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​"Duerme España, cura tu cansancio de violadores"

Entrevista al poeta Juan Leyva
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Foto juan dos horizontal


Juan Leyva Martínez (1965, San Sebastián), es autor de los poemarios "Perder las formas", "Área de descanso" y "Caja de resistencia" entre otros. Con dichos libros ha ganado premios como el XII Premio Internacional de Poesía "Ciudad de Pamplona 2018" o el 33 premio de poesía "Ciudad de Badajoz 2014". Hoy hablamos con él de su último poemario, editado por Amargord: "Un frío letargo".

Juan, el poemario se abre con el poema "Lugares sagrados", que dice "El bosque es una catedral/ con columnas de madera,/donde el rezo de los pájaros/ pide por nosotros". Un fantástico poema lleno de magia y belleza. ¿Qué hacemos con la emergencia climática? ¿Podremos reparar algún día el daño causado a los "lugares sagrados"?

La palabra “emergencia” ya sitúa la gravedad de los hechos. No hay una sola causa, pero sin duda influye la cantidad de recursos destinados al consumo. La creación de fórmulas que incitan a promover necesidades. Por un lado, los recursos naturales son limitados y por otro, necesitan un tiempo para la regeneración (en aquellos casos donde puedan regenerarse). ¿Qué podemos hacer?: ser responsables, ser conscientes de la gravedad y de que depende de nuestros gestos individuales, de nuestro comportamiento.

Reparar el daño… soy pesimista en este aspecto. En esta época donde estamos sufriendo la extensión de la pandemia, hemos comprobado que al dejar de estresar el medio natural, éste es capaz de regenerarse. Pero ya hay efectos irreversibles como el aumento de temperatura, la contaminación de las aguas. Sin duda es necesario un pacto global para la protección de la tierra, pero eso es incompatible mientras nuestro sistema de vida se base en el consumo voraz.

Llama la atención en "Un frío letargo" la longitud de los versos. ¿Es una constante en tu obra o ha sido un recurso más usado en este libro?

Depende del tema intento ajustar los versos. No aplico fórmulas a la poesía, es importante lo que dice, el efecto que produce y la traducción que hago sobre lo que expreso. 

En el poema "Duerme", en que, mediante una suerte de nana atronadoramente bella, hablas con España para que duerma y no sea consciente de todos los males que la asedian. ¿Has usado el nombre del país como recurso simbólico para hablar de un trasunto realmente sientes afecto por el país donde naciste?

Siento afecto por aquello que me permite ser libre y desarrollar mi pensamiento y mis acciones. El lugar de nacimiento es una referencia, pero es el ámbito social donde encontramos aquello que nos permite ser persona. Depende de cómo nos tratan, tratamos. De cómo nos cuidan, cuidamos. Cuando veo lugares donde quienes viven, cuidan su naturaleza, recuerdan sus raíces sin superioridad sino con una idea de identidad, de diversidad, es cuando siento que pertenezco.

Hablando de España, me gusta la definición de un viajero ingles llamado Richard Ford, que viajó en el siglo XVIII y escribió el libro: “Cosas de España” haciendo un retrato bastante aproximado del pueblo español. Una de las cosas que decía era que “el pueblo español es ignorante para lo grande y apasionado por lo frívolo”.

Hay algo que, en referencia a la poesía y este país querría decir: Lorca, Miguel Hernández, Machado…por no hablar del ostracismo hacia las mujeres creadoras, fueron maltratados por personas que eran de su mismo lugar de procedencia, que pertenecían a su misma sociedad. La inquisición aquí desarrolló su plena actividad. El último dictador murió en la cama…No hay un pacto nacional por la educación. Recordar la historia, su dolor y pretender cierta justicia a través de la memoria, parece una cuestión que se intenta obstaculizar.


Somos una sociedad capaz de lo mejor y lo peor. Y como decían los accidentspolipoétics: “Todos tenemos la razón”.

Porque, en ese poema, dices "Duerme España, aún no ha amanecido,/ todavía es de noche". ¿Qué tiene que ocurrir para llegar, desde esta nación, a ese día poético que nombras?

¿Un meteorito? ¿Jesucristo?, ¿un exorcista? Me conformaría con que se cumpliera realmente la constitución de 1978.

En tus poemas hablas del amor con profunda intensidad, casi como si fuera algo adorado y a un tiempo temido. ¿Hablando del amor particular, te sitúas en un punto más amplio para enunciar un quejido más grande por algo mayor? ¿Y qué sería eso mayor?

Del amor sé muy poco. A veces creo que puedo hablar sobre él, pero en realidad siempre estoy aprendiendo, intentando… Con el tiempo me conformo con que pueda soportar el dolor y gozar con plena conciencia.

