La fiscalidad ventajosa del diésel impide mejorar la calidad del aire, según Ecologistas en Acción
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martes, 6 de marzo de 2018, 15:57 h (CET)
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MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Los vehículos diésel son la principal fuente de contaminación atmosférica en las ciudades, pero en España gozan de unos beneficios fiscales que superan los 2.500 euros en toda su vida útil, por lo que convendría reformar los impuestos de hidrocarburos, de matriculación y de circulación para ‘penalizar’ estos vehículos y mejorar así la calidad del aire.
Así lo recoge Ecologistas en Acción en su informe ‘Mejor sin diésel. Medidas fiscales para mejorar la calidad del aire’, presentado este martes en una rueda de prensa en Madrid por Nuria Blázquez, coordinadora del estudio.
Blázquez apuntó que la contaminación atmosférica es “el mayor riesgo medioambiental individual para la salud” y causa cerca de 20.000 muertes prematuras cada año en España, en tanto que el tráfico rodado es responsable de hasta el 80% de los óxidos de nitrógeno (NOx) en las grandes ciudades y los vehículos diésel están detrás del 80% de esas emisiones, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que los humos de los motores diésel son cancerígenos.
Subrayó que la normativa comunitaria sobre las emisiones de NOx ha ido cambiando desde 1992 y habitualmente fue “más restrictiva” con los motores de gasolina, hasta que la norma Euro 6 prácticamente ha equiparado las emisiones que pueden liberar los vehículos diésel y los gasolina. Sin embargo, sólo un 14% de los diésel Euro 6 comercializados cumplirían con la legislación actual.
El informe indica que el escándalo del ‘Dieselgate’ destapó en 2015 la peligrosidad de esas emisiones, cuando en España cerca del 70% de los vehículos llevaban esos motores durante la crisis económica, gracias a un tratamiento fiscal preferente.
Blázquez comentó que el principal beneficio fiscal sobre los vehículos diésel en España está en el impuesto de hidrocarburos, ya que el tipo general (cantidad fija por litro de combustible) es un 23,3% inferior en el diésel que en la gasolina sin plomo, con lo que no se cumple el principio de que “quien contamina, paga”.
Respecto al impuesto de matriculación, Blázquez subrayó que un 80% de los vehículos diésel matriculados en 2016 estuvieron exentos de esta medida porque desde 2007 dependen de cuánto dióxido de carbono (CO2) emitan y los avances tecnológicos han permitido reducciones en las emisiones. “Este impuesto no está siendo efectivo”, añadió.
Blázquez apuntó que el impuesto de circulación “también está obsoleto” porque hay una disparidad de tasas que ocasionan “paraísos fiscales” en municipios donde se pagan cuotas bajas. “Se trata de poner el mínimo posible para que haya flotas de vehículos de alquiler”, dijo.
“BUENAS PRÁCTICAS”
Sin embargo, Blázquez destacó algunas “buenas prácticas” en Europa. Por ejemplo, Países Bajos penaliza a los diésel en los impuestos de circulación y matriculación, Finlandia lo hace con el de circulación, Grecia prohibió la circulación de estos vehículos en las ciudades principales, Noruega es líder en ventas de vehículos eléctricos y Francia tiene planes para disminuir la diferencia en el precio de venta de los diésel y los gasolina, además de para prohibir los diésel en urbes como París.
Por ello, Ecologistas en Acción propone aumentar la fiscalidad para los vehículos diésel de uso privado. “Las medidas tomadas hasta ahora para mejorar la calidad del aire no son suficientes”, afirmó Blázquez.
Así, ofrece recomendaciones en el impuesto de hidrocarburos (igualar los tipos del gasóleo de automoción y la gasolina sin plomo), de matriculación ( actualización de los límites de CO2 de los que actualmente depende el gravamen del impuesto de circulación y una penalización a los vehículos diésel) y de circulación (que sea dependiente de las emisiones de CO2 y NOx).
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