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Etiquetas:   Política

Ante el veinte-ene, o la venganza de Franco.

Fernando Jáuregui
sábado, 17 de noviembre de 2018, 08:01 h (CET)
MADRID, 16 (OTR/PRESS) Como Franco agitó Gibraltar -bueno, ahora, con el Brexit, también un poco- para distraer atenciones mientras cometía sus tropelías, ahora agitan a Franco para que los ojos de la opinión pública se vuelvan hacia el Valle de los Caídos: que salga de allí el dictador. Bueno, somos muchos los que pensamos que el Valle es un monumento a la confrontación fratricida y a la memoria de alguien que, por cierto, conviene recordar que fusiló a algunos miles de españoles, inaugurando una dictadura de cuarenta años. Pero creo que somos aún más los que, además, pensamos que, en su maniobra de distracción, el Gobierno de Pedro Sánchez se ha metido en un buen lío, un lío más de los varios en los que incurre casi a diario, desde la gasolina diesel y el veto futuro a los coches hasta las bombas 'inteligentes', que solo matan por lo visto a malvados yihadistas, que vendemos a la Arabia que, por cierto, no necesitó esas bombas para asfixiar y descuartizar al periodista Khashoggi. Y ahora, Franco, que no tuvo piedad con los socialistas y menos con los comunistas y anarquistas, consuma póstumamente su venganza contra 'este' PSOE, cuarenta y tres años después.

Vaya por delante que quien suscribe acogió con cierto alivio la por otra parte muy atípica llegada al poder de Pedro Sánchez, que ponía fin a un período de inactividad pasiva y autosatisfecha -quién sabe por qué- de Mariano Rajoy, ese hombre que aún no nos ha regalado ni una explicación de lo que ocurrió con su salida de la Moncloa. A uno, qué quiere que le diga, le pareció bien aquella promesa, o así lo entendí yo, de convocar 'pronto' unas elecciones para repartir cartas de nuevo y empezar a regenerar el país. Pero no es esto lo que está ocurriendo: nada de lo prometido se está cumpliendo, ni siquiera la salida del dictador de aquello que se llamó Cuelgamuros. Una inmediata salida -ya se han incumplido los plazos que nos anunciaron-- que era, por cierto, necesidad no demasiado reclamada como urgente por la ciudadanía.

Pues eso: que, a pocas horas de que se cumpla el 43 aniversario de la muerte de quien fuera llamado, sin demasiada exageración, el Generalísimo, el lío acerca del lugar donde reposará a continuación es morrocotudo. Quizá la manía del Ejecutivo de no dialogar sino con Pablo Iglesias -y a ver si Torra se 'rebaja' a tratar con el presidente del Gobierno central dentro de unas semanas- tenga mucho que ver desde con el enfado de los fabricantes de coches hasta, en muy otro orden de cosas, con el cabreo que tiene la familia del dictador, que no se resigna a perder sus antiguos privilegios. Lo malo, claro, es que la ley les ampara y en ese pequeño detalle no habían pensado los cerebros gubernamentales.

Me consta que la ministra de Justicia, para lo que valga, ofreció a la Fundación Franco (que, por cierto, ha llenado los periódicos estos días con esquelas recordando, más que nunca, a su patrono), honores militares y otras ventajas para un nuevo entierro en el cementerio de El Pardo, allá donde residió tantos años. Negativa: solamente, si forzoso es abandonar el Valle, la momia iría a la cripta en la catedral de La Almudena, que se convertiría, como ya han logrado convertir a Cuelgamuros, en lugar de peregrinación de nostálgicos, curiosos y gentes varias deseosas de chinchar al sistema, en general, y al Gobierno de Sánchez-Iglesias, muy en particular.

Y ahora ¿qué hacer? Me temo que lo mismo que en otros casos: decantarse por el diálogo, dejándose unas cuantas plumas en la gatera... O, si no, tratar de que la ciudadanía olvide esta promesa, inmersa como está en el fárrago de otras muchas ofertas y ocurrencias que o no se sustancian o se concretan mal. Y así, Franco, personaje al que no debemos olvidar, no vaya a ser que se repita, pero a quien nuestros nietos, e incluso nuestros hijos, desconocen por completo, se ha puesto de nuevo de actualidad. Toma esquelas, convocatorias de excursiones al mausoleo y vigilias o caminatas nocturnas. Temo que este 20-n va a acaparar más titulares aún que Trump, que conmemorará los dos años, y qué dos años, de su relativa victoria en las urnas. Pues eso: que si el dictador levantara la cabeza volvería a morirse. De risa. Y eso, qué quiere que le diga a usted, me fastidia, 'porco Governo', que dirían los italianos.

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