Qué lejos estamos cada vez unos de otros, y nosotros de nuestros sí mismos, con la máquina letal, el móvil, que hasta de que leamos libros tiene celos. En uno de tus poemas dices que antes en las esperas nos tocábamos las manos, pero ahora acariciamos una pantalla...

Es extraño ver a alguien que en las esperas cotidianas no tenga un móvil en la mano. Se han convertido en nuestra mayor compañía. Estamos enamorados de una tecnología que, por un lado, nos facilita determinadas acciones y, por el otro, nos ha jibarizado.

Una tecnología de la cual dependemos y para la que dedicamos nuestro tiempo. Amar a un Smartphone es revolucionario.

Impresiona la fuerza de tu poesía, manejas imágenes muy telúricas, grandes diría. En el poema AVISO comienzas diciendo que "Leer este poema no te compromete a nada", cuestión que ya pone un poco nervioso al lector, al final dices del propio poema "que no sirve de nada mirarlo desde arriba". Efectivamente, el arte debe ser algo cercano, la gente no tiene que tener miedo a llegar al arte... y unirse. No es su enemiga la cultura, sino su amiga...

El arte debe corresponderse con la belleza. La cultura es un patrimonio que cada uno debe adquirir y conservar. Pero, ante todo, y en esto estoy de acuerdo con Agustín García Calvo, debe hablar del pueblo, sobre él, quedar en él. Ser parte de su explicación, de su desarrollo.

"Cuidado peces;/ las redes sociales/ siguen siendo redes" avisas en tu poema "Pesca de arrastre"

Pesca de arrastre. El título es tan importante como el poema.

¿Trabajas mucho tus poemas? Se notan producto de un enorme esfuerzo, de grandes depuraciones (corrígeme si me equivoco). Prueba de ello es por ejemplo el poema "Lanzamientos": "Un poema debería ser/ como un lanzamiento de jabalina/ de disco/ de martillo/ de peso/ donde el grito que lo impulsa/ no le deja caer al suelo".

No sabes que es un poema hasta que oyes su llanto o escuchas su risa. Escribes porque necesitas expresar y, en esa práctica, a veces, encuentras algo de poesía.

Vivimos tiempos donde la violencia no sé si será mayor, pero sí se está naturalizando más. En el poema "Copia, corta, pega" describes el modus operandi sencillo y a la vez tan terrible del maltratador de género. Yo creo que la televisión de hoy es tan machista o más que la de antaño, aunque de vez en cuando muestren campañas sociales contra las injusticias, basta con que los jóvenes enciendan la tele para que observen conversaciones y escuchen hablar a personajes que vomitan machismo, loas a la ignorancia, loas al clasismo. En fin, un desastre. ¿Piensas lo mismo?

Hay más sutileza en el sometimiento a modelos a reproducir, a ideas que se proponen como inmutables, conceptos que apuntan en la dirección donde somos capaces de ser dominados, o donde la sanción social puede adecuarnos a determinada sociedad.

No hay un solo culpable, es una consecuencia de factores que conviven y se adecúan en parte, porque es necesario cierto control, cierta sensación de seguridad.

El medio no es por si solo ni positivo ni negativo. Hay televisión educativa, pero lo que permite pensar siempre supone una amenaza para el poder establecido.

Además, hoy en día el mundo es más cibernético que real. Nos refugiamos en esa distancia que supone una pantalla y unos colores bien definidos. Aislamiento (cuando no estupidez) en “alta definición”.

La pintura, la estética, el simbolismo trazado de color y bulto se dan cita en tu palabra poética. En "Mujer frente a una cómoda" realizas una descripción, con gran maestría, de cómo una joven se peina el cabello en una milésima de segundo en la que el yo poético se interroga sobre qué vendrá después, si incluso un anuncio de ruptura amorosa, todo en tanto se describe el cabello, a la mujer, como quien pinta, "te peinabas concentrada/ como si te quitaras pensamientos de encima"...

Hay gestos cotidianos en los que nos quedamos colgados. Nuestro pensamiento reacciona ante estímulos insospechados. No hay efectos especiales, tiene que ver con lo que reproducimos mecánicamente y un día nos paramos a pensar desde cómo aterriza un pie en el suelo, hasta cómo ha podido llegar un tornillo a caerse de una silla, qué pensará ese tornillo al sentir que ya no pertenece a algo donde toda su utilidad estaba justificada. Todo sirve para escribir poesía, solo hay que dotarlo de voz.

