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Opinión
Etiquetas | Pandemia | Pedro Sánchez | Europa
“La visión gubernamental de la economía puede resumirse en unas cortas frases: si se mueve, póngasele un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se mueve más, otórguesele un subsidio”. Ronald Reagan.

​Arrimadas pastelea. La incompetencia gubernamental provocan el harakiri del turismo

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La actitud vergonzosa de la actual líder de Ciudadanos , el giro copernicano que le ha dado a su política y el cambio, a todas luces interesado, incomprensible, fuera de lugar y evidentemente pernicioso para los intereses de España y de los españoles, hace pensar que la señora Arrimadas ha dado un salto en el vacío, un peligroso experimento de apoyo al gobierno de izquierdas, que mucho no tememos que conduzca a su partido a lo que, evidentemente, puede ser la puntilla para una formación que, apenas hace un año, aspiraba a dirigir la derecha o el centro derecha de España.

Es obvio que esta señora se ha creído que haciéndole el paripé al señor Sánchez conseguirá más votos para Ciudadanos y se reforzará su posición dentro de su propia formación política. Pero lo que verdaderamente hace que resulten ridículas y hasta infantiles sus explicaciones sobre los motivos que la han impulsado a abandonar el centro para darle una ayuda inesperada al partido socialista, en unos momentos en los que, precisamente, el partido gubernamental estaba pasando por verdaderos apuros para contener al señor Iglesias y sus ambiciones de poder, se debe sin duda a las luchas que, desde que se marchó su anterior líder, el señor Albert Rivera, las distintas facciones que existen en la formación rosada no han dejado de luchar entre sí para alcanzar el poder.

Nadie, en su sano juicio, puede pensar que el apoyo que la señora Arrimadas y Ciudadanos le han prestado a la prolongación del estado de Alarma en España, haya estado condicionado a que el tándem Sánchez-Iglesias tomara decisiones que les apartaran de la línea política que tienen trazada, precisamente a causa de las “exigencias” de la líder de Ciudadanos. Hablar de que, si hay más mascarillas o se hacen más test, se debe al buen hacer y las influencias de esta señora sobre Sánchez, aparte de no tener ninguna base lógica ni se haya demostrado que es así,, es que nadie que conozca al inconmovible líder del PSOE se puede creer que se haya dejado manejar por esta señora que, si es que ha demostrado algo, ha sido su falta de visión política, su traición a los intereses de la nación española y a una soberbia que ha hecho que desconociera sus propios límites, como persona y política, para actuar de la forma egoísta, inesperada y temeraria, como lo ha hecho. La verdad, señores, España no está en condiciones de que lo poco decente que queda en la política del país se dedique a torpedearse a sí mismo, favoreciendo las estrategias de una izquierda que, cada vez más, demuestra que está dispuesta a imponernos, a costa de lo que sea y pese a quien pese, un nuevo sistema en el que las libertades constitucionales de las que hemos venido gozando, queden absorbidas por un sistema totalitario de los que, por desgracia, existen tantos ejemplos.

Pero si lo de la señora Arrimadas ya nos parece intolerable ya no digamos lo que pensamos de las decisiones que está tomando este Gobierno, en cuestiones tan delicadas como es el turismo en un país tradicionalmente pionero en recibir a visitantes extranjeros y especialmente preparado y dotado de las infraestructuras necesarias para recibir a millones de turistas cada año, siendo una de las fuentes de riqueza más consolidadas que existen en nuestra nación y que da ocupación, directa e indirecta a varios millones de españoles. Inopinadamente, en una más de las medidas que se vienen sacando de la manga los ministerios de Sanidad, del inefable Illa, y el de Interior dirigido por el señor Marlaska que, como viene demostrando, el hecho de ser un juez no avala en absoluto sus facultades como ministro de este gobierno; han decidido pegarle un hachazo más al turismo, por si no estuviera suficientemente perjudicado por los efectos del Covid 19.

El Gobierno cierra las fronteras aéreas y marítimas a extranjeros hasta el 24 de Mayo. A todo aquel que venga de fuera de las fronteras del país se le va a imponer una cuarentena de 14 días, que deberá cumplir un aislamiento semejante al que hemos tenido que soportar los ciudadanos españoles. Con su “lógica” de andar por casa, el señor Fernando Simón (que se está ganando a pulso la fama de estar al servicio del Gobierno más que la de ser un “experto” que se ocupa de la salud de los españoles) compara la prohibición de los españoles para desplazarse a una segunda residencia fuera de los límites provinciales, con la posibilidad de que personas provenientes de otras naciones puedan venir a nuestra nación, vía aérea, como turistas, para hacer negocios, para dar conferencias o para ofrecer ayuda. Para el Gobierno el hecho de que el turismo en España genere casi 3 millones de empleos directos e indirectos, (un 16% de los puestos de trabajo en España están generados por el turismo) no parece que haya sido tomado en cuenta cuando en vísperas de la campaña de verano, ya suficientemente afectada por el coronavirus y cuando el resto de países europeos parece que tienden a dar facilidades para que el turismo extranjero acuda a visitarlos, aquí, por el contrario, los responsables del gobierno han decidido imponer a quienes acudan, para gozar de sus vacaciones o por cualquier otro fin, a nuestra nación, la reclusión obligada de 14 días. ¿Una medida sanitaria imprescindible o una más de las “cacicadas” con las que nos viene obsequiando este gobierno filocomunista que estamos soportando?

