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BARCELONA, 20 (EUROPA PRESS)
El escritor catalán Vicenç Pagès Jordà (Figueres, 1963) presenta una novela corta donde un individuo llamado H. se convierte en un 'Robinson' urbano que se instala en casa de sus vecinos que se han ido de vacaciones.
Robinson es uno de los muchos sobrenombres de H., un hombre de mediana edad que desde su habitación emprende un viaje de sueño y locura y "convierte su cama en símbolo de libertad y refugio", ha explicado Jordà este viernes.
El protagonista es un hombre soltero que vive en casa de sus vecinos y, a medida que el lector le acompaña en su periplo, descubre las razones de un comportamiento insólito que llevará a H. a enfrentarse con los vecinos y con la justicia, "en una historia de amor y locura, una reflexión sobre la soledad, la comunicación y la imaginación como refugio".
La historia transcurre en una casa que tiene como centro la cama, y a su alrededor, todos los objetos básicos para sobrevivir, como un orinal, una nevera portátil o un dispensador de barritas energéticas, lo que provoca que H. viva en un lugar caótico y sucio.
"El libro no parte de una idea sino de muchas palabras y conceptos", asegura Jordà, y uno de estos es el que dio el primer título a la novela, 'la cama flotante', y que después fue cambiado por 'Robinson' por su paralelismo con el protagonista.
PROTAGONISTA CON VARIOS APODOS
A lo largo de las 192 páginas de la novela, el autor se refiere a H. de maneras muy distintas, entre ellas 'Robinson', nombre que da título a la novela: "Es un hombre que intenta sobrevivir en su habitación hasta que se le terminan las provisiones".
'Escritor sin obra' es otro de los apodos de H. porque "muchos de sus hábitos son propios de un creador, pero él no crea nada, inventa cosas que no se materializan", justifica Jordà.
SIN NOMBRES PROPIOS
Es el primer libro que Jordà escribe sin antes documentarse, una novela "antimusical y nada custombrista", donde no hay ninguna mención a canciones, nombres de calles, ciudades ni nada que permita al lector establecer un vínculo material.
La historia evita cualquier complicidad, no está ambientada en ningún lugar ni tampoco en una época en concreto: "No tengo claro que sea un Robinson del siglo XXI, la tecnología no aparece en ningún momento", ha dicho el autor.
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