Es este frío letargo que titula al libro una situación sentimental, emocional, del autor por siempre o es epocal? Describe por extensión la condición humana: ¿aunque estemos rodeados incluso de los amados, la soledad siempre será nuestra condición? ¿Avanzamos como grupo a estar más en solitud cada vez por contra el número de individuos de esta especie crece?

Somos individuos. Individuo significa que no se puede dividir.

Nacemos y morimos solos, como decía el poeta Marcos Díez: “Somos un paréntesis entre dos eternidades”.

Hay una parte de nosotros que siempre está sola, es la que no queremos mostrar, la que nos conoce profundamente, con la que convivimos y soportamos. Como decía Bukowski: “Tengo un pájaro azul que canta…”, el pájaro azul delicado que nunca muere a pesar de nuestros excesos, vicios, podredumbre… El pájaro azul con el que hablamos y no dejamos salir para que no sufra tanto.

Hace mucho calor. Esta entrevista se realiza en agosto de 2020. ¿Escribes algo ahora? ¿Hay estaciones del año en las que más motivado te halles para escribir? Según Francisco Alonso Fernández, en el libro "El talento creador", en la primavera es donde más eclosionan las obras de los artistas, para declinar al llegar el verano y reanudarse a la arribada del invierno y en el otoño.

Terminé hace poco un libro de poemas del que no te puedo dar el título porque está concursando. Escribo casi todos los días, no siempre es poesía, es más un ejercicio, una costumbre.

En cuanto a las épocas del año para escribir, en mi caso no hay estaciones más o menos favorables. Tiene que ver más con los estados de ánimo, con las experiencias o las lecturas.

Cualquier momento puede surgir la idea, el punto de vista (apoyo) o el planteamiento desde el que propones el texto.

Siempre llevo papel y bolígrafo encima. Salvo cuando salgo a correr. Si surge alguna idea corriendo, la grabo con el móvil. Pero el trabajo a menudo está más centrado en quitar palabras que en escribirlas. Se elimina más que lo que se termina quedando el papel.

¿Si pudieras pedir un único deseo poderoso y que se cumpliera cuál sería?

Que fuéramos inmortales. O, al menos, que tuviéramos una segunda oportunidad y que aquellas desgracias de la primera vida pudieran corregirse. Una especie de "contrato en prácticas". Al fin y al cabo, uno nunca se prepara al 100% para saber vivir.

​"Duerme España, cura tu cansancio de violadores"

Ángel Padilla
miércoles, 2 de septiembre de 2020, 09:22 h (CET)

Foto juan dos horizontal


Juan Leyva Martínez (1965, San Sebastián), es autor de los poemarios "Perder las formas", "Área de descanso" y "Caja de resistencia" entre otros. Con dichos libros ha ganado premios como el XII Premio Internacional de Poesía "Ciudad de Pamplona 2018" o el 33 premio de poesía "Ciudad de Badajoz 2014". Hoy hablamos con él de su último poemario, editado por Amargord: "Un frío letargo".

Juan, el poemario se abre con el poema "Lugares sagrados", que dice "El bosque es una catedral/ con columnas de madera,/donde el rezo de los pájaros/ pide por nosotros". Un fantástico poema lleno de magia y belleza. ¿Qué hacemos con la emergencia climática? ¿Podremos reparar algún día el daño causado a los "lugares sagrados"?

La palabra “emergencia” ya sitúa la gravedad de los hechos. No hay una sola causa, pero sin duda influye la cantidad de recursos destinados al consumo. La creación de fórmulas que incitan a promover necesidades. Por un lado, los recursos naturales son limitados y por otro, necesitan un tiempo para la regeneración (en aquellos casos donde puedan regenerarse). ¿Qué podemos hacer?: ser responsables, ser conscientes de la gravedad y de que depende de nuestros gestos individuales, de nuestro comportamiento.

Reparar el daño… soy pesimista en este aspecto. En esta época donde estamos sufriendo la extensión de la pandemia, hemos comprobado que al dejar de estresar el medio natural, éste es capaz de regenerarse. Pero ya hay efectos irreversibles como el aumento de temperatura, la contaminación de las aguas. Sin duda es necesario un pacto global para la protección de la tierra, pero eso es incompatible mientras nuestro sistema de vida se base en el consumo voraz.

Llama la atención en "Un frío letargo" la longitud de los versos. ¿Es una constante en tu obra o ha sido un recurso más usado en este libro?

Depende del tema intento ajustar los versos. No aplico fórmulas a la poesía, es importante lo que dice, el efecto que produce y la traducción que hago sobre lo que expreso. 