Y, mientras se nos anuncian semejantes decisiones, el sector turístico nos acaba de anunciar que eleva a 124.000 millones de euros el impacto en el sector turístico de la parálisis de la actividad causada por la pandemia del Covid 19; considerando que casi será imposible que el turismo extranjero vuelva a España en los meses de mayor afluencia de visitantes como son los meses de julio y agosto. Por si fuera poco, varios ministros ya vienen alertando sobre la no reactivación turística hasta final de año. En clara discordancia con lo que pasa en España las recomendaciones dadas el miércoles pasado por la Comisión Europea para reactivar el turismo en el continente, anunciadas por la vicepresidenta ejecutiva, señora Margrethe Vestager, permiten a la aerolíneas llenar los aviones, sin necesidad de guardar distancias mínimas entre pasajeros, eso sí, con la obligación de que todos lleven mascarillas. Recomienda, a la vez, que primen las opciones de seguridad sobre las prohibiciones concretas que perjudiquen todavía más al sector. Y un añadido más, que debiera de haber aconsejado a nuestro Gobierno a no adelantarse al resto de Europa: la necesidad de que todos los países miembros deberán coordinarse para que nadie se quede atrás.

Y ¿ahora qué? ¿Cómo el Ejecutivo va a poder mantener unas medidas que acaba de publicar en el BOE, imponiendo la cuarentena a los turistas; con estas nueva medidas adoptadas, con bastante sentido común, por Europa para ayudar a paliar la gran catástrofe turística que planea sobre nuestra nación? Y, por si la cuestión no fuera lo suficientemente peliaguda, ya se sabe que el gobierno intenta colarnos de rondón una nueva prórroga del estado de alarma que, esta vez, parece que será de un mes entero. Y uno que, en su ignorancia, tenía entendido que el estado de Alarma sólo se podía mantener por 15 días.

Es cierto que el cúmulo de querellas, demandas y recursos ante el TS contra la actuación de Sánchez y sus ministros, ante la pandemia del coronavirus, es agobiante y da la sensación de que mantendrán ocupado al alto tribunal durante un año entero sólo para ver si admiten a trámite las querellas presentadas. Lo que la experiencia seguramente nos inclinaría a hacernos pensar es que, cuando se calmen las alborotadas aguas de la pandemia, es muy posible que ningún miembro del poder judicial, tenga los arrestos necesarios, descontando por supuesto el apoyo de los fiscales sujetos a las órdenes de la señora Fiscal General del Estado, Dolores Delgado (que, a la vez, es ministra del ejecutivo del señor Sánchez y de la que nada se puede esperar en cuanto a permitir que los fiscales apoyen cualquier acción penal contra el Gobierno), para enfrentarse directamente al señor Sánchez o a sus ministros; empezando por el señor Iglesias, el responsable directo de lo que ha sucedido con las residencias de ancianos, donde han muerto a miles debido a la falta de medios para prevenirse contra la pandemia; puesto que, evidentemente, se trataba de un tema de su competencia pese a que, con toda la cara dura, se empeña en acusar a la señora Ayuso de las muertes de estas personas en la comunidad madrileña, cuando sería a él a quien habría que reclamar por su incompetencia en solventar una cuestión de tanta trascendencia debido a que, como vicepresidente de Asunto Sociales del Gobierno, es quien debería ser el máximo responsable político de la dramática situación de las residencias de ancianos en España. Cuando el Gobierno se hizo cargo de la gestión unificada de la pandemia, las responsabilidades de las comunidades autónomas quedaron supeditadas a las decisiones gubernamentales, pese a tener las competencias sobre la materia.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, estamos ante una situación dramática de la que el tema del descalabro del turismo no es más que la primera manifestación a la que, sin duda alguna, van a seguir otras muchas y muy graves, ante las cuales vamos a tener ocasión de comprobar cómo se las ingenia este gobierno y las consecuencias que, para la vida y la supervivencia de los ciudadanos españoles, van a tener las ya anunciadas medidas de aumento de la carga fiscal con las que los socialistas de Sánchez parecen dispuestos a solucionar el problema. Pero Europa está vigilante y en ello confiamos.

​Arrimadas pastelea. La incompetencia gubernamental provocan el harakiri del turismo

“La visión gubernamental de la economía puede resumirse en unas cortas frases: si se mueve, póngasele un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se mueve más, otórguesele un subsidio”. Ronald Reagan.
Miguel Massanet
viernes, 15 de mayo de 2020, 08:39 h (CET)

La actitud vergonzosa de la actual líder de Ciudadanos , el giro copernicano que le ha dado a su política y el cambio, a todas luces interesado, incomprensible, fuera de lugar y evidentemente pernicioso para los intereses de España y de los españoles, hace pensar que la señora Arrimadas ha dado un salto en el vacío, un peligroso experimento de apoyo al gobierno de izquierdas, que mucho no tememos que conduzca a su partido a lo que, evidentemente, puede ser la puntilla para una formación que, apenas hace un año, aspiraba a dirigir la derecha o el centro derecha de España.

Es obvio que esta señora se ha creído que haciéndole el paripé al señor Sánchez conseguirá más votos para Ciudadanos y se reforzará su posición dentro de su propia formación política. Pero lo que verdaderamente hace que resulten ridículas y hasta infantiles sus explicaciones sobre los motivos que la han impulsado a abandonar el centro para darle una ayuda inesperada al partido socialista, en unos momentos en los que, precisamente, el partido gubernamental estaba pasando por verdaderos apuros para contener al señor Iglesias y sus ambiciones de poder, se debe sin duda a las luchas que, desde que se marchó su anterior líder, el señor Albert Rivera, las distintas facciones que existen en la formación rosada no han dejado de luchar entre sí para alcanzar el poder.

Nadie, en su sano juicio, puede pensar que el apoyo que la señora Arrimadas y Ciudadanos le han prestado a la prolongación del estado de Alarma en España, haya estado condicionado a que el tándem Sánchez-Iglesias tomara decisiones que les apartaran de la línea política que tienen trazada, precisamente a causa de las “exigencias” de la líder de Ciudadanos. Hablar de que, si hay más mascarillas o se hacen más test, se debe al buen hacer y las influencias de esta señora sobre Sánchez, aparte de no tener ninguna base lógica ni se haya demostrado que es así,, es que nadie que conozca al inconmovible líder del PSOE se puede creer que se haya dejado manejar por esta señora que, si es que ha demostrado algo, ha sido su falta de visión política, su traición a los intereses de la nación española y a una soberbia que ha hecho que desconociera sus propios límites, como persona y política, para actuar de la forma egoísta, inesperada y temeraria, como lo ha hecho. La verdad, señores, España no está en condiciones de que lo poco decente que queda en la política del país se dedique a torpedearse a sí mismo, favoreciendo las estrategias de una izquierda que, cada vez más, demuestra que está dispuesta a imponernos, a costa de lo que sea y pese a quien pese, un nuevo sistema en el que las libertades constitucionales de las que hemos venido gozando, queden absorbidas por un sistema totalitario de los que, por desgracia, existen tantos ejemplos.

Pero si lo de la señora Arrimadas ya nos parece intolerable ya no digamos lo que pensamos de las decisiones que está tomando este Gobierno, en cuestiones tan delicadas como es el turismo en un país tradicionalmente pionero en recibir a visitantes extranjeros y especialmente preparado y dotado de las infraestructuras necesarias para recibir a millones de turistas cada año, siendo una de las fuentes de riqueza más consolidadas que existen en nuestra nación y que da ocupación, directa e indirecta a varios millones de españoles. Inopinadamente, en una más de las medidas que se vienen sacando de la manga los ministerios de Sanidad, del inefable Illa, y el de Interior dirigido por el señor Marlaska que, como viene demostrando, el hecho de ser un juez no avala en absoluto sus facultades como ministro de este gobierno; han decidido pegarle un hachazo más al turismo, por si no estuviera suficientemente perjudicado por los efectos del Covid 19.

El Gobierno cierra las fronteras aéreas y marítimas a extranjeros hasta el 24 de Mayo. A todo aquel que venga de fuera de las fronteras del país se le va a imponer una cuarentena de 14 días, que deberá cumplir un aislamiento semejante al que hemos tenido que soportar los ciudadanos españoles. Con su “lógica” de andar por casa, el señor Fernando Simón (que se está ganando a pulso la fama de estar al servicio del Gobierno más que la de ser un “experto” que se ocupa de la salud de los españoles) compara la prohibición de los españoles para desplazarse a una segunda residencia fuera de los límites provinciales, con la posibilidad de que personas provenientes de otras naciones puedan venir a nuestra nación, vía aérea, como turistas, para hacer negocios, para dar conferencias o para ofrecer ayuda. Para el Gobierno el hecho de que el turismo en España genere casi 3 millones de empleos directos e indirectos, (un 16% de los puestos de trabajo en España están generados por el turismo) no parece que haya sido tomado en cuenta cuando en vísperas de la campaña de verano, ya suficientemente afectada por el coronavirus y cuando el resto de países europeos parece que tienden a dar facilidades para que el turismo extranjero acuda a visitarlos, aquí, por el contrario, los responsables del gobierno han decidido imponer a quienes acudan, para gozar de sus vacaciones o por cualquier otro fin, a nuestra nación, la reclusión obligada de 14 días. ¿Una medida sanitaria imprescindible o una más de las “cacicadas” con las que nos viene obsequiando este gobierno filocomunista que estamos soportando?

