La secretaria general de la Sociedad Española del Sueño, Milagros Merino, considera que el cambio horario que tendrá lugar esta próxima madrugada es menos traumático que el que tradicionalmente se efectúa en marzo, porque con la llegada del horario de invierno se gana una hora de sueño.

Como cada año, el último domingo de octubre entra en vigor el horario invernal, por lo que en la noche del sábado al domingo hay que retrasar el reloj una hora, de forma que a las tres de la madrugada volverán a ser las dos.

Según Milagros Merino, con la modificación horaria que tiene lugar este fin de semana no hay grandes problemas, “y todo el mundo en tres o cuatro días se habrá acostumbrado al cambio”. De todas formas, agregó, no hay que alarmarse si durante las primeras jornadas cuesta algo más conciliar el sueño, “ya que nos vamos a la cama una hora antes de lo que estamos acostumbrados”.

En cambio, en marzo el reloj se adelanta, por lo que se pierde una hora de sueño y cuesta algo más habituarse. “De todas formas”, insistió Merino, “salvo que alguien tenga un problema de sueño, no debe cundir el pánico”.

La secretaria general de la Sociedad Española del Sueño opina que los políticos deberían plantearse si con las modificaciones horarias se logra tanta rentabilidad económica como se dice, porque no debe olvidarse que esta medida también conlleva costes, “puesto que si hay gente que no duerme bien y que va a su puesto de trabajo con sueño, será mucho menos productiva”.

Con respecto al debate social abierto por la propuesta de ajustar el horario español al del resto de los países europeos, se mostró totalmente a favor de esta medida, “porque nos iríamos antes a la cama y descansaríamos más, mientras que ahora dormimos al menos una hora menos que nuestros vecinos”.

Mientras llega este posible cambio de hábitos horarios, por el momento, para acostumbrarse mejor a las variaciones horarias, Merino ve imprescindible acostarse y levantarse habitualmente a las mismas horas, evitar el consumo de cafeína por la tarde, mantener una buena ventilación en la habitación y no hacer ejercicio físico en las últimas horas de la jornada.

Además, esta especialista en sueño considera “un error grave” tratar asuntos del trabajo por la noche, porque “nos alteran”, por lo que aconseja evitar estos asuntos después de cenar.

Asimismo, advirtió de que el uso de las nuevas tecnologías, tan extendido en la sociedad, es muy perjudicial para conciliar el sueño, “dado que las pantallas nos activan en exceso por su elevada luminosidad, por lo que no hay que utilizarlas a partir de las nueve de la noche”.