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“Un demagogo es aquél que predica doctrinas que sabe que son falsas, a personas que sabe que son idiotas” H.L. Mencken

¿Qué se hizo de aquellos que vociferaban contra el Gürtel?

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Dicen que la venganza es un plato que se suele servir frío y es posible que sea cierto, como también lo es aquel dicho popular, algo tosco eso sí, que se expresa en los siguientes términos: “A cada cerdo le llega su San Martín”. Y puestos a tirar de proverbios, no debemos dudar a acudir a la filosofía árabe, de la que surge una idea tan siniestra como vengativa: “Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo.” (Proverbio árabe). Y es que, señores, cuando los socialistas hicieron uso de las desgracias de su tradicional competidor en las urnas, el PP del señor Mariano Rajoy, para cebarse en la derecha española calificándola de corrupta, de indigna e incompetente, utilizando sin piedad alguna, en todas las ocasiones en las que querían desacreditar a los populares aunque, aquellos mal hados hechos se hubieran producido en tiempos pasados y, sin que esa circunstancia les restara importancia, por unos cuantos aprovechados que, como suele ocurrir en estos casos, aunque fueran bastantes en número no eran los suficientes para que se acusara al PP de ser un partido corrupto; aunque hubo algunos magistrados que, pasándose de rosca, quisieron dejar escritas en la sentencia, algunas frases inoportunas en las que involucrar al señor Rajoy como responsable indirecto de aquella trama de corrupción, les resultó fácil a quienes querían derrotarlo.

Precisamente en estas frases inoportunas fue en las que, el señor Pedro Sánchez, se basó para promover, con el apoyo de toda la izquierda española y el 95% de los medios de comunicación de este país, la moción de censura que descabalgó al señor Rajoy del gobierno del país, arrastrando tras de sí al resto de su gobierno. Hubo que ver cómo, durante aquellos días, toda España, al menos todos los que integraban las fuerzas de las izquierdas, cargaron con todas sus fuerzas sobre el derrotado y como se fueron magnificando aquellos casos, todavía en etapa de sustanciación, en los que estaban involucrados miembros del PP. Hubo condenas y muchos pagaron con creces los errores políticos que cometieron. No hubo paz, no hubo clemencia ni hubo piedad con los supervivientes de aquellos casos de corrupción y, el PP pagó, con su desmoronamiento en las elecciones, el haber tenido entre sus directivos a aquella partida de aprovechados y sinvergüenzas que fueron condenados por sus delitos de corrupción.

En realidad, aquel juicio, por la insistencia y tenacidad de las izquierdas, no ha sido olvidado a pesar de haber pasado los años y la sentencia ya dejó claro quiénes fueron los culpables y quienes no. De hecho, en la pasada campaña, tanto el señor Sánchez como su cuota femenina de ministras, han seguido presumiendo de estar libres de la corrupción y eso pese a que sabían que tenían pendiente, en Andalucía, uno de los casos más bochornosos, multitudinarios, de un contenido económico en el que se han despilfarrado millones de euros de los caudales públicos y, por añadidura, se ha estafado a los trabajadores de diversas empresas en situación de precariedad económica, cantidades que por ley estaban destinadas a ellos y que fueron desviadas hacia el partido socialista y los bolsillos de aquellos que se lucraron de ello. Ahora, señores, después de un año de haberse declarado “listo para sentencia”, sin que a quienes son responsables de esta dilación se les haya caído la cara de la vergüenza y con la convicción, por parte de la ciudadanía, de que ha existido una influencia política para que, la sentencia que se ha dado a conocer en el día de hoy, no se hubiera hecho pública antes de las pasadas elecciones para que, los ciudadanos que votaron al PSOE, hubieran tenido ocasión de valorar a un partido en el que se ha cometido uno de los delitos de mayor cuantía, más ignominioso, deshonroso y obsceno que puedan cometer autoridades públicas, precisamente responsables de entregar las ayudas económicas a los obreros a los que estaban destinadas, debido a la circunstancia desgraciada de encontrarse en situación de paro. Pero también hubo fraude al introducirse, en las listas de los beneficiarios de ayudas públicas, a individuos que nunca habían trabajado en las empresas afectadas y políticos que se dieron cuenta de que, la falta de control de aquellos dineros, les permitían incluirse entre los beneficiarios, sin que nadie se enterase de ello. Al menos así lo pensaron ellos, quizá sin contar con que, una jueza a la que los españoles le debemos mucho, tuvo la valentía, la entereza, el valor y la tozudez de seguir adelante pese a las presiones, que cada día iban aumentando, para que no continuase la investigación; hablamos, por supuesto, de la jueza Alaya a la que, finalmente, ascendieron de categoría para que tuviera que abandonar su labor; algo que ha tenido condiciones nefastas, porque la marcha de la nueva magistrada a Sevilla, dio lugar a que la jueza que la sustituyó no tardara en demostrar que no tenía el mismo respeto a la justicia que su antecesora y, como consecuencia de su especial concepto de la Ley, algunos de los imputados fueron dejados en libertad, argumentando la prescripción del delito (¿acaso se dejó pasar el término del plazo por desidia o fue por otro motivo menos explicable?)

