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He pasado cien años
esperando palabras
tiernas de un enamorado,
un susurro en la noche
cuando el desvelo harta
y saltas de la cama,
un hecho que coincida
con estos sentimientos
que no están muertos,
un abrazo apretado que dice:
te amo,
que me entibiara el alma
hasta la madrugada.
Creo que fueron cien años.
Esperando, esperando
me llené de canas;
quedándome en la vida solita
y pensando,
rompiéndome los huesos
y el corazón sudando...
y es que a la desesperada
todo se acaba sin más.
"Despierta" ya mujer
me decía una voz.
Huye de su lado
que sólo te trae dolor.
Antes de que la pena
te condene a quedarte,
otro tanto de años
tendrían que pasarte,
por si acaso algún día él
se decide a amarte,
que no es cosa segura,
huye, huye a otra parte
y comienza tu sueño
con un ser que te ame.
Para las Ongs.
En el mundo de la Cultura de las Artes así actúan muchos, sin sustento de base. Anochecía cuando llegó el tren, empero, el tren pudo haber llegado mucho antes. La verdad era que se había retrasado horas y aún no se sabía por qué. Era una conversación frívola, con intercambio de chismes sobre amistades del vecindario.
En su nuevo libro, el reputado economista Juan Torres López los analiza como expresiones de una crisis del capitalismo neoliberal que, ante la desorientación y la impotencia de la izquierda contemporánea, choca con la democracia y alimenta el auge de la extrema derecha.
A Mercedes Isabel: A mi edad, me pregunto, sin pretender escribir los versos mas triste esta tarde. Como olvidarte, flor de mi vida. Desventurado sería, no haberte tenido.
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