En el poema "Duerme", en que, mediante una suerte de nana atronadoramente bella, hablas con España para que duerma y no sea consciente de todos los males que la asedian. ¿Has usado el nombre del país como recurso simbólico para hablar de un trasunto realmente sientes afecto por el país donde naciste?

Siento afecto por aquello que me permite ser libre y desarrollar mi pensamiento y mis acciones. El lugar de nacimiento es una referencia, pero es el ámbito social donde encontramos aquello que nos permite ser persona. Depende de cómo nos tratan, tratamos. De cómo nos cuidan, cuidamos. Cuando veo lugares donde quienes viven, cuidan su naturaleza, recuerdan sus raíces sin superioridad sino con una idea de identidad, de diversidad, es cuando siento que pertenezco.

Hablando de España, me gusta la definición de un viajero ingles llamado Richard Ford, que viajó en el siglo XVIII y escribió el libro: “Cosas de España” haciendo un retrato bastante aproximado del pueblo español. Una de las cosas que decía era que “el pueblo español es ignorante para lo grande y apasionado por lo frívolo”.

Hay algo que, en referencia a la poesía y este país querría decir: Lorca, Miguel Hernández, Machado…por no hablar del ostracismo hacia las mujeres creadoras, fueron maltratados por personas que eran de su mismo lugar de procedencia, que pertenecían a su misma sociedad. La inquisición aquí desarrolló su plena actividad. El último dictador murió en la cama…No hay un pacto nacional por la educación. Recordar la historia, su dolor y pretender cierta justicia a través de la memoria, parece una cuestión que se intenta obstaculizar.


Somos una sociedad capaz de lo mejor y lo peor. Y como decían los accidentspolipoétics: “Todos tenemos la razón”.

Porque, en ese poema, dices "Duerme España, aún no ha amanecido,/ todavía es de noche". ¿Qué tiene que ocurrir para llegar, desde esta nación, a ese día poético que nombras?

¿Un meteorito? ¿Jesucristo?, ¿un exorcista? Me conformaría con que se cumpliera realmente la constitución de 1978.

En tus poemas hablas del amor con profunda intensidad, casi como si fuera algo adorado y a un tiempo temido. ¿Hablando del amor particular, te sitúas en un punto más amplio para enunciar un quejido más grande por algo mayor? ¿Y qué sería eso mayor?

Del amor sé muy poco. A veces creo que puedo hablar sobre él, pero en realidad siempre estoy aprendiendo, intentando… Con el tiempo me conformo con que pueda soportar el dolor y gozar con plena conciencia.

Qué lejos estamos cada vez unos de otros, y nosotros de nuestros sí mismos, con la máquina letal, el móvil, que hasta de que leamos libros tiene celos. En uno de tus poemas dices que antes en las esperas nos tocábamos las manos, pero ahora acariciamos una pantalla...

Es extraño ver a alguien que en las esperas cotidianas no tenga un móvil en la mano. Se han convertido en nuestra mayor compañía. Estamos enamorados de una tecnología que, por un lado, nos facilita determinadas acciones y, por el otro, nos ha jibarizado.

Una tecnología de la cual dependemos y para la que dedicamos nuestro tiempo. Amar a un Smartphone es revolucionario.

Impresiona la fuerza de tu poesía, manejas imágenes muy telúricas, grandes diría. En el poema AVISO comienzas diciendo que "Leer este poema no te compromete a nada", cuestión que ya pone un poco nervioso al lector, al final dices del propio poema "que no sirve de nada mirarlo desde arriba". Efectivamente, el arte debe ser algo cercano, la gente no tiene que tener miedo a llegar al arte... y unirse. No es su enemiga la cultura, sino su amiga...

El arte debe corresponderse con la belleza. La cultura es un patrimonio que cada uno debe adquirir y conservar. Pero, ante todo, y en esto estoy de acuerdo con Agustín García Calvo, debe hablar del pueblo, sobre él, quedar en él. Ser parte de su explicación, de su desarrollo.

"Cuidado peces;/ las redes sociales/ siguen siendo redes" avisas en tu poema "Pesca de arrastre"

Pesca de arrastre. El título es tan importante como el poema.

¿Trabajas mucho tus poemas? Se notan producto de un enorme esfuerzo, de grandes depuraciones (corrígeme si me equivoco). Prueba de ello es por ejemplo el poema "Lanzamientos": "Un poema debería ser/ como un lanzamiento de jabalina/ de disco/ de martillo/ de peso/ donde el grito que lo impulsa/ no le deja caer al suelo".

No sabes que es un poema hasta que oyes su llanto o escuchas su risa. Escribes porque necesitas expresar y, en esa práctica, a veces, encuentras algo de poesía.