Y, mientras se nos anuncian semejantes decisiones, el sector turístico nos acaba de anunciar que eleva a 124.000 millones de euros el impacto en el sector turístico de la parálisis de la actividad causada por la pandemia del Covid 19; considerando que casi será imposible que el turismo extranjero vuelva a España en los meses de mayor afluencia de visitantes como son los meses de julio y agosto. Por si fuera poco, varios ministros ya vienen alertando sobre la no reactivación turística hasta final de año. En clara discordancia con lo que pasa en España las recomendaciones dadas el miércoles pasado por la Comisión Europea para reactivar el turismo en el continente, anunciadas por la vicepresidenta ejecutiva, señora Margrethe Vestager, permiten a la aerolíneas llenar los aviones, sin necesidad de guardar distancias mínimas entre pasajeros, eso sí, con la obligación de que todos lleven mascarillas. Recomienda, a la vez, que primen las opciones de seguridad sobre las prohibiciones concretas que perjudiquen todavía más al sector. Y un añadido más, que debiera de haber aconsejado a nuestro Gobierno a no adelantarse al resto de Europa: la necesidad de que todos los países miembros deberán coordinarse para que nadie se quede atrás.

Y ¿ahora qué? ¿Cómo el Ejecutivo va a poder mantener unas medidas que acaba de publicar en el BOE, imponiendo la cuarentena a los turistas; con estas nueva medidas adoptadas, con bastante sentido común, por Europa para ayudar a paliar la gran catástrofe turística que planea sobre nuestra nación? Y, por si la cuestión no fuera lo suficientemente peliaguda, ya se sabe que el gobierno intenta colarnos de rondón una nueva prórroga del estado de alarma que, esta vez, parece que será de un mes entero. Y uno que, en su ignorancia, tenía entendido que el estado de Alarma sólo se podía mantener por 15 días.

Es cierto que el cúmulo de querellas, demandas y recursos ante el TS contra la actuación de Sánchez y sus ministros, ante la pandemia del coronavirus, es agobiante y da la sensación de que mantendrán ocupado al alto tribunal durante un año entero sólo para ver si admiten a trámite las querellas presentadas. Lo que la experiencia seguramente nos inclinaría a hacernos pensar es que, cuando se calmen las alborotadas aguas de la pandemia, es muy posible que ningún miembro del poder judicial, tenga los arrestos necesarios, descontando por supuesto el apoyo de los fiscales sujetos a las órdenes de la señora Fiscal General del Estado, Dolores Delgado (que, a la vez, es ministra del ejecutivo del señor Sánchez y de la que nada se puede esperar en cuanto a permitir que los fiscales apoyen cualquier acción penal contra el Gobierno), para enfrentarse directamente al señor Sánchez o a sus ministros; empezando por el señor Iglesias, el responsable directo de lo que ha sucedido con las residencias de ancianos, donde han muerto a miles debido a la falta de medios para prevenirse contra la pandemia; puesto que, evidentemente, se trataba de un tema de su competencia pese a que, con toda la cara dura, se empeña en acusar a la señora Ayuso de las muertes de estas personas en la comunidad madrileña, cuando sería a él a quien habría que reclamar por su incompetencia en solventar una cuestión de tanta trascendencia debido a que, como vicepresidente de Asunto Sociales del Gobierno, es quien debería ser el máximo responsable político de la dramática situación de las residencias de ancianos en España. Cuando el Gobierno se hizo cargo de la gestión unificada de la pandemia, las responsabilidades de las comunidades autónomas quedaron supeditadas a las decisiones gubernamentales, pese a tener las competencias sobre la materia.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, estamos ante una situación dramática de la que el tema del descalabro del turismo no es más que la primera manifestación a la que, sin duda alguna, van a seguir otras muchas y muy graves, ante las cuales vamos a tener ocasión de comprobar cómo se las ingenia este gobierno y las consecuencias que, para la vida y la supervivencia de los ciudadanos españoles, van a tener las ya anunciadas medidas de aumento de la carga fiscal con las que los socialistas de Sánchez parecen dispuestos a solucionar el problema. Pero Europa está vigilante y en ello confiamos.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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