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“El amor, la amistad y el respeto no unen tanto a la gente como un odio común hacia alguna cosa” A. Chejov

El mal ya está hecho. El 21D un mero trámite

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No lens volens, señores, por mucho que quisiéramos intentar cambiar las cosas es evidente que hemos entrado en una vorágine política que amenaza con convertirse en incontrolable, después de lo que se viene anunciando para los comicios del día 21. Las posibilidades de entendimiento, de solidaridad, de sentido común y de generosidad, dentro de cada uno de los grupos de políticos que se van a disputar la supremacía en Cataluña, a la vista de lo que se va descubriendo a través de las declaraciones de los principales protagonistas de esta merienda de negros en la que están enfrascados los grupos comunista-separatistas y los integrantes de los mal llamados constitucionalistas; nos hace prever un resultado electoral en el que las divisiones entre facciones, va a hacer prácticamente imposible que se constituya, en la comunidad catalana, un gobierno estable, duradero, capaz de llevar a cabo con sensatez y eficacia, la ardua labor que le queda por delante y evitar que los vicios del pasado, las pretensiones de independencia, el galimatías de las izquierdas y la falta de entendimiento de los grupos constitucionalistas, se repitan para impedir que la normalidad se vuelva a instaurar en Cataluña, la decadencia económica la siga golpeando y la marcha de empresas continúe sin solución de continuidad; hasta que el tejido industrial de toda la comunidad catalana llegue a colapsar y el desempleo llegue a ser el peor de toda la UE.


Dado por sabido que las posibilidades de llegar a acuerdos postelectorales con el conglomerado de los partidos, como JuntsxCat, ERC, Cataluña en Comú-Podem y CUP, por los independentistas, por un lado, y el grupo de C´s, PSC y el PP por el otro, sólo quedaría la posibilidad de que uno de los grupos sacara mayoría suficiente para que, en coalición, pudieran tener mayoría suficiente (en este caso absoluta) para poder constituir un gobierno capaz de mantenerse en el poder a lo largo de una legislatura. No sabemos, aunque lo imaginamos, las posibilidades de que JuntsxCat de Puigdemont y ERC de Junqueras o, en su caso, de Marta Rovira, se avinieran a coaligarse con la CUP o, incluso, conseguir el apoyo de la Colau para establecer un tripartito o cuádruple partido para gobernar pero, en todo caso y dada la idiosincrasia de cada uno de ellos unido al precedente de los enfrentamientos de Junqueras con Puigdemont, mucho tememos que una unión de naturaleza semejante iba a durar poco.


Pero es que, en el hipotético caso de que la suma de C´s, PP y PSC diera para conseguir la mayoría absoluta (algo que no parece probable) la postura del señor Iceta, manifestada en sus últimas declaraciones públicas, no permite esperar que, llegado el caso y si la señora Arrimadas logra conseguir, lo que le avanzan las encuestas, una buena cantidad de votos, aquél estuviera dispuesto a apoyarla como presidenta. Sólo la renuncia de Arrimadas a presidir un gobierno de coalición, aun siendo la que más votos obtuviera, para permitir ser presidente a Iceta, tendría alguna posibilidad de éxito; aunque mucho nos tememos que C´s no estuviera dispuesto a este sacrificio. Todo indica, por consiguiente que lo que es más probable que suceda en las elecciones del día 21, si nos atenemos a las encuestas que hasta ahora han ido apareciendo, va a resultar que, de estos nuevos comicios autonómicos salga un resultado tal que sea imposible conseguir una Cataluña que sea gobernable; lo que, con toda probabilidad, va a obligar a convocar unas nuevas elecciones sin garantía alguna de que los resultados no vuelvan a crear una situación caótica, como la que se prevé para ahora.


Siendo lo que hemos estado comentando bastante grave para Cataluña y para el resto de España, seguimos teniendo serias dudas acerca de la legitimidad con la que aspiran algunos de los que se presentan para ser elegidos a la consulta del día 21. Ignoramos, por no haberse publicado, los acuerdos que tuvieron con el magistrado, señor Llarena, para que los que salieron de la prisión bajo el pago de una fianza de 100.000 euros, pudieran continuar con su actividad política y, en consecuencia, concurrir a las elecciones como cualquier otro ciudadano no incapacitado para ello. Lo que sí estamos observando es que ninguno de ellos, desde la señora Forcadell a los señores Rull y Turull, parece que se hayan tomado en serio lo de atenerse a las leyes vigentes en España, a la Constitución ni al propio CP por el que, presuntamente, fueron imputados de delitos de suma gravedad, como son los de sedición, revolución, prevaricación y malversación de caudales públicos. Todos ellos se han manifestado dispuestos a seguir insistiendo en proclamar la independencia de Cataluña si consiguen recuperar sus puestos en la Asamblea de Cataluña lo que, evidentemente, supone reincidir en su intento de convertir las nuevas elecciones en el referéndum que ellos intentaron imponer al Estado español.


Se da por descontado que, en el caso de que el bloque separatista obtuvieras más votos o, simplemente (como ocurrió en la ocasión anterior) más escaños, debido a la Ley de Hont; van a aprovechar la legitimidad de esta consulta para lanzarse de nuevo al ataque y, esta vez, basándose en que una mayoría de los catalanes se han decantado por la opción nacionalista independentista. No va a ser lo mismo ni va a quedar tan claro que si se produce una situación semejante la amenaza de Rajoy de volver a aplicar el 155 sea tan efectiva como lo ha sido en la primera ocasión en la que se ha hecho. Ni el PSOE, que ya llegó a aceptarlo a regañadientes y mirando de obtener salidas tangenciales (estado federal) y, estaría por ver si Ciudadanos, convencidos de tener las bazas en su mano para forzar unas nuevas elecciones que pudieran acabar dándoles el poder, estuvieran conformes con apoyar de nueva una nueva intervención en Cataluña.


Es evidente que, como ya anunciamos el día en el que Rajoy anunció el adelanto de las elecciones, la convocatoria de las mismas con tanta premura ha sido uno de los errores tácticos más garrafales en los que haya podido incurrir el PP. El otro ha sido el no aprovechar las facultades que les otorgaba el 155 para intervenir las TV catalanas, principales responsables del incremento de simpatizantes para el separatismo y verdaderos sembradores de cizaña política de parte de sus voceros y tertulianos, todos ellos imbuidos del odio hacia España y los españoles; ilegalizar agrupaciones que se han distinguido por desobedecer las leyes, poner obstáculos a la justicia, lanzar injurias y calumnias en contra del Estado español y ser el verdadero motor de la revolución separatista de Cataluña. Es evidente que sin el Omnium Cultural del encarcelado señor J.Cuixart o la ANC del señor J. Sánchez, los separatistas carecerían del apoyo necesario para imponer su ley en las calles de las principales ciudades de Cataluña.


La forma limitada, mojigata, excesivamente moderada y poco eficaz con la que el Gobierno ha implantado el 155 en Cataluña, ha permitido que los separatistas se hayan rehecho con suma celeridad del trastorno que les produjo la aplicación de dicho artículo de la Constitución. En lugar de aprovechar para darle un golpe definitivo al separatismo, de desmontar todas sus estructuras y de impedirles seguir disponiendo de sus cajas de resistencia que han permitido sacar los millones necesarios para que, sin dificultad ni retardo alguno, todos los encarcelados que salieron con pago de fianza, lo hicieran al día siguiente al que el magistrado decidió tal medida. Nadie lo dude, detrás de todo este tinglado montado por los separatistas existen mecenas que hacen posible que, los ingentes gastos en los que se han metido quienes han decidido enfrentarse al Estado de derecho, sean absorbidos por aquellos que, desde el bagstage de la política, dirigen los hilos de esta revolución separatista quién sabe con qué oscuros objetivos. Mucho nos tememos que en esta operación separatista en Cataluña, iniciada cuando España y su gobierno se encontraban en una situación económica, social y crediticia muy peligrosa, con la intención de iniciar, en el lugar más propicio para crear una revuelta de toda España, el principio de una acción generalizada sobre todo el territorio nacional si, en realidad, en Cataluña se consiguiera alterar el orden público y poner en un brete al Gobierno de la nación.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, mucho nos tememos que el problema catalán no haya hecho más que empezar y que, las elecciones del próximo día 21, pueden traer más cola de la que en un principio se les concede. No vemos, salvo una sorpresa morrocotuda, la posibilidad de que el recuento de los votos favorezca la solución del grave problema que viene afectando al país catalán. Es posible que nos enfrentemos a situaciones mucho más graves que éstas a las que nos hemos visto obligados a trampear. Y, no lo olviden, el peligro, con ser mucho el que nos puede llegar del separatismo y el comunismo catalán; va a venir principalmente de la falta de unidad del grupo constitucionalista, del egoísmo del PSOE y de su filial el PSC y de los miedos que el egoísmo partidista ha venido sembrando en las filas del PP. Todo ello les pasará factura en las urnas.