Vivimos tiempos donde la violencia no sé si será mayor, pero sí se está naturalizando más. En el poema "Copia, corta, pega" describes el modus operandi sencillo y a la vez tan terrible del maltratador de género. Yo creo que la televisión de hoy es tan machista o más que la de antaño, aunque de vez en cuando muestren campañas sociales contra las injusticias, basta con que los jóvenes enciendan la tele para que observen conversaciones y escuchen hablar a personajes que vomitan machismo, loas a la ignorancia, loas al clasismo. En fin, un desastre. ¿Piensas lo mismo?

Hay más sutileza en el sometimiento a modelos a reproducir, a ideas que se proponen como inmutables, conceptos que apuntan en la dirección donde somos capaces de ser dominados, o donde la sanción social puede adecuarnos a determinada sociedad.

No hay un solo culpable, es una consecuencia de factores que conviven y se adecúan en parte, porque es necesario cierto control, cierta sensación de seguridad.

El medio no es por si solo ni positivo ni negativo. Hay televisión educativa, pero lo que permite pensar siempre supone una amenaza para el poder establecido.

Además, hoy en día el mundo es más cibernético que real. Nos refugiamos en esa distancia que supone una pantalla y unos colores bien definidos. Aislamiento (cuando no estupidez) en “alta definición”.

La pintura, la estética, el simbolismo trazado de color y bulto se dan cita en tu palabra poética. En "Mujer frente a una cómoda" realizas una descripción, con gran maestría, de cómo una joven se peina el cabello en una milésima de segundo en la que el yo poético se interroga sobre qué vendrá después, si incluso un anuncio de ruptura amorosa, todo en tanto se describe el cabello, a la mujer, como quien pinta, "te peinabas concentrada/ como si te quitaras pensamientos de encima"...

Hay gestos cotidianos en los que nos quedamos colgados. Nuestro pensamiento reacciona ante estímulos insospechados. No hay efectos especiales, tiene que ver con lo que reproducimos mecánicamente y un día nos paramos a pensar desde cómo aterriza un pie en el suelo, hasta cómo ha podido llegar un tornillo a caerse de una silla, qué pensará ese tornillo al sentir que ya no pertenece a algo donde toda su utilidad estaba justificada. Todo sirve para escribir poesía, solo hay que dotarlo de voz.

Es este frío letargo que titula al libro una situación sentimental, emocional, del autor por siempre o es epocal? Describe por extensión la condición humana: ¿aunque estemos rodeados incluso de los amados, la soledad siempre será nuestra condición? ¿Avanzamos como grupo a estar más en solitud cada vez por contra el número de individuos de esta especie crece?

Somos individuos. Individuo significa que no se puede dividir.

Nacemos y morimos solos, como decía el poeta Marcos Díez: “Somos un paréntesis entre dos eternidades”.

Hay una parte de nosotros que siempre está sola, es la que no queremos mostrar, la que nos conoce profundamente, con la que convivimos y soportamos. Como decía Bukowski: “Tengo un pájaro azul que canta…”, el pájaro azul delicado que nunca muere a pesar de nuestros excesos, vicios, podredumbre… El pájaro azul con el que hablamos y no dejamos salir para que no sufra tanto.

Hace mucho calor. Esta entrevista se realiza en agosto de 2020. ¿Escribes algo ahora? ¿Hay estaciones del año en las que más motivado te halles para escribir? Según Francisco Alonso Fernández, en el libro "El talento creador", en la primavera es donde más eclosionan las obras de los artistas, para declinar al llegar el verano y reanudarse a la arribada del invierno y en el otoño.

Terminé hace poco un libro de poemas del que no te puedo dar el título porque está concursando. Escribo casi todos los días, no siempre es poesía, es más un ejercicio, una costumbre.

En cuanto a las épocas del año para escribir, en mi caso no hay estaciones más o menos favorables. Tiene que ver más con los estados de ánimo, con las experiencias o las lecturas.

Cualquier momento puede surgir la idea, el punto de vista (apoyo) o el planteamiento desde el que propones el texto.

Siempre llevo papel y bolígrafo encima. Salvo cuando salgo a correr. Si surge alguna idea corriendo, la grabo con el móvil. Pero el trabajo a menudo está más centrado en quitar palabras que en escribirlas. Se elimina más que lo que se termina quedando el papel.

¿Si pudieras pedir un único deseo poderoso y que se cumpliera cuál sería?

Que fuéramos inmortales. O, al menos, que tuviéramos una segunda oportunidad y que aquellas desgracias de la primera vida pudieran corregirse. Una especie de "contrato en prácticas". Al fin y al cabo, uno nunca se prepara al 100% para saber vivir.

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