Y ahora nos preguntamos ¿qué es lo que va a hacer el señor Pedro Sánchez y sus ministros para explicar a los españoles que, mientras ellos se lanzaban a degüello, con la intención de acabar con sus adversarios políticos del PP, amparándose en su presunta aureola de inmaculada hoja de servicios al país, a su honradez y su respeto por el cumplimiento de las leyes, que les autorizaba a presentarse como los defensores de la honorabilidad y ejemplo de gobernantes impolutos, con licencia, amparados en su presunta superioridad moral, para erigirse en los defensores indiscutibles del cumplimiento de las leyes en España.?, se impone que comparezca en el Parlamento para dar una explicación, a todos los españoles, del porqué han sido tan injustos, tan hipócritas y tan desvergonzados que, ignorando sus propias letrinas, sus inmoralidades, sus graves delitos cometidos por cientos de sus afiliados, se han atrevido de acusar a los del PP de aquellos hechos delictivos que se les han imputado, siendo ellos mismos los que se debieran de haberse acusado, si hubieran tenido un mínimo de vergüenza, de los suyos propios.

Ahora, los socialistas y, especialmente, su portavoz la ministra Celaá que, con tanta dedicación y esfuerzo, se ha dedicado a pedir responsabilidad a las derechas, argumentando que se debe apoyar al partido más votado, sin ponerle obstáculos, o la misma señora Carmen Calvo, la de las ocurrencias singulares, las que debieran pedir excusas a los ciudadanos por haber actuado con tanta felonía, ocultándoles a los votantes hechos de una importancia tan determinante, suficientes para que muchos hubieran pensado que no eran tampoco los gobernantes con los que hubieran deseado contar. Cuando aparece cuando ya no se puede hacer nada para remediar el error, algunos se van a preguntar el por qué no escucharon a todos aquellos que les advirtieron de que nadie podía fiarse de un señor al que no le importa contradecirse a sí mismo si, con ello, consigue asegurarse el poder, que es lo que verdaderamente está ansiando conseguir este flautista de Amelín, que es el señor Pedro Sánchez que, con sus desapariciones estratégicas, sus escasas apariciones en público, su poca afición a participar en debates en los que se sabe inferior al resto o su facilidad de darle la vuelta a sus promesas cuando, después de haber afirmado que no podría dormir a gusto si hubiera tenido a un ministro de Podemos en su gobierno, a la primera de cambio, a los pocos días de haber hecho aquella declaración, no le importa negar lo dicho para echarse en los brazos de aquella persona de la que había renegado.

Un mal trago, si señor, sin duda, pese a que la sentencia ya no puede influir en el resultado de las urnas, no hay duda que va a crear un ambiente poco propicio para los intereses del PSOE, que ya no podrá seguir insistiendo en el tema Gürtel para atacar al PP porque, 680 millones de euros dilapidados por la parafernalia de los socialistas en su feudo de Andalucía, no es moco de pavo y no va a dejar de ser una munición muy apropiada para el resto de partidos políticos del arco parlamentario español que, sin duda alguna, va a ser convenientemente utilizada para atacar al grupo en el gobierno, si es que acaban por conseguirlo, por partidos como VOX que sabe muy bien cómo hay que hacer pupa en la línea de flotación del enemigo que, en este caso, no se lo puede considerar, debido a su manera poco honesta de actuar, solamente como adversario. Tenemos algunas dudas de lo que se está urdiendo en el PP, ya que no parece que haya reaccionado, como esperábamos de él, ante una situación tan sustanciosa como es la de tener la ocasión de entrar a degüello contra un adversario que, en ninguna ocasión, hubiera desaprovechado una ocasión tan propicia como es esta que le ha brindado la sentencia sobre los ERES de Andalucía. No quisiéramos que esta suavidad que estamos viendo en Núñez Feijoo, esta nueva tendencia que estamos observando en algunos miembros del PP, que parecen querer volver al papanatismo político de tiempos de Rajoy; significara que seguimos intentando el pacto con el PSOE de abstenerse en la votación de la investidura de Sánchez si, con ello le permite gobernar en coalición con Podemos aunque esto signifique que no van a hacerlo con el apoyo de los separatistas republicanos del señor Junqueras.

