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Etiquetas | Hostelería | Pandemia | COVID
Las medidas higiénicas, la política “low touch” y el uso de la tecnología marcan la nueva realidad del sector

Así han cambiado los hábitos en los restaurantes en la era del Coronavirus

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Acudir a un restaurante a disfrutar de una experiencia gastronómica no es lo mismo que hace seis meses. Sin embargo, eso no quiere decir que no se pueda seguir haciendo. El Coronavirus no ha conseguido tumbar una de las opciones de ocio predilectas de los españoles. Lo que sí ha provocado son algunos cambios en los hábitos y modos de interacción entre los clientes y los profesionales de la restauración. Aplus Gastromarketing, la primera agencia de marketing especializada en el sector gastronómico en España, los ha resumido en una lista de cosas a tener en cuenta.


“¡Claro que podemos seguir acudiendo a nuestro restaurante favorito a disfrutar de una velada en familia, con amigos o con nuestra pareja! Sólo que tenemos que hacerlo teniendo en cuenta una serie de cuestiones para preservar nuestra salud y la de las personas que están a nuestro alrededor”, señala Diego Olmedilla, presidente ejecutivo de Aplus Gastromarketing. Algunos de estos hábitos puedan resultar chocantes e incluso incómodos en un primer momento, pero solo es cuestión de acostumbrarse, aseguran desde Aplus. Es más, apunta Olmedilla, “algunas de esas medidas pueden ser una fuente de aprendizaje tanto para los clientes como para los profesionales de la hostelería, por ejemplo, en el uso de las nuevas tecnologías.


Diez cambios de hábitos en los restaurantes
Móvil en la mesa. Lo que antes era visto como una falta de educación y una excesiva dependencia de la tecnología, como era el uso (y el abuso) del móvil en las mesas de los restaurantes, ha pasado a ser una necesidad en la era del Coronavirus. La política de “low touch” obliga a prescindir de cartas físicas y otros objetos de riesgo higiénico en las mesas, por lo que el móvil se convierte en un elemento imprescindible.

¿El fin del efectivo? Las medidas de higiene también hacen recomendable la utilización de medios de pago digitalizados para evitar tener que manipular billetes o monedas. Se recomienda el pago con tarjeta, a través del propio móvil por sms o con aplicaciones específicamente diseñadas. Incluso existe la recomendación de desinfectar el datáfono tras cada uso. Eso sí, no olvidemos incluir la “propina digital” en la cuenta final.

El restaurante… en casa. Aunque las fórmulas de la comida para llevar y el reparto a domicilio (take away y delivery) ya se venían utilizando antes de la pandemia, muchos hosteleros se han lanzado a probar estos sistemas por primera vez con motivo de la pandemia. La gran novedad es que ahora también muchos restaurantes gastronómicos, incluso algunos con estrella Michelin, están explorando las oportunidades que les brinda el delivery para fidelizar a sus clientes y llegar nuevos públicos, con lo que las opciones para el usuario crecen exponencialmente.

Higiene rigurosa. La llamada nueva normalidad ha supuesto extremar todavía más las medidas higiénicas en un sector que siempre ha cuidado mucho este aspecto y que está sometido a estrictos controles en este sentido. Se incorporan nuevos elementos como el ozono y otros métodos de esterilización de superficies. En sala, la presencia de dispensadores de solución hidroalcóholica es ya un elemento más del mobiliario.

Sin tanta sal, más sano. La política de “low touch” elimina elementos de las mesas que antes eran normales y que a veces se echan de menos. Servilleteros, saleros, combos de aliño, dispensadores de salsas como ketchup o mostaza y, en general, todo aquello susceptible de ser tocado por otras personas. Los restaurantes suelen disponer de alternativas a estos elementos. Aunque también podríamos aprovechar las restricciones para comer de una manera un poco más saludable.

El mundo tras una mascarilla. Que un camarero/a nos atienda con mascarilla puede crear una sensación extraña en un primer momento, pero estamos ya tan acostumbrados a la presencia de estos elementos de protección que ya no nos suponen una barrera. Lo que sí se impone son nuevas habilidades sociales para empatizar con comensales que están acostumbrados a otras formas de relación. Sonreír “con los ojos”, usar gestos y desarrollar las habilidades de comunicación oral es imprescindible para mantener la interacción empática y cercana con los clientes.

Distancia de seguridad. El distanciamiento social se impone como medida de seguridad. Nada de mesas multitudinarias ni clientes pegados unos a otros. Habilitar pasillos de tránsito de una única dirección también se impone en esta nueva normalidad en la que perderemos en “jaleo” pero ganaremos en intimidad y seguridad.

Carta flexible. La necesidad de que la carta del restaurante sea un descargable por código QR en lugar de los formatos físicos habituales permite a los restaurantes ser mucho más flexibles con sus ofertas. La carta digital facilita actualizar los menús, introducir nuevos platos o realizar ofertas especiales con total flexibilidad.


Reserva online. Hacer una reserva antes de acudir al restaurante se hace especialmente importante en una etapa en la que las medidas de seguridad reducen el espacio disponible en las salas (hay menos mesas y la distancia de seguridad entre ellas aumenta). El formato de reserva online es el más cómodo y rápido, tanto para clientes como para los establecimientos. Por eso es fundamental que los restaurantes que aun lo han hecho habiliten esta posibilidad en su oferta.

Escaparate digital. Hasta ahora la relación entre el restaurante y su cliente se limitaba al tiempo que este pasaba físicamente en el establecimiento. El Coronavirus ha cambiado esto, al abrir las redes sociales todo un universo de interacción y fidelización. Canales como Twitter, Facebook o Instagram permiten comunicar ofertas, publicar imágenes e interaccionar de una forma más personal y cercana más allá de la propia experiencia gastronómica.

Así han cambiado los hábitos en los restaurantes en la era del Coronavirus

Las medidas higiénicas, la política “low touch” y el uso de la tecnología marcan la nueva realidad del sector
Redacción
jueves, 20 de agosto de 2020, 10:15 h (CET)

Acudir a un restaurante a disfrutar de una experiencia gastronómica no es lo mismo que hace seis meses. Sin embargo, eso no quiere decir que no se pueda seguir haciendo. El Coronavirus no ha conseguido tumbar una de las opciones de ocio predilectas de los españoles. Lo que sí ha provocado son algunos cambios en los hábitos y modos de interacción entre los clientes y los profesionales de la restauración. Aplus Gastromarketing, la primera agencia de marketing especializada en el sector gastronómico en España, los ha resumido en una lista de cosas a tener en cuenta.


“¡Claro que podemos seguir acudiendo a nuestro restaurante favorito a disfrutar de una velada en familia, con amigos o con nuestra pareja! Sólo que tenemos que hacerlo teniendo en cuenta una serie de cuestiones para preservar nuestra salud y la de las personas que están a nuestro alrededor”, señala Diego Olmedilla, presidente ejecutivo de Aplus Gastromarketing. Algunos de estos hábitos puedan resultar chocantes e incluso incómodos en un primer momento, pero solo es cuestión de acostumbrarse, aseguran desde Aplus. Es más, apunta Olmedilla, “algunas de esas medidas pueden ser una fuente de aprendizaje tanto para los clientes como para los profesionales de la hostelería, por ejemplo, en el uso de las nuevas tecnologías.


Diez cambios de hábitos en los restaurantes
Móvil en la mesa. Lo que antes era visto como una falta de educación y una excesiva dependencia de la tecnología, como era el uso (y el abuso) del móvil en las mesas de los restaurantes, ha pasado a ser una necesidad en la era del Coronavirus. La política de “low touch” obliga a prescindir de cartas físicas y otros objetos de riesgo higiénico en las mesas, por lo que el móvil se convierte en un elemento imprescindible.