El mal ya está hecho. El 21D un mero trámite

“El amor, la amistad y el respeto no unen tanto a la gente como un odio común hacia alguna cosa” A. Chejov
Miguel Massanet
martes, 19 de diciembre de 2017, 00:00 h (CET)

No lens volens, señores, por mucho que quisiéramos intentar cambiar las cosas es evidente que hemos entrado en una vorágine política que amenaza con convertirse en incontrolable, después de lo que se viene anunciando para los comicios del día 21. Las posibilidades de entendimiento, de solidaridad, de sentido común y de generosidad, dentro de cada uno de los grupos de políticos que se van a disputar la supremacía en Cataluña, a la vista de lo que se va descubriendo a través de las declaraciones de los principales protagonistas de esta merienda de negros en la que están enfrascados los grupos comunista-separatistas y los integrantes de los mal llamados constitucionalistas; nos hace prever un resultado electoral en el que las divisiones entre facciones, va a hacer prácticamente imposible que se constituya, en la comunidad catalana, un gobierno estable, duradero, capaz de llevar a cabo con sensatez y eficacia, la ardua labor que le queda por delante y evitar que los vicios del pasado, las pretensiones de independencia, el galimatías de las izquierdas y la falta de entendimiento de los grupos constitucionalistas, se repitan para impedir que la normalidad se vuelva a instaurar en Cataluña, la decadencia económica la siga golpeando y la marcha de empresas continúe sin solución de continuidad; hasta que el tejido industrial de toda la comunidad catalana llegue a colapsar y el desempleo llegue a ser el peor de toda la UE.


Dado por sabido que las posibilidades de llegar a acuerdos postelectorales con el conglomerado de los partidos, como JuntsxCat, ERC, Cataluña en Comú-Podem y CUP, por los independentistas, por un lado, y el grupo de C´s, PSC y el PP por el otro, sólo quedaría la posibilidad de que uno de los grupos sacara mayoría suficiente para que, en coalición, pudieran tener mayoría suficiente (en este caso absoluta) para poder constituir un gobierno capaz de mantenerse en el poder a lo largo de una legislatura. No sabemos, aunque lo imaginamos, las posibilidades de que JuntsxCat de Puigdemont y ERC de Junqueras o, en su caso, de Marta Rovira, se avinieran a coaligarse con la CUP o, incluso, conseguir el apoyo de la Colau para establecer un tripartito o cuádruple partido para gobernar pero, en todo caso y dada la idiosincrasia de cada uno de ellos unido al precedente de los enfrentamientos de Junqueras con Puigdemont, mucho tememos que una unión de naturaleza semejante iba a durar poco.


Pero es que, en el hipotético caso de que la suma de C´s, PP y PSC diera para conseguir la mayoría absoluta (algo que no parece probable) la postura del señor Iceta, manifestada en sus últimas declaraciones públicas, no permite esperar que, llegado el caso y si la señora Arrimadas logra conseguir, lo que le avanzan las encuestas, una buena cantidad de votos, aquél estuviera dispuesto a apoyarla como presidenta. Sólo la renuncia de Arrimadas a presidir un gobierno de coalición, aun siendo la que más votos obtuviera, para permitir ser presidente a Iceta, tendría alguna posibilidad de éxito; aunque mucho nos tememos que C´s no estuviera dispuesto a este sacrificio. Todo indica, por consiguiente que lo que es más probable que suceda en las elecciones del día 21, si nos atenemos a las encuestas que hasta ahora han ido apareciendo, va a resultar que, de estos nuevos comicios autonómicos salga un resultado tal que sea imposible conseguir una Cataluña que sea gobernable; lo que, con toda probabilidad, va a obligar a convocar unas nuevas elecciones sin garantía alguna de que los resultados no vuelvan a crear una situación caótica, como la que se prevé para ahora.


Siendo lo que hemos estado comentando bastante grave para Cataluña y para el resto de España, seguimos teniendo serias dudas acerca de la legitimidad con la que aspiran algunos de los que se presentan para ser elegidos a la consulta del día 21. Ignoramos, por no haberse publicado, los acuerdos que tuvieron con el magistrado, señor Llarena, para que los que salieron de la prisión bajo el pago de una fianza de 100.000 euros, pudieran continuar con su actividad política y, en consecuencia, concurrir a las elecciones como cualquier otro ciudadano no incapacitado para ello. Lo que sí estamos observando es que ninguno de ellos, desde la señora Forcadell a los señores Rull y Turull, parece que se hayan tomado en serio lo de atenerse a las leyes vigentes en España, a la Constitución ni al propio CP por el que, presuntamente, fueron imputados de delitos de suma gravedad, como son los de sedición, revolución, prevaricación y malversación de caudales públicos. Todos ellos se han manifestado dispuestos a seguir insistiendo en proclamar la independencia de Cataluña si consiguen recuperar sus puestos en la Asamblea de Cataluña lo que, evidentemente, supone reincidir en su intento de convertir las nuevas elecciones en el referéndum que ellos intentaron imponer al Estado español.


Se da por descontado que, en el caso de que el bloque separatista obtuvieras más votos o, simplemente (como ocurrió en la ocasión anterior) más escaños, debido a la Ley de Hont; van a aprovechar la legitimidad de esta consulta para lanzarse de nuevo al ataque y, esta vez, basándose en que una mayoría de los catalanes se han decantado por la opción nacionalista independentista. No va a ser lo mismo ni va a quedar tan claro que si se produce una situación semejante la amenaza de Rajoy de volver a aplicar el 155 sea tan efectiva como lo ha sido en la primera ocasión en la que se ha hecho. Ni el PSOE, que ya llegó a aceptarlo a regañadientes y mirando de obtener salidas tangenciales (estado federal) y, estaría por ver si Ciudadanos, convencidos de tener las bazas en su mano para forzar unas nuevas elecciones que pudieran acabar dándoles el poder, estuvieran conformes con apoyar de nueva una nueva intervención en Cataluña.


Es evidente que, como ya anunciamos el día en el que Rajoy anunció el adelanto de las elecciones, la convocatoria de las mismas con tanta premura ha sido uno de los errores tácticos más garrafales en los que haya podido incurrir el PP. El otro ha sido el no aprovechar las facultades que les otorgaba el 155 para intervenir las TV catalanas, principales responsables del incremento de simpatizantes para el separatismo y verdaderos sembradores de cizaña política de parte de sus voceros y tertulianos, todos ellos imbuidos del odio hacia España y los españoles; ilegalizar agrupaciones que se han distinguido por desobedecer las leyes, poner obstáculos a la justicia, lanzar injurias y calumnias en contra del Estado español y ser el verdadero motor de la revolución separatista de Cataluña. Es evidente que sin el Omnium Cultural del encarcelado señor J.Cuixart o la ANC del señor J. Sánchez, los separatistas carecerían del apoyo necesario para imponer su ley en las calles de las principales ciudades de Cataluña.


La forma limitada, mojigata, excesivamente moderada y poco eficaz con la que el Gobierno ha implantado el 155 en Cataluña, ha permitido que los separatistas se hayan rehecho con suma celeridad del trastorno que les produjo la aplicación de dicho artículo de la Constitución. En lugar de aprovechar para darle un golpe definitivo al separatismo, de desmontar todas sus estructuras y de impedirles seguir disponiendo de sus cajas de resistencia que han permitido sacar los millones necesarios para que, sin dificultad ni retardo alguno, todos los encarcelados que salieron con pago de fianza, lo hicieran al día siguiente al que el magistrado decidió tal medida. Nadie lo dude, detrás de todo este tinglado montado por los separatistas existen mecenas que hacen posible que, los ingentes gastos en los que se han metido quienes han decidido enfrentarse al Estado de derecho, sean absorbidos por aquellos que, desde el bagstage de la política, dirigen los hilos de esta revolución separatista quién sabe con qué oscuros objetivos. Mucho nos tememos que en esta operación separatista en Cataluña, iniciada cuando España y su gobierno se encontraban en una situación económica, social y crediticia muy peligrosa, con la intención de iniciar, en el lugar más propicio para crear una revuelta de toda España, el principio de una acción generalizada sobre todo el territorio nacional si, en realidad, en Cataluña se consiguiera alterar el orden público y poner en un brete al Gobierno de la nación.


O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadanos de a pie, mucho nos tememos que el problema catalán no haya hecho más que empezar y que, las elecciones del próximo día 21, pueden traer más cola de la que en un principio se les concede. No vemos, salvo una sorpresa morrocotuda, la posibilidad de que el recuento de los votos favorezca la solución del grave problema que viene afectando al país catalán. Es posible que nos enfrentemos a situaciones mucho más graves que éstas a las que nos hemos visto obligados a trampear. Y, no lo olviden, el peligro, con ser mucho el que nos puede llegar del separatismo y el comunismo catalán; va a venir principalmente de la falta de unidad del grupo constitucionalista, del egoísmo del PSOE y de su filial el PSC y de los miedos que el egoísmo partidista ha venido sembrando en las filas del PP. Todo ello les pasará factura en las urnas.

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Al fin, el sistema educativo (aunque fundamentalmente lo es, o habría de serlo, de enseñanza-aprendizaje) está dentro de una dinámica social y en su transcurrir diario forja futuros ciudadanos con base en unos valores imperantes de los que es complicado sustraerse. Desde el XIX hasta nuestros días dichos valores han estado muy influenciados por la evolución de la ética económico-laboral, a la que Jorge Dioni López se refería afinadamente en un artículo.

Acaba de fallecer Joe Lieberman, con 82 años, senador estadounidense por Connecticut durante cuatro mandatos antes de ser compañero de Al Gore en el año 2000. Desde que se retiró en 2013 retomó su desempeño en la abogacía en American Enterprise Institute y se encontraba estrechamente vinculado al grupo político No Label (https://www.nolabels.org/ ) y que se ha destacado por impulsar políticas independientes y centristas.

Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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