4. - Estados Unidos, 140 minutos, japonés e inglés (V.O.S.).
- Director: Clint Eastwood. - Guión: Iris Yamashita y Paul Haggis.
- Reparto: Ken Watanabe, Kazunari Ninomiya, Tsuyoshi Ihara.
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