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MADRID, 8 (OTR/PRESS)Todos hemos entrado en resonancia con una eventual reforma constitucional que, al menos en esta legislatura, no se va a producir. No hay los mimbres necesarios para construir una cesta fuerte y además y para no engañarnos todos sabemos de antemano que no es imprescindible reforma alguna para dar solución a los problemas de España.
De todos modos y por haber entrado en resonancia han sido de enorme interés las declaraciones de Javier Fernández en el acto celebrado en el Congreso en el 38 aniversario de la Constitución. Dijo Fernández que desde el punto de vista afectivo y emocional cada cual puede utilizar el término que quiera pero que a efectos jurídicos y constitucionales, que es de lo que se trata, no hay más nación que la española cuyo reconocimiento e indisolubilidad queda recogido, sin lugar a interpretación alguna en el articulo segundo de la Carta Magna y los socialistas, dijo Fernández, "no lo vamos a tocar".
Lo dijo para propios y extraños y con toda seguridad quedara recogido este principio en alguna de las ponencias que se debatan en el próximo Congreso socialista. Y aquí hay que enlazar con el acontecimiento político más importante que tenemos a medio plazo: el Congreso socialista.
Todavía no hay fecha pero ya sabemos que será antes del verano y sus conclusiones así como su liderazgo supondrán un autentico antes y después de la presente legislatura. Hasta el momento y pese a las numerosas derrotas parlamentarias que ya tiene a sus espaldas el Gobierno de Mariano Rajoy, está transcurriendo con más paz de la que cabía suponer. PSOE, PP y Ciudadanos y sin quitar un ápice a lo que tiene de responsabilidad, han decidido que al menos en lo que a las cuentas se refiere, hacerse el menor daño posible. Rajoy sabe que no puede pedir a Fernández que le apoye los Presupuestos, pero sí pactar el techo de gasto. Para los Presupuestos habrá esfuerzos de acuerdo con el PNV que darán satisfacción a los nacionalistas y no pondrán en un brete a Ciudadanos que se puede apuntar los más de tres mil millones para gasto social y así, todos más o menos contentos porque todos pueden apuntarse tantos.
Cuando se plasmen de manera efectiva los acuerdos relativos a las cuentas y dineros públicos, la legislatura entrará en otra fase más bullanguera, algo bien lógico cuando se trata de un Gobierno en minoría y una izquierda dividida que lucha por el liderazgo de la misma.
Habrá broncas y desencuentros pero lo importante de verdad, lo que merece especial atención porque eso si que será decisivo, se juega fuera del Congreso. Lo importante de verdad de la incierta duración de la presente legislatura se sitúa en Cataluña y en la calle Ferraz, sede central del PSOE.
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