Si es malo que los separatistas sigan con sus pretensiones de independencia, no lo es menos el que, los comunistas de Podemos, ocupen importantes puestos en el futuro gobierno que se piensa constituir. La experiencia nos avisa de que estos socios son de temer y es evidente que, ni el señor Sánchez ni el señor Pablo Iglesias, pese a aquel abrazo de la hipocresía, significa que durante los meses o los años en los que lleguen a convivir en el gobierno de la nación, no hagan todo lo posible para hacerse dueños absolutos de la oposición y que, llegado el momento de dar el golpe, los separatistas y los de Podemos no se junten para darle el golpe de gracia a la frágil democracia española.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie vemos como,, cada día más, se va oscureciendo el futuro de nuestra nación, que ya no parece que respete las reglas de la democracia, mientras se van produciendo situaciones, cada vez más temerarias, más numerosas, menos controladas, caóticas y demostrativas de que, la Ley y el orden, están más alejadas de lo que sería preciso para tener asegurada la garantía de que, España, no acabe por ser un país ingobernable y, en consecuencia, un lugar propicio a que los defensores de la anarquía consigan instalarse con el fin de acabar con nuestra patria. Hace ya mucho tiempo que estamos convencidos de que nuestra nación va camino de un proceso de descomposición, que puede significar el fin de lo que, durante más de cinco siglos, ha sido la España unida en la que, afortunadamente, algunos seguimos creyendo.

¿Qué se hizo de aquellos que vociferaban contra el Gürtel?

“Un demagogo es aquél que predica doctrinas que sabe que son falsas, a personas que sabe que son idiotas” H.L. Mencken
Miguel Massanet
miércoles, 20 de noviembre de 2019, 08:29 h (CET)

Dicen que la venganza es un plato que se suele servir frío y es posible que sea cierto, como también lo es aquel dicho popular, algo tosco eso sí, que se expresa en los siguientes términos: “A cada cerdo le llega su San Martín”. Y puestos a tirar de proverbios, no debemos dudar a acudir a la filosofía árabe, de la que surge una idea tan siniestra como vengativa: “Siéntate a la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo.” (Proverbio árabe). Y es que, señores, cuando los socialistas hicieron uso de las desgracias de su tradicional competidor en las urnas, el PP del señor Mariano Rajoy, para cebarse en la derecha española calificándola de corrupta, de indigna e incompetente, utilizando sin piedad alguna, en todas las ocasiones en las que querían desacreditar a los populares aunque, aquellos mal hados hechos se hubieran producido en tiempos pasados y, sin que esa circunstancia les restara importancia, por unos cuantos aprovechados que, como suele ocurrir en estos casos, aunque fueran bastantes en número no eran los suficientes para que se acusara al PP de ser un partido corrupto; aunque hubo algunos magistrados que, pasándose de rosca, quisieron dejar escritas en la sentencia, algunas frases inoportunas en las que involucrar al señor Rajoy como responsable indirecto de aquella trama de corrupción, les resultó fácil a quienes querían derrotarlo.

Precisamente en estas frases inoportunas fue en las que, el señor Pedro Sánchez, se basó para promover, con el apoyo de toda la izquierda española y el 95% de los medios de comunicación de este país, la moción de censura que descabalgó al señor Rajoy del gobierno del país, arrastrando tras de sí al resto de su gobierno. Hubo que ver cómo, durante aquellos días, toda España, al menos todos los que integraban las fuerzas de las izquierdas, cargaron con todas sus fuerzas sobre el derrotado y como se fueron magnificando aquellos casos, todavía en etapa de sustanciación, en los que estaban involucrados miembros del PP. Hubo condenas y muchos pagaron con creces los errores políticos que cometieron. No hubo paz, no hubo clemencia ni hubo piedad con los supervivientes de aquellos casos de corrupción y, el PP pagó, con su desmoronamiento en las elecciones, el haber tenido entre sus directivos a aquella partida de aprovechados y sinvergüenzas que fueron condenados por sus delitos de corrupción.

