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Etiquetas:   Política

A la UE no le gustan los PGE

Carmen Tomás
domingo, 21 de octubre de 2018, 08:02 h (CET)
MADRID, 20 (OTR/PRESS)El Gobierno aprobó el viernes tres anteproyectos de ley para crear dos nuevos impuestos y otro referido a la lucha contra el fraude fiscal que también presenta muchas novedades. Esta respuesta rápida, poco meditada en sus consecuencias y de recaudación imposible tiene su origen en la carta que la Unión Europea (UE) ha enviado a España en respuesta al plan presupuestario remitido y que para muchos analistas es bastante más dura que otras enviadas a gobiernos anteriores. Bruselas no acepta la previsión de gastos y no se cree la de ingresos. La subida de impuestos prevista con la nueva imposición aprobada sería de 828 millones en la lucha contra el fraude; 850 millones por el que penaliza las transacciones financieras y 1.200 millones por el que cargan a las tecnológicas. Sobre este último, hay que apuntar que la ministra de Hacienda aseguró el viernes que España iba a ser el primer país de la UE en implantarlo, al tiempo que aseguraba que las previsiones de recaudación estaban en línea con lo que ya recauda Francia por este mismo concepto. En todo caso, es mucho suponer que nuestro país vaya a ingresar el 25 por ciento de los 4.500 millones que la Comisión Europea prevé para toda la UE cuando se imponga. En este sentido, hay que añadir que hasta los inspectores de Hacienda consideran que este impuesto es malo para la economía y que el perjuicio será en cascada. Las grandes tecnológicas, por su parte, ya han advertido de que frenan las inversiones y se pensarán si salir de España.

El Ejecutivo insiste en que España necesita una fiscalidad del siglo XXI para luchar contra la desigualdad y revertir los recortes de Rajoy. Hay que decirle que no van a recaudar lo que prevén y sí van a dañar el crecimiento. Las previsiones sobre la economía española siguen desinflándose y más si Italia se declara en rebeldía y se convierte en un auténtico problema para el euro. Sánchez va de cabeza a repetir los errores de Zapatero. Lejos de afrontar reformas que abaraten el coste del trabajo y de la energía y bajar los impuestos, está haciendo todo lo contrario echando leña a un fuego que ya está ahí y que pueden avivar el Brexit, el precio del petróleo, los tipos de interés o la guerra comercial.

Zapatero no escuchó las advertencias y llevó a España a la mayor crisis. Sánchez está escuchando a los comunistas de Podemos y las consecuencias ya las estamos viviendo en forma de deuda más cara y de salida de capitales. Y, desgraciadamente, las veremos en breve en forma de paro. Luego nos llamarán antipatriotas.

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