| ||||||||||||||||||||||
Los despropósitos se le acumulan a Sánchez y da igual la cuestión o asunto que se aborde. Empieza a ser insostenible la situación para la ciudadanía. Cuanto antes se convoquen elecciones generales, antes acabaremos con el trauma y los desprecios de los que se ha hecho merecido acreedor. A la calle no hay quien la calle.
Desengáñense, la confrontación latente por detrás de cualquier apariencia, es la del cuerpo con los efluvios de la mente; esa cercanía de los sentidos notando alrededor las elucubraciones volanderas. El cotarro tendrá un comienzo, cada quisque lo situará al hilo de sus incumbencias, pero indecisos, por aquello de adentrarse en el terreno de las intuiciones, donde los fundamentos son escurridizos hasta convertirse en indetectables.
No se puede servir a dos amos, y menos aún como responsable en algún estamento público del Estado. Por desgracia en España es muy común que determinados personajes de estancias públicas opten por la corrupción, por sus privilegios o intereses políticos, poniéndose al servicio de determinados partidos o ideología, e incluso directamente actuando contra los más desfavorecidos, siendo relegada la ciudadanía como papel de comparsa, un populacho sin interés relevante.
Reconozco que me entusiasma la gente de palabra, con mirada profunda y visión amplia, dispuesta siempre a conciliar lenguajes y a relativizar situaciones; pero si hay algo que también me decepciona, son aquellos que intentan mutilarnos el corazón ideológicamente.
Al contrario de lo que percibimos en las circunstancias cotidianas, precisamos con urgencia la puesta en marcha de los surtidores con aportaciones beneficiosas para la ciudadanía en general. No es tan difícil, aunque observemos las prácticas encaminadas por otros derroteros.
|