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Etiquetas | libertad | Conocimientos | Poeta | Ultraderecha | Fascismo
​Fascistas, cazadores, toreros, matarifes, todos son floraciones malignas de una misma raíz, el maltrato

Yo soy más peligroso que el de Vox

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Como suena, porque los cambios para bien en la sociedad humana, representan graves perjuicios para el sistema que reporta pingues beneficios constantes al grupo de puñados de grandes Rockefellers del mundo, a los que están inmediatamente por debajo de su pirámide de brillantes quilates burguesa, y así hasta llegar a los que menos ganan, de entre esos ricos que pisotean a todos los pobres, y que conspiran y actúan para que el mundo continúe como una inmensa máquina de descuartizamiento de los recursos y de lo vivo para, como mago que saca de la chistera una -¡magos, dejad de usar palomas!- paloma, arrugar como papel ríos, ciclópeos trozos de cielo, seres vivos a billones asesinados, niños, ancianos, poblaciones eternamente en guerra, bombardeados por litigios inventados, o activar los odios entre etnias y poblaciones vecinas azuzándolas para que entren en geligarancias sangrientas, los aliados les surtirán de armas; convertir todo esto, digo, en billete. Petróleo. Billete. Bienestar para los más ricos (unos pocos, en comparación). Y para los billones restantes, mierda, cárcel, muerte, telenovelas turcas y GH Dúo.


Los que venimos a elevar una palabra contraria a este estado de cosas y un sistema de ideas que, por ética -venidas con una ética ya completamente abierta (rotos sus lazos con el tramposo, sucio, antropocentrismo)-, somos más peligrosos, más temibles que, por ejemplo, el barbapunta ese que lidera el partido repugnante denominado Vox, bien recibido en este estado de cosas. Penetra en el inconsciente, con sumo agrado, de todos aquellos que -son muchos- por incultura profunda siguen creyendo que la letra con sangre entra, y son precisamente aquellos que, por no mirar el mundo mediante universales, empatía, respeto en abierto y pensamiento crítico, caen con facilidad en admirar y seguir a pseudopersonas que comparten las mismas fobias que ellos, la homofobia, la misoginia, el machismo, el mantenimiento del patriarcado -al que le temen que, tambaleándose como está con las marchas feministas actuales, acabe no cayendo, porque para eso aún falta mucho, pero sí siendo lesionado de gravedad-. España es un país que sigue siendo de incultos incurables. La guerra civil dejó, a su término, una legión de pueblos y personas absolutamente desnortadas -el nivel de analfabetismo era muy alto-, pues fueron adoctrinadas en valores racistas, fascistas y sexistas con la maquinaria de libros del nacionalsocialismo de Paquito, el que unos lloran y otros ríen porque muevan su momia de un sitio a otro de España, cuando el que habla preferiría que se envíe, y no Laika como se lanzó especistamente al espacio y en él murió hace muchos años, ahora, el Generalísimo que medía metro cuarenta con zapatos de boda, que lo disparen en un cohete a la luna negra de Júpiter, ahí no saben quién es. Quizá lo tomen como un gnomo disecado -si algún libro de folclore y leyendas les ha llegado entre la basura espacial- y un enananegrahabitante se lo lleve a casa para ponerlo al lado de la chimenea.

Me niego de común a hablar de política, a la que no confío ningún resorte relevante para cambiar, ni siquiera en lo más básico, este mundo humano en tanto a que pueda llamarse mínimamente digno. Estas palabras, con el preámbulo adecuado nombrando a los charlatanes adorados por el señor Massenet, tienen doble objetivo: contestar a un artículo que escribió el mismo sobre mí, con la falsa presunción de rebatir educadamente mis ideas, mas no obstante dicho texto fue un intento de ataque y derribo que no consiguió, porque el batiburrillo de ideas -por denominarlas de alguna manera- que desplegó, no sólo causan vergüenza ajena, por lo banal, aburrida y deslavazadamente vertidas, sino que, intentando mostrarme a mí como un falso visionario corto de miras, que vierto ideas que Massenet denomina retrógradas (la anarquía siempre será vigente, la liberación animal es ética de vanguardia, el feminismo actual, ¿retrógrado?, la búsqueda de un otro mundo que no sea este, del Capital, del mercado globalizado, de ricos muy ricos y pobres muy pobres, cambiar todo esto, de raíz, 180º y no parches, por un mundo absolutamente distinto, ¿es esto retrógrado? Mi segunda intención es mostrar cómo quienes trabajamos en las luchas sociales por la liberación animal, contra un sistema que nos es hostil a todos y que, de seguirle la trampa diaria acabará matando por completo el planeta, somos realmente la generación, las generaciones si contamos las que aún harán falta para completar el plan de acción y transformación, a las que se tienen que temer. Se ve en las redes que el barbapunta y ojos de emperador romano en rebajas del de Vox, cuyo nombre no recuerdo y paso de buscarlo en google -pues su paso por aquí será corto, como el del autobús homófobo ese que recorrió el estado español con letreros en que sentenciaba qué es un niño y qué es una niña; ese que lo conducía un tío que parecía que no se lavaba la camisa nunca-.

En las redes, gente valiente, granada en lucha social, pone énfasis en que tengamos cuidado con la subida y aumento de los partidos ultrafachas. Pero, como siempre, en que parece que voy a la contra de casi todos, repito: no debemos tener miedo nosotros de ellos. Sino ellos de nosotros, de nosotras. La prueba de lo que digo es que el número de necios fachas no es lo que aumenta sino las salidas del armario de éstos -pues no son más que eso; se dan a visibilizar más los que ya eran- se debe a que ven marchar hacia atrás con nuestro empuje su mercadillo de los pecados y de los ajusticiamientos públicos, de personas e ideas; sus paseos feudales recaudando a caballo y en Papamóvil, su edad media a la medida de sus cerebros polvorientos, fantasmagóricos, sangrantes de una flema oscura, zombi.

Se ve en la tauromaquia, no es que haya aumentado el número de peñas y entidades que salen a la calle en ridículas manifestaciones de pocas personas y con rostros todos muy parecidos que evidencian la alarmante endogamia que se ha producido en este país, junto a los sádicos de los cazadores, con aquello de que defienden el mundo rural -insensatos, podredumbre humana-. Esta gente antes estaba tranquila, con sus altísimas subvenciones que el estado español les daba y les sigue dando, por arriba o por lo bajini, el estado o entidades afines y millonarias. Y ahora, con nuestro ponerles las jetas frente a sus jetas, han aprendido a usar la red, a saber qué es un ratón y dónde, en un pc, está el botón de encender y apagar. Saben hasta hacerse perfiles falsos. Pero enseguida se les cosca porque ponen en lugar de “A ver”, “Haber”. Y cosas “asín”.

Fascistas, cazadores, toreros, matarifes, todos son floraciones malignas de una misma raíz, el maltrato. Maltratadores, acosadores, secuestradores, violadores de vidas y de esperanzas. Nosotros somos como el vecino ficticio -no suele pasar, por desgracia en el contexto del maltrato de género- que entra a una casa donde un maltratador golpea a su mujer e hijos y, ese o esa que entra, le dice: “Hasta aquí llegó tu reinado violento, enano frustrado”. Que terminen sus privilegios machistas, antropocéntricos, nacionalistas, socioeconómicos -casitas guays, coches guays y amiguetes que te ayuden, si eso, en formas que, oye, todo el mundo lo hace en ciertas esferas y que los pobres -la corona de la pobreza es la más brillante y digna- desconocemos ni queremos conocer. Queremos el reparto equitativo de los alimentos de la tierra, de los terrenos fértiles y que deje de ser atormentada la paz de cualquier pueblo e individuo -animal humano o no humano- porque, en el mapa colonizador de los amos de la tierra, en su plan de exprimir el limón Gaia -con los efectos colaterales resultantes, muertes de millones, cosa que les resbala-, cada cierto tiempo se desata una guerra, como caída del cielo con dron, una invasión, un conflicto armado donde unos son malísimos y otros se defienden, o ambos son malísimos, por sus religiones violentas (que sí lo son) -pero no, para ellos, la cristiana, que es buena piadosa, educativa y decente amén. Esa paz que nunca existe ni existirá, de proseguir el mundo girando con iguales resortes a los de hoy, porque como decimos el Tío Sam levanta su brazo y señala con su dedo grueso tal o cual territorio, azuza, inventa y a vender armas, ole ole! Luego se reparten debajo de la mesa los diamantes y no les llega ni una gota de sangre de lo “colateral”, esa queda en la tierra, que todo lo traga, gritando en tsunamis.

Mire, Massenet, en su artículo aparecido en este mismo diario, titulado “De donde se habla de un poeta que quiere cambiar el mundo” (título a todas luces antiguo, como su mirada sin fondo, por esa fórmula de “De donde...”, casi en desuso (sólo usado en poesía, que usted denosta), usted me pone a parir, pero lo hace tan ordinariamente, tan mal formulada su acusación en la que el único objetivo es desacreditarme como iluso, todo mi paquete de ideas radicales, ha hecho el más total ridículo. Porque no intentaba tanto desacreditarme a mí, a quien rechaza en todos los sentidos, sino poner, mediante comparativas con lo que yo digo en mis artículos también aparecidos en este periódico (ideas que desarrollo por igual en todos mis libros y publicaciones en otros medios), su ideario, el suyo sí retrógrado en grado sumo, franquista, odiador de lo libertario, conservador (que alguien sea conservador, en este hoy, equivale a dar tanta risa como un espantapájaros feliz), machista (en su revisionismo del maltrato de género -por eso es fiel a Vox, que va contra las víctimas de violencia de género y quiere tirar para atrás todo lo avanzado), machista además usted del más puro tufo misógino puesto que malogra las cifras de las sentencias condenatorias a maltratadores y asesinos, devinientes del mundo obsceno y sólo entrevista su punta del iceberg porque muchas de las mujeres no han denunciado antes de ser degolladas o arrojadas por el balcón, por miedo a su asesino, por miedo a no ser creídas, por gente que como usted defiende a partidos misóginos. En marzo de 2019 ya han sido asesinadas 14 mujeres por maltrato de género. La temperatura y real naturaleza de su crítica que usted denomina “de colega a colega” la describió con total acierto en su verdad pura Gerardo Navarro: “En el periodismo existen varios géneros, como la entrevista, el reportaje, la opinión, etcétera.. Esto es del género de opinión, y la opinión es justamente eso, para criticar, debatir, etcétera. Lo de Don Miguel trasciende el respeto que dice se debía tener al colega, pero miente, porque no debate, no contrarresta lo escrito por el poeta por una razón harto sencilla: es notorio que no entendió la opinión de Ángel Padilla. ejemplo: el poeta define, más allá del pequeño diccionario lo que es un país, y cita acciones realizadas en algunos países, enmarcándolos en la definición poética del planeta tierra, al que define como algo carcelario, todo ello en una amplia visión que Don Miguel considera retrógrada! El señor debía escribir en un diario que se llame Siglo 20 o, 19. Y debía leer Memorias del subsuelo, de F Dostoievski, y lo que sea de, por citar tres ejemplos, Henry David Thoreau, William Godwim o Pierre Joseph Proudhon. O bien, puede seguir cantando y ondeando himnos de 'su' país.”

Me ha leído por encima, no finja. Porque sabe que soy anarquista pero a la vez luego dice que soy “filocomunista”. En fin. También, ya en el tebeo (no puedo llamar su texto artículo) dice que me aprovecho del feminismo, nombrándolo como una moda, y me llama “poeta de las féminas”. “Féminas”. Como parece no saberlo se lo digo, las mujeres leen la poesía que quieren, hacen lo que quieren, y ningún poeta puede atraerlas como con una flauta, como usted insinúa, porque no son tontas. Reléase esta frase cien veces y gire el rosario 20.

Para culminar le diré que he tardado en contestar su ofensiva porque estoy muy ocupado escribiendo libros fundacionales, como “Consideraciones sobre LA BELLA REVOLUCIÓN”, que complementa el poemario de igual nombre y que habla de la liberación de todos los animales como única solución posible para el planeta, sobre todo porque es de máxima y urgente Justicia. El libro no sólo exige tal liberación, sino la del lenguaje, su semántica, el pensamiento y todas las mentes. Además, gestiono, ayudo, pongo mano y corazón en diversas actuaciones y proyectos que, pergeñados en sociedad, son asociales. Que, avanzados y realizados dentro de este sistema, junto a otras y otros pares en pensamientos libertarios iguales al mío, son antisistema.

Usted vote a Vox, y siga menospreciando la poesía, el activismo y a los visionarios que cambian el rumbo de la humanidad; a los que queremos darle un vuelco al mundo de 180º, pero su voto se lo notaré con la mano temblando, porque sé que nos tienen pánico. Somos lo que no esperaban llegar en sus sillones de piel robada a un vacuno. Se les terminó el reinado del domino y mando. Del jefes y subalternos. Del superiores e inferiores.

En cuanto a Abascal -ya lo busqué en google su nombre, qué fastidio- lo reto a un duelo. ¡Dígaselo! Que elija arma. Yo ya sé cuál será la mía, un libro.

Seguro elije un sable, es un romántico el barbapunta.

Me da igual. Siempre ha ganado la escritura y la palabra ígnea a las armas.

Y si tengo que perseguirle a librazos, para que aunque sea de esa forma tome contacto con la cultura, no dude que lo haré.

Yo soy más peligroso que el de Vox

​Fascistas, cazadores, toreros, matarifes, todos son floraciones malignas de una misma raíz, el maltrato
Ángel Padilla
jueves, 28 de marzo de 2019, 17:00 h (CET)

Como suena, porque los cambios para bien en la sociedad humana, representan graves perjuicios para el sistema que reporta pingues beneficios constantes al grupo de puñados de grandes Rockefellers del mundo, a los que están inmediatamente por debajo de su pirámide de brillantes quilates burguesa, y así hasta llegar a los que menos ganan, de entre esos ricos que pisotean a todos los pobres, y que conspiran y actúan para que el mundo continúe como una inmensa máquina de descuartizamiento de los recursos y de lo vivo para, como mago que saca de la chistera una -¡magos, dejad de usar palomas!- paloma, arrugar como papel ríos, ciclópeos trozos de cielo, seres vivos a billones asesinados, niños, ancianos, poblaciones eternamente en guerra, bombardeados por litigios inventados, o activar los odios entre etnias y poblaciones vecinas azuzándolas para que entren en geligarancias sangrientas, los aliados les surtirán de armas; convertir todo esto, digo, en billete. Petróleo. Billete. Bienestar para los más ricos (unos pocos, en comparación). Y para los billones restantes, mierda, cárcel, muerte, telenovelas turcas y GH Dúo.


