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Ager Aguirre ha publicado una nueva novela para el Premio Literario de Amazon 2018. Tras su ópera prima, Los nietos de Dios, regresa con un argumento de género policiaco en el que no podía faltar la figura del asesino en serie. Un asesino con el cual es fácil empatizar, pues sus víctimas son personas non gratas para los ciudadanos: políticos corruptos, banqueros avaros… Pero, ¿se puede realmente empatizar con un asesino en serie? Este asesino, además, está muy cerca de nosotros, pues camina entre las gentes e la capital del país.
No conoceremos la verdadera motivación de dicho criminal hasta el final, pero sin embargo, iremos descubriendo sus señas de identidad por el camino: una baraja de póker con la cual está dispuesto a conseguir el póker de asesinatos. Los lectores han etiquetado la obra de adictiva y en general, está recibiendo muy buenas críticas.
El escritor nos confiese que tiene como referentes a autores como Agatha Christie o Jonh Verdon, pero que sin embargo, no se ha basado en nada conocido anteriormente para crear esta novela. Lo que sí afirma es haber introducido mucha crítica social entre las letras, pues, al fin y al cabo, la literatura también nos debe enseñar a pensar.
Esperamos que Ager Aguirre consiga llegar a su público objetivo y conquiste al lector con un nuevo asesino en serie literario.
El hombre ocupa el área ocre de la pista. La mujer, el área aceituna. El hombre, debajo de una mesa liviana. Cerca y silencioso, un enanito disfrazado de enanito de jardín. El haz del “buscador”, quieto, lo ilumina. Se enloquece. Se pasea por el área ocre. Se detiene en el hombre: Romeo, el italiano. Habrán de imaginárselo: candor.
Resulta admirable encontrarse con un libro que guarda sus raíces en la investigación académica y en la fusión de las pasiones por la tradición oral y la ilustración. La cantidad de datos, citas, reflexiones minuciosas, relatos, trazos y nombres aparecen de una manera tan acertada, que en conjunto configuran ese terreno seguro donde entregarnos confiadamente a la lectura.
En el finísimo camino del hilo casi invisible / la araña desafíala terca gravedad y la engañosa distancia, / el hierro se desgastacon el frotar de la ventana, / casi una imperceptible sinfonía endulza el ambiente / cuando el viento transitaentre las grietas de la madera, / al mismo tiempo, / dos enamorados entregan su saliva el uno al otro / como si fueran enfermos recibiendo una transfusión.
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