Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Carta al director

Vergüenza ajena

Ignasi Castells (Barcelona)
Redacción
martes, 6 de febrero de 2007, 21:51 h (CET)
Hay quién afirma con rotundidad que es la vergüenza, en sus diferentes intensidades, la emoción que verdaderamente regula nuestras interacciones con los demás. Me imagino que habrá muchos incrédulos, pero lo cierto es que las palabras que utilizamos para expresar este sentimiento, definen con precisión matemática el estado de nuestra relación con el mundo. Es el termómetro de nuestro amor propio.

Así, cuando uno cree que su comportamiento no ha estado a la altura de las circunstancias, e imagina que va a ser objeto de un juicio negativo por parte de los demás, dice que “se le cae la cara de vergüenza”, y cuando considera que su falta ha sido más grave, declara cabizbajo que “se muere de vergüenza” mientras esconde, con ambas manos, su rostro ruborizado. Por haberlos, también los hay que, escasos de este sentimiento, hablan de la vergüenza como de algo inútil, y por último, en alza, los que simplemente no la tienen o la han perdido por el camino, junto con la dignidad. Son los que el diccionario define como sinvergüenzas. Faltan al respeto, despotrican, e insultan, con la misma impasibilidad e indiferencia del que pide un café. Ellos son los que consiguen que, a más de uno, se nos ponga la cara colorada como un tomate. Vergüenza ajena.

Noticias relacionadas

La escritura es un acontecimiento ontológico o, lo que es lo mismo, una expresión de realidades y a la vez es una forma de fijar el pensamiento, el conocimiento, las sensaciones, las emociones, etc. También es una especie de archivo de la memoria, con todo lo que eso supone. En realidad, como se sabe ya desde la antigüedad es una extensión del lenguaje hablado. Además, es una forma de ser en el mundo.

Migrantes. Es lo último en apelativos orientados a retorcer el lenguaje para tornarlo ariete ideológico. Parecen no venir ni emigrar desde ningún lado, ni dirigirse, inmigrando, a otro lugar concreto y delimitado, como si estuviesen sometidos a una suerte de movimiento pendular perpetuo que solo se detendrá al legalizarlos en algún sitio. Existen asuntos sensibles sobre los cuales parece que está prohibido debatir, o al menos hacerlo con racionalidad y argumentos.

¿Qué supone eso de enfrentarse cada día a los sucesivos retos de la vida? La versión de la respuesta siempre será personal, aunque los matices particulares aparezcan entreverados con las oleadas procedentes de la comunidad. Son tantos los factores implicados, que la rutina atenúa el sofoco de atender a todos ellos; con el inconveniente de prescindir de algunos conocimientos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto