Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Articulista
Que se reabra ahora el debate de si Monarquía o República es normal y explicable

El debate Monarquía o República

|

La Monarquía, en si misma, no es democrática, sino solo en la medida que sea aceptada y sea útil para permitir que la democracia exista, funcione y permanezca. La opción republicana es más racional, pero no siempre cumple aquella triple utilidad, como bien nos enseña la historia, que también muestra defectos y errores de ambas instituciones.

Que se reabra ahora el debate de si Monarquía o República es normal y explicable, pero con casi cuarenta años de experiencia contrastada, no parece lo más adecuando en un momento de una compleja problemática acumulada. La libertad de expresión de ideas y preferencias, en los medios y aun en la calle, no puede ni debe ser coartada, precisamente esto es posible bajo la actual fórmula monárquica.

Lo razonable sería que las dos opciones -Monarquía o República- algún día pudieran someterse al voto expreso y directo de la ciudadanía y no dentro de un paquete de reforma constitucional, como se hizo y quizás se volverá a hacer. Como, por otra parte, seria también razonable que la vinculación entre los pueblos de un mismo Estado alguna vez pudiera ser sometida a la decisión libre y responsable de la gente. Seria, en principio, lo ideal que el marco constitucional lo permitiera y regulara.

Lo peor será acumular problemas vidriosos y de tal envergadura en un contexto de profunda crisis, con ambiente de descontento y de rechazo a casi todo. Claro que ‘a rió revuelto, ganancia de pescadores’. Y, como se ve, siempre hay alguien al acecho para pescar en aguas turbias.

Lo sometido directamente a elección resulta, por principio, más democrático. Pero una excesiva radicalidad en este planteamiento, nos llevaría a rechazar a nuestros propios padres y hermanos, en el ámbito familiar, porque no los hemos elegido; como también, en el terreno social, a nuestros vecinos, que tampoco los hemos escogido.

Hay mucho de discutible en el origen y ejemplaridad de nuestra monarquía, así como en el momento de plantear la abdicación, pero es más cierto que la institución monárquica fue y ha sido popularmente aceptada -principalmente por sus méritos-, ha sido útil y está formalmente consolidada. Así las cosas, todos los debates son lícitos y necesarios, pero sobrará toda crispación y oportunismo, que empiezan a asomar.

Lo deseable es que, sin ahogar deseos o clamores de mejora, sino todo lo contrario, las instituciones funcionen con la normalidad democráticamente prevista y establecida en su día por la voluntad popular. El debate es explicable, interesante y lícito, pero seguramente en este momento ‘no toca’, ni resolverá nada.

El debate Monarquía o República

Que se reabra ahora el debate de si Monarquía o República es normal y explicable
Wifredo Espina
martes, 3 de junio de 2014, 07:34 h (CET)
La Monarquía, en si misma, no es democrática, sino solo en la medida que sea aceptada y sea útil para permitir que la democracia exista, funcione y permanezca. La opción republicana es más racional, pero no siempre cumple aquella triple utilidad, como bien nos enseña la historia, que también muestra defectos y errores de ambas instituciones.

Que se reabra ahora el debate de si Monarquía o República es normal y explicable, pero con casi cuarenta años de experiencia contrastada, no parece lo más adecuando en un momento de una compleja problemática acumulada. La libertad de expresión de ideas y preferencias, en los medios y aun en la calle, no puede ni debe ser coartada, precisamente esto es posible bajo la actual fórmula monárquica.

Lo razonable sería que las dos opciones -Monarquía o República- algún día pudieran someterse al voto expreso y directo de la ciudadanía y no dentro de un paquete de reforma constitucional, como se hizo y quizás se volverá a hacer. Como, por otra parte, seria también razonable que la vinculación entre los pueblos de un mismo Estado alguna vez pudiera ser sometida a la decisión libre y responsable de la gente. Seria, en principio, lo ideal que el marco constitucional lo permitiera y regulara.

Lo peor será acumular problemas vidriosos y de tal envergadura en un contexto de profunda crisis, con ambiente de descontento y de rechazo a casi todo. Claro que ‘a rió revuelto, ganancia de pescadores’. Y, como se ve, siempre hay alguien al acecho para pescar en aguas turbias.

Lo sometido directamente a elección resulta, por principio, más democrático. Pero una excesiva radicalidad en este planteamiento, nos llevaría a rechazar a nuestros propios padres y hermanos, en el ámbito familiar, porque no los hemos elegido; como también, en el terreno social, a nuestros vecinos, que tampoco los hemos escogido.

Hay mucho de discutible en el origen y ejemplaridad de nuestra monarquía, así como en el momento de plantear la abdicación, pero es más cierto que la institución monárquica fue y ha sido popularmente aceptada -principalmente por sus méritos-, ha sido útil y está formalmente consolidada. Así las cosas, todos los debates son lícitos y necesarios, pero sobrará toda crispación y oportunismo, que empiezan a asomar.

Lo deseable es que, sin ahogar deseos o clamores de mejora, sino todo lo contrario, las instituciones funcionen con la normalidad democráticamente prevista y establecida en su día por la voluntad popular. El debate es explicable, interesante y lícito, pero seguramente en este momento ‘no toca’, ni resolverá nada.

Noticias relacionadas

Alberga la voz protocolo acepciones varias. La cuarta de ellas, siguiendo al DRAE, define esta palabra como ”secuencia detallada de un proceso de actuación científica, técnica, médica, etc.”. Al parecer, todo protocolo supone una garantía para evitar decisiones improvisadas en los distintos ámbitos y tranquilizar, de paso, a los destinatarios de la actuación, que pueden ser los miembros de un colectivo concreto o, en algunos casos, toda la población.

Si algo nos va quedando claro, es la enorme complicación de la cual formamos parte activa. El cielo nos plantea retos de altura si queremos ser consecuentes y la materia resulta muy superficial, la mayor parte es indetectable en el Universo como materia oscura. Las energías y las condensaciones nos traen de cabeza, hasta el punto de que avanzamos sin avanzar, de ver sin ver, o muchas situaciones similares.

Hoy comienzan las elecciones en la India. Están habilitados para votar más de 960 millones de habitantes en comicios de formato singular que van a durar 44 días. El país encarna la mayor democracia del mundo y, a diferencia de lo que suele acontecer en occidente, se espera un incremento del número de ciudadanos que acudan a las urnas.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto