Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Reflexión | Pensamiento | La buena noticia
​No tengo más remedio que reconocer que el gremio de funcionarios ha mejorado de forma ostensible

Funcionarios

|

Así lo entienden los usuarios de la función pública, que actualmente está comenzando a derivar por elevación sobre los dirigentes políticos. Aquí cada uno quiere salvar sus responsabilidades cargando el muerto a la falta de criterio y previsión –de los otros- ante las calamidades. Algunas imprevisibles y otras que se podían evitar.

Siempre se ha dicho que las corrientes de agua tienen su espacio. Cuando el hombre las modifica en cuanto pueden recuperan su curso natural. Esto lo puedo comprobar fácilmente en el barrio en el que vivo. Las casas unifamiliares se desparraman por la ladera de un monte. Algunos, demasiado espabilados, han embovedado los arroyos para aprovechar el espacio. Pero de vez en cuando se produce la inundación. El final es previsible aunque evitable.

Algo similar parece haber sucedido en Campanillas. El resultado, aunque no ha habido desgracias personales, ha sido terrible en lo que respecta a la pérdida de bienes materiales. Ahora se echa la culpa a los bomberos, a los dirigentes políticos que no tienen planes previstos para estas circunstancias, etc. Pero se olvida tener en cuenta el tratamiento que se hace en los arroyos y desagües que pierden eficacia y se convierten en bombas de espoleta retardada.

Aun recuerdo el problema de la presa de Tous. La construcción de la autovía del Mediterráneo creo una barrera artificial que provocó aquella desgracia. En el Rincón de la Victoria, el paseo marítimo propició unas inundaciones tremendas hace varios años. Veremos que hacen en su prolongación, a ver si caen en el mismo error.

Pero quiero acabar hablando de mi buena noticia de hoy. Tiene que ver con el tratamiento de mis vértebras rotas o degradadas. El cirujano ha desechado la intervención quirúrgica por el momento. Pero lo ha hecho con una atención y una rapidez de actuación encomiables. Es de esos médicos que empiezan a curar con su trato y su palabra.

Su recomendación principal se basa en un tratamiento de natación terapéutica. Y ahí llega el asombro positivo. Me encamino a la piscina de la Universidad de Málaga y me encuentro con unas instalaciones inmejorables, unos funcionarios (principalmente el servicio médico) amabilísimos y una tramitación rápida y eficaz. Ole por ellos. Hace ocho años ya escribí un artículo sobre los funcionarios de la Universidad (“funcionarios que funcionan”27-5—12) en el que elogiaba el trabajo de la Administración General de la UMA. Hoy ratifico que siguen siendo extraordinarios.

Hoy me siento obligado a reconocer esta situación como motivo de una buena noticia. Los medios de comunicación se llenan de protestas y reclamaciones sobre todo y todos. Yo creo que es de justicia el resaltar las cosas bien hechas. Enhorabuena a sus protagonistas. 

Funcionarios

​No tengo más remedio que reconocer que el gremio de funcionarios ha mejorado de forma ostensible
Manuel Montes Cleries
lunes, 3 de febrero de 2020, 08:31 h (CET)

Así lo entienden los usuarios de la función pública, que actualmente está comenzando a derivar por elevación sobre los dirigentes políticos. Aquí cada uno quiere salvar sus responsabilidades cargando el muerto a la falta de criterio y previsión –de los otros- ante las calamidades. Algunas imprevisibles y otras que se podían evitar.

Siempre se ha dicho que las corrientes de agua tienen su espacio. Cuando el hombre las modifica en cuanto pueden recuperan su curso natural. Esto lo puedo comprobar fácilmente en el barrio en el que vivo. Las casas unifamiliares se desparraman por la ladera de un monte. Algunos, demasiado espabilados, han embovedado los arroyos para aprovechar el espacio. Pero de vez en cuando se produce la inundación. El final es previsible aunque evitable.

Algo similar parece haber sucedido en Campanillas. El resultado, aunque no ha habido desgracias personales, ha sido terrible en lo que respecta a la pérdida de bienes materiales. Ahora se echa la culpa a los bomberos, a los dirigentes políticos que no tienen planes previstos para estas circunstancias, etc. Pero se olvida tener en cuenta el tratamiento que se hace en los arroyos y desagües que pierden eficacia y se convierten en bombas de espoleta retardada.

Aun recuerdo el problema de la presa de Tous. La construcción de la autovía del Mediterráneo creo una barrera artificial que provocó aquella desgracia. En el Rincón de la Victoria, el paseo marítimo propició unas inundaciones tremendas hace varios años. Veremos que hacen en su prolongación, a ver si caen en el mismo error.

Pero quiero acabar hablando de mi buena noticia de hoy. Tiene que ver con el tratamiento de mis vértebras rotas o degradadas. El cirujano ha desechado la intervención quirúrgica por el momento. Pero lo ha hecho con una atención y una rapidez de actuación encomiables. Es de esos médicos que empiezan a curar con su trato y su palabra.

Su recomendación principal se basa en un tratamiento de natación terapéutica. Y ahí llega el asombro positivo. Me encamino a la piscina de la Universidad de Málaga y me encuentro con unas instalaciones inmejorables, unos funcionarios (principalmente el servicio médico) amabilísimos y una tramitación rápida y eficaz. Ole por ellos. Hace ocho años ya escribí un artículo sobre los funcionarios de la Universidad (“funcionarios que funcionan”27-5—12) en el que elogiaba el trabajo de la Administración General de la UMA. Hoy ratifico que siguen siendo extraordinarios.

Hoy me siento obligado a reconocer esta situación como motivo de una buena noticia. Los medios de comunicación se llenan de protestas y reclamaciones sobre todo y todos. Yo creo que es de justicia el resaltar las cosas bien hechas. Enhorabuena a sus protagonistas. 

Noticias relacionadas

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

Gladio (espada en latín), fue el nombre que se le dio a la "red de agentes durmientes desplegados por la OTAN en Italia y preparados para entrar en acción en caso de que los soviéticos invadieran Europa Occidental", y serían la fuerza aliada que permanecería detrás de las líneas soviéticas para facilitar el contraataque.

El diccionario es permisivo, incluye la rigidez en la delimitación de las entradas y salidas; al tiempo que acoge la pérdida de los formatos cerebrales a la hora de regular las ideas entrantes o las emitidas tras elucubraciones varias. A veces no está tan claro si apreciamos más los desajustes o seguimos fieles a ciertos límites establecidos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto