| ||||||||||||||||||||||
| ||||||||||||||||||||||
|
|
Empapado, me desperté sudando. Del cielo de Roma, el Papa había subido al Cielo, al caer su avión, en el que iba a Chile.
¿Había premiado Dios su titánico, franciscano esfuerzo por reconducir el Vaticano, llevando al paraíso y no a Valparaíso? ¿O era otro golpe de Estado más de la ultraderecha, usando aviones trucados para cambiar de Jefe de Estado, restaurar al Papa anterior, providencialmente aún vivo? Encendí la televisión y me tranquilicé: la vida sigue igual.
Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.
Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.
Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.
|