El fútbol clásico, hasta donde a algunos nos llega la memoria, se basaba casi siempre en dos o a lo sumo tres esquemas básicos: 4-4-2, 4-3-3 o 5-3-2 (este más reciente) y donde el lateral era lateral el extremo extremo y el ariete ariete.

Hoy día, ya es más normal hablar de 4-2-3-1, 5-3-1-1 y esquemas similares, así como de carrileros, medias puntas, pivotes defensivos, etc, existen en el fútbol hispano solo de unos años a esta parte. Pero lo que es indudable es que lo que otorga éxito a un esquema o a otro es básicamente la calidad de los hombres que ocupan esas demarcaciones, se juegue con un ‘rombo’, ‘cuadrado mágico’ o cualquier otra figura geométrica.

Y hablando de calidad, ha sido característica habitual de varios entrenadores (sobre todo de los de caché) inventar esquemas o puestos para jugadores contrastados en otros puestos, diferentes de los habituales, amparados en su ‘genialidad’ o en su ‘capacidad’ para ver más allá de lo que el resto de mortales podemos alcanzar a ver:
David Beckham hizo el miércoles frente al Olympiacos griego uno de los más completos partidos que el inglés ha cuajado desde que viste la casaca blanca, como interior derecho, en la posición en que brilló y triunfó internacionalmente en el United, por cierto. En cambio, los sucesivos misters de la última etapa merengue se han empeñado en alinearle en el centro, donde cumplía sin más…

Qué decir de Baptista jugando escorado a la izquierda, cuando es un medio ofensivo – media punta que se hinchó a meter goles jugando ahí en el Sevilla; en esa demarcación gozó como de 4-5 ocasiones meridianas de gol el mismo miércoles…Y esa mejora del Madrid, en buena medida, por poner a cada jugador en su puesto.

Los ejemplos que se pueden citar son variados: Javi González: interior ofensivo reconvertido durante 3 años a lateral, aun con evidentes lagunas defensivas.

Pablo Aimar jugando en banda, limitando su movilidad natural en la media punta, su hábitat natural y donde más peligro crea…
Del mismo modo, hay situaciones de reconversiones afortunadas (Regueiro de extremo a lateral-carrilero, p.ej.) o jugadores ambivalentes que cumplen bien en distintas demarcaciones (Angulo, Puyol, Sergio Ramos, etc.), que no admiten discusión. Pero la posición ideal de Beckham, Aimar, Baptista, etc, es poco debatible.

Sentido común y racionalidad son buenos compañeros de viaje, en la vida y en el fútbol.