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'La Calisto' de Cavalli llena el Teatro Real de sexo, lujuria e ironía en su estreno, recibido entre aplausos

domingo, 17 de marzo de 2019, 22:57 h (CET)
'La Calisto' de Cavalli llena el Teatro Real de sexo, lujuria e ironía en su estreno, recibido entre aplausos
MADRID, 17 (EUROPA PRESS)
El Teatro Real ha estrenado este domingo, 17 de marzo, 'La Calisto' de Francesco Cavalli, un autor que ha regresado al coliseo madrileño con una insolente, lujuriosa y divertida ópera barroca presentada por primera vez en Madrid, en una producción procedente de la Ópera Estatal de Baviera y que ha obtenido en la capital el beneplácito del público, que ha despedido a todo el elenco con casi diez minutos de aplausos y bravos al término de la representación, de casi tres horas.

'La Calisto' relata dos episodios de la mitología greco-romana extraídos de 'Las Metamorfosis de Ovidio': la seducción de la joven Calisto (interpretada en el estreno por una espléndida Louise Alder) por el lujurioso Júpiter (al que da voz el camaleónico Luca Tittoto) y la aventura amorosa prohibida entre la diosa Diana (una expresiva Monica Bacelli) y el bello pastor efebo, Endimione (aclamadísimo Tim Mead). Sin embargo, la ópera toma de excusa este relato de la mitología para ofrecer una trama llena de humor, maquinaciones, sexo y crítica social a políticos y clérigos de la época.

En primer lugar, el escenario se aleja de cualquier representación clásica y, emulando a una sala de fiestas, con paneles móviles que recrean diferentes espacios, y estrellas como plafones, se parodia a dioses y humanos, hombres y mujeres, libertinos y castos, todos ellos ataviados con atuendos modernos excepto Calisto, siempre cazadora, al igual que las ninfas y los sátiros, pero todos ellos con la misma característica común: el deseo, la pasión, el sexo, los celos y la venganza, características demasiado humanas que padecen igualmente seres terrenales y divinidades.

También hay críticas a la depravación moral de la sociedad veneciana de entonces, con un mensaje subliminal agridulce ("el imperio de los sentidos, que favorece la libidinosidad de los dioses, lleva a la infelicidad") y se presenta a todas las protagonistas de la ópera como mujeres fuertes y resolutivas mientras que son los personajes masculinos quienes ceden a las pasiones.

Todo ello acompañado de una música melodiosa que transporta a otra época y permite el lucimiento e improvisación de los cantantes. Hay también abundantes escenas que juegan con el cambio de telones, trampillas y trucos escénicos; o juegos de transformismo, como el que convierte a Calisto en oso y, cuando muere, es acompañada por Júpiter hacia los cielos donde la sitúa como una estrella en la constelación de la Osa Mayor, donde vivirá para siempre.

Un ambiente mágico al que también contribuye un elenco de personajes fantásticos (dioses, semidioses, ninfas o sátiros) que exhiben disfraces exóticos, así como camaleones o pavos reales que campan a sus anchas por el escenario.

Es la primera vez que esta ópera llega al Teatro Real, tras su paso por la Ópera Estatal de Baviera en 2005, donde ha sido repuesta tres veces más en ese teatro y presentada en la Royal Opera House en 2008, siempre con gran éxito. En Madrid, se ofrecerán 9 funciones de la ópera, entre el 17 y el 26 de marzo.

EL PAPEL DE CAVALLI EN LA ÓPERA
De la dirección musical se ha ocupado Ivor Bolton, que ya dirigió esta producción en el Covent Garden de Londres y en la Ópera Estatal de Baviera, en esta ocasión al frente del Monteverdi Continuo Ensemble y de la Orquesta Barroca de Sevilla, que han transportado a los espectadores al siglo XVII. Además, como sucedió en 'Idomeneo', recientemente presentada en el Teatro Real, Bolton ha acompañado a los recitativos en uno de los tres claves que se han utilizado en la ópera.

De este modo, bajo la dirección de David Alden --que dirige su cuarto título en el Teatro Real, después de Alcina (2015), Otello (2016) y Lucia di Lammermoor (2018)--, con un decorado de evocaciones psicodélicas de Paul Steinberg, figurines inspirados en el comic diseñados por Buki Shiff e iluminación de Pat Collins, los espectadores han disfrutado de esta ópera del compositor y empresario teatral Francesco Cavalli (1602-1676), a quien se le atribuye el nacimiento de la ópera en Venecia y su consolidación como género artístico popular.

Así, Cavalli llegó a llenar, a mediados del siglo XVII, seis teatros distintos en la ciudad de los canales donde un público ávido de espectáculo, diversión y transgresión acudía a la ópera para disfrutar de las historias truculentas de sus protagonistas, del ingenio de la maquinaria escénica y de la fantasía de los disfraces, en un mundo de ilusión sin censuras, un espíritu que se ha mantenido en la representación de esta tarde.

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