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Cada ser humano y cada alma es un microcosmos en el macrocosmos universal

¡Aprovecha el instante! ¡Aprovecha el día!

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Los caminos de cada ser humano y también los de cada alma son completamente diferentes a todos los demás, porque cada ser humano se programa cada día a sí mismo y a su alma en el pro y contra personal. Por eso cada persona recorre su camino pasando por los altibajos de su existencia, y su alma con ella. Más tarde, después de abandonar su envoltura física, después de la muerte del cuerpo, el alma va a las correspondientes constelaciones planetarias del macrocosmos material, luego al cosmos de sustancia más sutil, hasta que finalmente llega al hogar, al Reino de Dios, al macrocosmos absoluto de sustancia totalmente sutil. Según sea el caso, se trata de un largo camino cósmico de peregrinaje.

Al alma también le es posible interrumpir por sí misma su camino de peregrinaje directo para ir de nuevo a una encarnación, a un nuevo nacimiento como ser humano, pues todo ser humano, toda alma tiene el libre albedrío. Por consiguiente toda persona determina por sí misma su evolución en base a su conducta a favor o en contra de la ley cósmica eternamente universal, que es la vida, y también el desarrollo de su alma. Todos los detalles que están contra la ley cósmica, contra la vida, cargan el alma de cada cual, pero también su cuerpo físico. De ello de derivan golpes del destino, necesidades y enfermedades, según sea la intensidad de las culpas.

Pero por encima de todo está la misericordia de Dios que dice: «Aprovecha el instante. Aprovecha el día, y reconoce tus formas de comportamiento, arrepiéntete de ellas y purifícalas, repara lo que aún es posible y en adelante no repitas nada igual o parecido». Esto vale para los contenidos de todos nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y obras, para todos los deseos dañinos como vicios, explotación, violación, e incluso del querer aprovecharse de los demás.

¡Aprovecha el instante! ¡Aprovecha el día!

Cada ser humano y cada alma es un microcosmos en el macrocosmos universal
Vida Universal
lunes, 11 de diciembre de 2017, 08:05 h (CET)
Los caminos de cada ser humano y también los de cada alma son completamente diferentes a todos los demás, porque cada ser humano se programa cada día a sí mismo y a su alma en el pro y contra personal. Por eso cada persona recorre su camino pasando por los altibajos de su existencia, y su alma con ella. Más tarde, después de abandonar su envoltura física, después de la muerte del cuerpo, el alma va a las correspondientes constelaciones planetarias del macrocosmos material, luego al cosmos de sustancia más sutil, hasta que finalmente llega al hogar, al Reino de Dios, al macrocosmos absoluto de sustancia totalmente sutil. Según sea el caso, se trata de un largo camino cósmico de peregrinaje.

Al alma también le es posible interrumpir por sí misma su camino de peregrinaje directo para ir de nuevo a una encarnación, a un nuevo nacimiento como ser humano, pues todo ser humano, toda alma tiene el libre albedrío. Por consiguiente toda persona determina por sí misma su evolución en base a su conducta a favor o en contra de la ley cósmica eternamente universal, que es la vida, y también el desarrollo de su alma. Todos los detalles que están contra la ley cósmica, contra la vida, cargan el alma de cada cual, pero también su cuerpo físico. De ello de derivan golpes del destino, necesidades y enfermedades, según sea la intensidad de las culpas.

Pero por encima de todo está la misericordia de Dios que dice: «Aprovecha el instante. Aprovecha el día, y reconoce tus formas de comportamiento, arrepiéntete de ellas y purifícalas, repara lo que aún es posible y en adelante no repitas nada igual o parecido». Esto vale para los contenidos de todos nuestros sentimientos, pensamientos, palabras y obras, para todos los deseos dañinos como vicios, explotación, violación, e incluso del querer aprovecharse de los demás.

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