En realidad, aquel juicio, por la insistencia y tenacidad de las izquierdas, no ha sido olvidado a pesar de haber pasado los años y la sentencia ya dejó claro quiénes fueron los culpables y quienes no. De hecho, en la pasada campaña, tanto el señor Sánchez como su cuota femenina de ministras, han seguido presumiendo de estar libres de la corrupción y eso pese a que sabían que tenían pendiente, en Andalucía, uno de los casos más bochornosos, multitudinarios, de un contenido económico en el que se han despilfarrado millones de euros de los caudales públicos y, por añadidura, se ha estafado a los trabajadores de diversas empresas en situación de precariedad económica, cantidades que por ley estaban destinadas a ellos y que fueron desviadas hacia el partido socialista y los bolsillos de aquellos que se lucraron de ello. Ahora, señores, después de un año de haberse declarado “listo para sentencia”, sin que a quienes son responsables de esta dilación se les haya caído la cara de la vergüenza y con la convicción, por parte de la ciudadanía, de que ha existido una influencia política para que, la sentencia que se ha dado a conocer en el día de hoy, no se hubiera hecho pública antes de las pasadas elecciones para que, los ciudadanos que votaron al PSOE, hubieran tenido ocasión de valorar a un partido en el que se ha cometido uno de los delitos de mayor cuantía, más ignominioso, deshonroso y obsceno que puedan cometer autoridades públicas, precisamente responsables de entregar las ayudas económicas a los obreros a los que estaban destinadas, debido a la circunstancia desgraciada de encontrarse en situación de paro. Pero también hubo fraude al introducirse, en las listas de los beneficiarios de ayudas públicas, a individuos que nunca habían trabajado en las empresas afectadas y políticos que se dieron cuenta de que, la falta de control de aquellos dineros, les permitían incluirse entre los beneficiarios, sin que nadie se enterase de ello. Al menos así lo pensaron ellos, quizá sin contar con que, una jueza a la que los españoles le debemos mucho, tuvo la valentía, la entereza, el valor y la tozudez de seguir adelante pese a las presiones, que cada día iban aumentando, para que no continuase la investigación; hablamos, por supuesto, de la jueza Alaya a la que, finalmente, ascendieron de categoría para que tuviera que abandonar su labor; algo que ha tenido condiciones nefastas, porque la marcha de la nueva magistrada a Sevilla, dio lugar a que la jueza que la sustituyó no tardara en demostrar que no tenía el mismo respeto a la justicia que su antecesora y, como consecuencia de su especial concepto de la Ley, algunos de los imputados fueron dejados en libertad, argumentando la prescripción del delito (¿acaso se dejó pasar el término del plazo por desidia o fue por otro motivo menos explicable?)

Y ahora nos preguntamos ¿qué es lo que va a hacer el señor Pedro Sánchez y sus ministros para explicar a los españoles que, mientras ellos se lanzaban a degüello, con la intención de acabar con sus adversarios políticos del PP, amparándose en su presunta aureola de inmaculada hoja de servicios al país, a su honradez y su respeto por el cumplimiento de las leyes, que les autorizaba a presentarse como los defensores de la honorabilidad y ejemplo de gobernantes impolutos, con licencia, amparados en su presunta superioridad moral, para erigirse en los defensores indiscutibles del cumplimiento de las leyes en España.?, se impone que comparezca en el Parlamento para dar una explicación, a todos los españoles, del porqué han sido tan injustos, tan hipócritas y tan desvergonzados que, ignorando sus propias letrinas, sus inmoralidades, sus graves delitos cometidos por cientos de sus afiliados, se han atrevido de acusar a los del PP de aquellos hechos delictivos que se les han imputado, siendo ellos mismos los que se debieran de haberse acusado, si hubieran tenido un mínimo de vergüenza, de los suyos propios.