Los que venimos a elevar una palabra contraria a este estado de cosas y un sistema de ideas que, por ética -venidas con una ética ya completamente abierta (rotos sus lazos con el tramposo, sucio, antropocentrismo)-, somos más peligrosos, más temibles que, por ejemplo, el barbapunta ese que lidera el partido repugnante denominado Vox, bien recibido en este estado de cosas. Penetra en el inconsciente, con sumo agrado, de todos aquellos que -son muchos- por incultura profunda siguen creyendo que la letra con sangre entra, y son precisamente aquellos que, por no mirar el mundo mediante universales, empatía, respeto en abierto y pensamiento crítico, caen con facilidad en admirar y seguir a pseudopersonas que comparten las mismas fobias que ellos, la homofobia, la misoginia, el machismo, el mantenimiento del patriarcado -al que le temen que, tambaleándose como está con las marchas feministas actuales, acabe no cayendo, porque para eso aún falta mucho, pero sí siendo lesionado de gravedad-. España es un país que sigue siendo de incultos incurables. La guerra civil dejó, a su término, una legión de pueblos y personas absolutamente desnortadas -el nivel de analfabetismo era muy alto-, pues fueron adoctrinadas en valores racistas, fascistas y sexistas con la maquinaria de libros del nacionalsocialismo de Paquito, el que unos lloran y otros ríen porque muevan su momia de un sitio a otro de España, cuando el que habla preferiría que se envíe, y no Laika como se lanzó especistamente al espacio y en él murió hace muchos años, ahora, el Generalísimo que medía metro cuarenta con zapatos de boda, que lo disparen en un cohete a la luna negra de Júpiter, ahí no saben quién es. Quizá lo tomen como un gnomo disecado -si algún libro de folclore y leyendas les ha llegado entre la basura espacial- y un enananegrahabitante se lo lleve a casa para ponerlo al lado de la chimenea.

Me niego de común a hablar de política, a la que no confío ningún resorte relevante para cambiar, ni siquiera en lo más básico, este mundo humano en tanto a que pueda llamarse mínimamente digno. Estas palabras, con el preámbulo adecuado nombrando a los charlatanes adorados por el señor Massenet, tienen doble objetivo: contestar a un artículo que escribió el mismo sobre mí, con la falsa presunción de rebatir educadamente mis ideas, mas no obstante dicho texto fue un intento de ataque y derribo que no consiguió, porque el batiburrillo de ideas -por denominarlas de alguna manera- que desplegó, no sólo causan vergüenza ajena, por lo banal, aburrida y deslavazadamente vertidas, sino que, intentando mostrarme a mí como un falso visionario corto de miras, que vierto ideas que Massenet denomina retrógradas (la anarquía siempre será vigente, la liberación animal es ética de vanguardia, el feminismo actual, ¿retrógrado?, la búsqueda de un otro mundo que no sea este, del Capital, del mercado globalizado, de ricos muy ricos y pobres muy pobres, cambiar todo esto, de raíz, 180º y no parches, por un mundo absolutamente distinto, ¿es esto retrógrado? Mi segunda intención es mostrar cómo quienes trabajamos en las luchas sociales por la liberación animal, contra un sistema que nos es hostil a todos y que, de seguirle la trampa diaria acabará matando por completo el planeta, somos realmente la generación, las generaciones si contamos las que aún harán falta para completar el plan de acción y transformación, a las que se tienen que temer. Se ve en las redes que el barbapunta y ojos de emperador romano en rebajas del de Vox, cuyo nombre no recuerdo y paso de buscarlo en google -pues su paso por aquí será corto, como el del autobús homófobo ese que recorrió el estado español con letreros en que sentenciaba qué es un niño y qué es una niña; ese que lo conducía un tío que parecía que no se lavaba la camisa nunca-.

En las redes, gente valiente, granada en lucha social, pone énfasis en que tengamos cuidado con la subida y aumento de los partidos ultrafachas. Pero, como siempre, en que parece que voy a la contra de casi todos, repito: no debemos tener miedo nosotros de ellos. Sino ellos de nosotros, de nosotras. La prueba de lo que digo es que el número de necios fachas no es lo que aumenta sino las salidas del armario de éstos -pues no son más que eso; se dan a visibilizar más los que ya eran- se debe a que ven marchar hacia atrás con nuestro empuje su mercadillo de los pecados y de los ajusticiamientos públicos, de personas e ideas; sus paseos feudales recaudando a caballo y en Papamóvil, su edad media a la medida de sus cerebros polvorientos, fantasmagóricos, sangrantes de una flema oscura, zombi.

Se ve en la tauromaquia, no es que haya aumentado el número de peñas y entidades que salen a la calle en ridículas manifestaciones de pocas personas y con rostros todos muy parecidos que evidencian la alarmante endogamia que se ha producido en este país, junto a los sádicos de los cazadores, con aquello de que defienden el mundo rural -insensatos, podredumbre humana-. Esta gente antes estaba tranquila, con sus altísimas subvenciones que el estado español les daba y les sigue dando, por arriba o por lo bajini, el estado o entidades afines y millonarias. Y ahora, con nuestro ponerles las jetas frente a sus jetas, han aprendido a usar la red, a saber qué es un ratón y dónde, en un pc, está el botón de encender y apagar. Saben hasta hacerse perfiles falsos. Pero enseguida se les cosca porque ponen en lugar de “A ver”, “Haber”. Y cosas “asín”.

Fascistas, cazadores, toreros, matarifes, todos son floraciones malignas de una misma raíz, el maltrato. Maltratadores, acosadores, secuestradores, violadores de vidas y de esperanzas. Nosotros somos como el vecino ficticio -no suele pasar, por desgracia en el contexto del maltrato de género- que entra a una casa donde un maltratador golpea a su mujer e hijos y, ese o esa que entra, le dice: “Hasta aquí llegó tu reinado violento, enano frustrado”. Que terminen sus privilegios machistas, antropocéntricos, nacionalistas, socioeconómicos -casitas guays, coches guays y amiguetes que te ayuden, si eso, en formas que, oye, todo el mundo lo hace en ciertas esferas y que los pobres -la corona de la pobreza es la más brillante y digna- desconocemos ni queremos conocer. Queremos el reparto equitativo de los alimentos de la tierra, de los terrenos fértiles y que deje de ser atormentada la paz de cualquier pueblo e individuo -animal humano o no humano- porque, en el mapa colonizador de los amos de la tierra, en su plan de exprimir el limón Gaia -con los efectos colaterales resultantes, muertes de millones, cosa que les resbala-, cada cierto tiempo se desata una guerra, como caída del cielo con dron, una invasión, un conflicto armado donde unos son malísimos y otros se defienden, o ambos son malísimos, por sus religiones violentas (que sí lo son) -pero no, para ellos, la cristiana, que es buena piadosa, educativa y decente amén. Esa paz que nunca existe ni existirá, de proseguir el mundo girando con iguales resortes a los de hoy, porque como decimos el Tío Sam levanta su brazo y señala con su dedo grueso tal o cual territorio, azuza, inventa y a vender armas, ole ole! Luego se reparten debajo de la mesa los diamantes y no les llega ni una gota de sangre de lo “colateral”, esa queda en la tierra, que todo lo traga, gritando en tsunamis.

Mire, Massenet, en su artículo aparecido en este mismo diario, titulado “De donde se habla de un poeta que quiere cambiar el mundo” (título a todas luces antiguo, como su mirada sin fondo, por esa fórmula de “De donde...”, casi en desuso (sólo usado en poesía, que usted denosta), usted me pone a parir, pero lo hace tan ordinariamente, tan mal formulada su acusación en la que el único objetivo es desacreditarme como iluso, todo mi paquete de ideas radicales, ha hecho el más total ridículo. Porque no intentaba tanto desacreditarme a mí, a quien rechaza en todos los sentidos, sino poner, mediante comparativas con lo que yo digo en mis artículos también aparecidos en este periódico (ideas que desarrollo por igual en todos mis libros y publicaciones en otros medios), su ideario, el suyo sí retrógrado en grado sumo, franquista, odiador de lo libertario, conservador (que alguien sea conservador, en este hoy, equivale a dar tanta risa como un espantapájaros feliz), machista (en su revisionismo del maltrato de género -por eso es fiel a Vox, que va contra las víctimas de violencia de género y quiere tirar para atrás todo lo avanzado), machista además usted del más puro tufo misógino puesto que malogra las cifras de las sentencias condenatorias a maltratadores y asesinos, devinientes del mundo obsceno y sólo entrevista su punta del iceberg porque muchas de las mujeres no han denunciado antes de ser degolladas o arrojadas por el balcón, por miedo a su asesino, por miedo a no ser creídas, por gente que como usted defiende a partidos misóginos. En marzo de 2019 ya han sido asesinadas 14 mujeres por maltrato de género. La temperatura y real naturaleza de su crítica que usted denomina “de colega a colega” la describió con total acierto en su verdad pura Gerardo Navarro: “En el periodismo existen varios géneros, como la entrevista, el reportaje, la opinión, etcétera.. Esto es del género de opinión, y la opinión es justamente eso, para criticar, debatir, etcétera. Lo de Don Miguel trasciende el respeto que dice se debía tener al colega, pero miente, porque no debate, no contrarresta lo escrito por el poeta por una razón harto sencilla: es notorio que no entendió la opinión de Ángel Padilla. ejemplo: el poeta define, más allá del pequeño diccionario lo que es un país, y cita acciones realizadas en algunos países, enmarcándolos en la definición poética del planeta tierra, al que define como algo carcelario, todo ello en una amplia visión que Don Miguel considera retrógrada! El señor debía escribir en un diario que se llame Siglo 20 o, 19. Y debía leer Memorias del subsuelo, de F Dostoievski, y lo que sea de, por citar tres ejemplos, Henry David Thoreau, William Godwim o Pierre Joseph Proudhon. O bien, puede seguir cantando y ondeando himnos de 'su' país.”

Me ha leído por encima, no finja. Porque sabe que soy anarquista pero a la vez luego dice que soy “filocomunista”. En fin. También, ya en el tebeo (no puedo llamar su texto artículo) dice que me aprovecho del feminismo, nombrándolo como una moda, y me llama “poeta de las féminas”. “Féminas”. Como parece no saberlo se lo digo, las mujeres leen la poesía que quieren, hacen lo que quieren, y ningún poeta puede atraerlas como con una flauta, como usted insinúa, porque no son tontas. Reléase esta frase cien veces y gire el rosario 20.

Para culminar le diré que he tardado en contestar su ofensiva porque estoy muy ocupado escribiendo libros fundacionales, como “Consideraciones sobre LA BELLA REVOLUCIÓN”, que complementa el poemario de igual nombre y que habla de la liberación de todos los animales como única solución posible para el planeta, sobre todo porque es de máxima y urgente Justicia. El libro no sólo exige tal liberación, sino la del lenguaje, su semántica, el pensamiento y todas las mentes. Además, gestiono, ayudo, pongo mano y corazón en diversas actuaciones y proyectos que, pergeñados en sociedad, son asociales. Que, avanzados y realizados dentro de este sistema, junto a otras y otros pares en pensamientos libertarios iguales al mío, son antisistema.

Usted vote a Vox, y siga menospreciando la poesía, el activismo y a los visionarios que cambian el rumbo de la humanidad; a los que queremos darle un vuelco al mundo de 180º, pero su voto se lo notaré con la mano temblando, porque sé que nos tienen pánico. Somos lo que no esperaban llegar en sus sillones de piel robada a un vacuno. Se les terminó el reinado del domino y mando. Del jefes y subalternos. Del superiores e inferiores.

En cuanto a Abascal -ya lo busqué en google su nombre, qué fastidio- lo reto a un duelo. ¡Dígaselo! Que elija arma. Yo ya sé cuál será la mía, un libro.

Seguro elije un sable, es un romántico el barbapunta.

Me da igual. Siempre ha ganado la escritura y la palabra ígnea a las armas.

Y si tengo que perseguirle a librazos, para que aunque sea de esa forma tome contacto con la cultura, no dude que lo haré.

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