John y Jeremy son dos abogados solteros, jóvenes y bien resueltos que se dedican, en sus ratos de ocio, a colarse en las nupcias de cualquiera con el objetivo de darse un buen banquete y llevarse al huerto a alguna de las presentes.
El gran inconveniente de estas comedias norteamericanas con una premisa salvaje y algo fuera de lugar es su desarrollo, abocado a sustituir el gamberrismo infantil por la cursilería de tintes machistas (decididamente más facilona) para terminar de enderezarlo todo con la reconciliación de rigor y el beso final. Esto es precisamente lo que ocurre en De boda en boda, una película que ha tenido un éxito flamante en Estados Unidos e incluso ha ganado un premio (sic) como la mejor película del verano en los Teen Choice Awards (sí, esto existe), pero que, si bien no resulta tan descaradamente irritante como Gigoló Europeo la cosa no pasa del aburrimiento total por la inconcreción de personajes y las invariablemente forzadas situaciones melodramáticas.
En cuanto al gag por el gag, destaca la secuencia de la caza por sus resultados inesperados (al pobre Jeremy le clavan unos cuantos balines en el trasero), pero continúa la sobrecogedora tendencia a jugar demasiado con el sexo y, penosamente, con la homofobia más despreciable. En este sentido hay poco más que añadir, salvo el no ha lugar de algunos fragmentos que pretenden parecerse a Los padres de ella (la cual, sin ser un film maravilloso, era una obra maestra en comparación con esto) y el pobre diseño de cuantas féminas aparecen y desaparecen ante nuestros legañosos ojos.
Por cierto, dirige David Dobkin (el de Los rebeldes de Shanghai), aunque podría haber sido Jesse Dylan, Paul Weitz, James B. Rogers, Danny Leiner o Todd Phillips (en realidad no habría ninguna diferencia), y protagonizan Owen Wilson y Vince Vaughn en plan a-ver-quien-es-más-idiota, aunque también son intercambiables por Ben Stiller, Sean William Scott, Rob Schneider o el propio Adam Sandler. En cuanto a la chica, en vez de Rachel McAdams (que se mantendrá algunas semanas con dos películas en cartelera), digamos que valdría cualquier rostro de la nueva generación de actrices americanas de cara lavada.
Lo Mejor: La mencionada secuencia de la caza (que no dura más de 30 segundos) y la bicicleta apañada por Jeremy para los niños.
Lo Peor: La constante sensación de estar viendo un film “para hombres”, en el que las mujeres pintan más bien poco (lo justo para reírse de ellas), algunos chistes sobre “maricas” y lesbianas dignos de un submental de cinco años y la escena del entierro (aparición como guest star de Will Ferrell), en la que (aviso) pueden entrarle a uno incontrolables ganas de vomitar.