Ahora, los socialistas y, especialmente, su portavoz la ministra Celaá que, con tanta dedicación y esfuerzo, se ha dedicado a pedir responsabilidad a las derechas, argumentando que se debe apoyar al partido más votado, sin ponerle obstáculos, o la misma señora Carmen Calvo, la de las ocurrencias singulares, las que debieran pedir excusas a los ciudadanos por haber actuado con tanta felonía, ocultándoles a los votantes hechos de una importancia tan determinante, suficientes para que muchos hubieran pensado que no eran tampoco los gobernantes con los que hubieran deseado contar. Cuando aparece cuando ya no se puede hacer nada para remediar el error, algunos se van a preguntar el por qué no escucharon a todos aquellos que les advirtieron de que nadie podía fiarse de un señor al que no le importa contradecirse a sí mismo si, con ello, consigue asegurarse el poder, que es lo que verdaderamente está ansiando conseguir este flautista de Amelín, que es el señor Pedro Sánchez que, con sus desapariciones estratégicas, sus escasas apariciones en público, su poca afición a participar en debates en los que se sabe inferior al resto o su facilidad de darle la vuelta a sus promesas cuando, después de haber afirmado que no podría dormir a gusto si hubiera tenido a un ministro de Podemos en su gobierno, a la primera de cambio, a los pocos días de haber hecho aquella declaración, no le importa negar lo dicho para echarse en los brazos de aquella persona de la que había renegado.

Un mal trago, si señor, sin duda, pese a que la sentencia ya no puede influir en el resultado de las urnas, no hay duda que va a crear un ambiente poco propicio para los intereses del PSOE, que ya no podrá seguir insistiendo en el tema Gürtel para atacar al PP porque, 680 millones de euros dilapidados por la parafernalia de los socialistas en su feudo de Andalucía, no es moco de pavo y no va a dejar de ser una munición muy apropiada para el resto de partidos políticos del arco parlamentario español que, sin duda alguna, va a ser convenientemente utilizada para atacar al grupo en el gobierno, si es que acaban por conseguirlo, por partidos como VOX que sabe muy bien cómo hay que hacer pupa en la línea de flotación del enemigo que, en este caso, no se lo puede considerar, debido a su manera poco honesta de actuar, solamente como adversario. Tenemos algunas dudas de lo que se está urdiendo en el PP, ya que no parece que haya reaccionado, como esperábamos de él, ante una situación tan sustanciosa como es la de tener la ocasión de entrar a degüello contra un adversario que, en ninguna ocasión, hubiera desaprovechado una ocasión tan propicia como es esta que le ha brindado la sentencia sobre los ERES de Andalucía. No quisiéramos que esta suavidad que estamos viendo en Núñez Feijoo, esta nueva tendencia que estamos observando en algunos miembros del PP, que parecen querer volver al papanatismo político de tiempos de Rajoy; significara que seguimos intentando el pacto con el PSOE de abstenerse en la votación de la investidura de Sánchez si, con ello le permite gobernar en coalición con Podemos aunque esto signifique que no van a hacerlo con el apoyo de los separatistas republicanos del señor Junqueras.

Si es malo que los separatistas sigan con sus pretensiones de independencia, no lo es menos el que, los comunistas de Podemos, ocupen importantes puestos en el futuro gobierno que se piensa constituir. La experiencia nos avisa de que estos socios son de temer y es evidente que, ni el señor Sánchez ni el señor Pablo Iglesias, pese a aquel abrazo de la hipocresía, significa que durante los meses o los años en los que lleguen a convivir en el gobierno de la nación, no hagan todo lo posible para hacerse dueños absolutos de la oposición y que, llegado el momento de dar el golpe, los separatistas y los de Podemos no se junten para darle el golpe de gracia a la frágil democracia española.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie vemos como,, cada día más, se va oscureciendo el futuro de nuestra nación, que ya no parece que respete las reglas de la democracia, mientras se van produciendo situaciones, cada vez más temerarias, más numerosas, menos controladas, caóticas y demostrativas de que, la Ley y el orden, están más alejadas de lo que sería preciso para tener asegurada la garantía de que, España, no acabe por ser un país ingobernable y, en consecuencia, un lugar propicio a que los defensores de la anarquía consigan instalarse con el fin de acabar con nuestra patria. Hace ya mucho tiempo que estamos convencidos de que nuestra nación va camino de un proceso de descomposición, que puede significar el fin de lo que, durante más de cinco siglos, ha sido la España unida en la que, afortunadamente, algunos seguimos creyendo.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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