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MADRID (OTR/PRESS)Hace unos días, la ministra de Empleo presentó, en un acto de entrega de diplomas, los resultados del Plan de Lucha contra el Fraude Laboral y a la Seguridad Social que se puso en marcha en 2012. Y hay que decir sin paliativos que ha sido todo un éxito. Gracias a la inspección laboral han aflorado desde la creación del plan hasta el pasado mes de octubre casi 500.000 empleos irregulares, más de 6.700 empresas ficticias, sin actividad real, con un impacto económico de prácticamente 20.250 millones de euros. Fátima Báñez puso de relieve la importancia que ha tenido en la consecución de estos logros haber reforzado las plantillas de los cuerpos de inspectores y subinspectores de trabajo en un total de 845 efectivos.
En muchas ocasiones he criticado el tamaño de las administraciones y la necesidad de reducir el número de funcionarios y trabajadores públicos con el fin de conseguir reducir el gasto público también por esa vía. Cierto que durante la crisis se ha reducido, pero también es verdad que ya prácticamente han logrado el mismo número previo a la crisis y más que serán cuando se cierren las ofertas que ahora hay abiertas. Sin embargo, creo que los cuerpos de inspección y seguridad deberían ser más numerosos y a las pruebas de éxito me remito.
En todo caso, Fátima Báñez aprovechó el acto para poner de relieve otro éxito de su ministerio, la tansformación de 332.000 contratos temporales en indefinidos desde 2012 hasta octubre de 2017. Además, insistió en que su mayor ocupación y preocupación ahora es que el empleo sea no sólo más justo, sino de mayor calidad y estabilidad. Cierto que la contratación indefinida crece al doble que la temporal, pero no es suficiente.
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