¿El fin del efectivo? Las medidas de higiene también hacen recomendable la utilización de medios de pago digitalizados para evitar tener que manipular billetes o monedas. Se recomienda el pago con tarjeta, a través del propio móvil por sms o con aplicaciones específicamente diseñadas. Incluso existe la recomendación de desinfectar el datáfono tras cada uso. Eso sí, no olvidemos incluir la “propina digital” en la cuenta final.

El restaurante… en casa. Aunque las fórmulas de la comida para llevar y el reparto a domicilio (take away y delivery) ya se venían utilizando antes de la pandemia, muchos hosteleros se han lanzado a probar estos sistemas por primera vez con motivo de la pandemia. La gran novedad es que ahora también muchos restaurantes gastronómicos, incluso algunos con estrella Michelin, están explorando las oportunidades que les brinda el delivery para fidelizar a sus clientes y llegar nuevos públicos, con lo que las opciones para el usuario crecen exponencialmente.

Higiene rigurosa. La llamada nueva normalidad ha supuesto extremar todavía más las medidas higiénicas en un sector que siempre ha cuidado mucho este aspecto y que está sometido a estrictos controles en este sentido. Se incorporan nuevos elementos como el ozono y otros métodos de esterilización de superficies. En sala, la presencia de dispensadores de solución hidroalcóholica es ya un elemento más del mobiliario.

Sin tanta sal, más sano. La política de “low touch” elimina elementos de las mesas que antes eran normales y que a veces se echan de menos. Servilleteros, saleros, combos de aliño, dispensadores de salsas como ketchup o mostaza y, en general, todo aquello susceptible de ser tocado por otras personas. Los restaurantes suelen disponer de alternativas a estos elementos. Aunque también podríamos aprovechar las restricciones para comer de una manera un poco más saludable.

El mundo tras una mascarilla. Que un camarero/a nos atienda con mascarilla puede crear una sensación extraña en un primer momento, pero estamos ya tan acostumbrados a la presencia de estos elementos de protección que ya no nos suponen una barrera. Lo que sí se impone son nuevas habilidades sociales para empatizar con comensales que están acostumbrados a otras formas de relación. Sonreír “con los ojos”, usar gestos y desarrollar las habilidades de comunicación oral es imprescindible para mantener la interacción empática y cercana con los clientes.

Distancia de seguridad. El distanciamiento social se impone como medida de seguridad. Nada de mesas multitudinarias ni clientes pegados unos a otros. Habilitar pasillos de tránsito de una única dirección también se impone en esta nueva normalidad en la que perderemos en “jaleo” pero ganaremos en intimidad y seguridad.

Carta flexible. La necesidad de que la carta del restaurante sea un descargable por código QR en lugar de los formatos físicos habituales permite a los restaurantes ser mucho más flexibles con sus ofertas. La carta digital facilita actualizar los menús, introducir nuevos platos o realizar ofertas especiales con total flexibilidad.


Reserva online. Hacer una reserva antes de acudir al restaurante se hace especialmente importante en una etapa en la que las medidas de seguridad reducen el espacio disponible en las salas (hay menos mesas y la distancia de seguridad entre ellas aumenta). El formato de reserva online es el más cómodo y rápido, tanto para clientes como para los establecimientos. Por eso es fundamental que los restaurantes que aun lo han hecho habiliten esta posibilidad en su oferta.

Escaparate digital. Hasta ahora la relación entre el restaurante y su cliente se limitaba al tiempo que este pasaba físicamente en el establecimiento. El Coronavirus ha cambiado esto, al abrir las redes sociales todo un universo de interacción y fidelización. Canales como Twitter, Facebook o Instagram permiten comunicar ofertas, publicar imágenes e interaccionar de una forma más personal y cercana más allá de la propia experiencia gastronómica.

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