Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cristianismo originario | Religión | Animales

El estigma de los vegetarianos a lo largo de la historia

|

Ya en los primeros siglos después de Cristo se persiguió de forma sangrienta y se eliminó cruelmente a los seguidores del Nazareno que eran exclusivamente vegetarianos, ya que de no ser así no hubiesen sido aceptados en las primeras comunidades. Se les estigmatizó como herejes y se torturó, quemó, esclavizó, aniquiló y erradicó a miles y miles de ellos en crueles matanzas.

Se trataba de comunidades de fe cristianas como las de los maniqueos, bogumilos y pauliquianos, valdenses, cátaros y husitas, a quienes simplemente se asesinó por orden de la Iglesia. Fueron personas como Marción, Montano, Maximilia, Priscila, Mani, Orígenes, Jan Hus, Giordano Bruno, Savonarola y muchos otros honestos seguidores de Cristo, todos ellos personas que se esmeraban en dejar resucitar en sí a Jesús de Nazaret, a seguirle a Él en toda libertad en base a los hechos, personas firmemente decididas a hacer realidad en la vida diaria sus conocimientos espirituales sobre la vida, que es Dios.

Pero una y otra vez venía la despiadada e implacable competencia religiosa, el pacto moral entre la Iglesia y el Estado, que a sangre y a fuego y con la enseñanza de una condenación eterna ideada por los sacerdotes, en lugar de la enseñanza de la reencarnación, hizo que ya la vida terrenal de toda persona fuese un infierno.

Una casta sacerdotal agresiva incitó una y otra vez, incluso en el pasado más reciente, a ciertos pueblos contra las minorías y contra otros pueblos. Y el clero de alto rango gritaba: «Dios lo quiere. Dios lo quiere. Dios con nosotros».

A sangre y a fuego, con matanzas y asesinatos, con torturas y esclavización inculcaron a los pueblos durante siglos lo contrario de lo que enseñó Jesús de Nazaret, en base a golpes, palos y moratones. Ellos vertieron su enseñanza realmente demoníaca del canibalismo animal en los ultrajados y magullados cuerpos y en las lastimadas almas de los pueblos oprimidos. Y una y otra vez clamaba con rabia agresiva el alto clero: «¡Esto es la voluntad de dios. ¡El que no obedezca a la Iglesia y al Estado, no solo irá a parar al calabozo, a la hoguera o la horca, sino que además también a la condenación eterna!».

El estigma de los vegetarianos a lo largo de la historia

Vida Universal
martes, 28 de noviembre de 2017, 08:08 h (CET)
Ya en los primeros siglos después de Cristo se persiguió de forma sangrienta y se eliminó cruelmente a los seguidores del Nazareno que eran exclusivamente vegetarianos, ya que de no ser así no hubiesen sido aceptados en las primeras comunidades. Se les estigmatizó como herejes y se torturó, quemó, esclavizó, aniquiló y erradicó a miles y miles de ellos en crueles matanzas.

Se trataba de comunidades de fe cristianas como las de los maniqueos, bogumilos y pauliquianos, valdenses, cátaros y husitas, a quienes simplemente se asesinó por orden de la Iglesia. Fueron personas como Marción, Montano, Maximilia, Priscila, Mani, Orígenes, Jan Hus, Giordano Bruno, Savonarola y muchos otros honestos seguidores de Cristo, todos ellos personas que se esmeraban en dejar resucitar en sí a Jesús de Nazaret, a seguirle a Él en toda libertad en base a los hechos, personas firmemente decididas a hacer realidad en la vida diaria sus conocimientos espirituales sobre la vida, que es Dios.

Pero una y otra vez venía la despiadada e implacable competencia religiosa, el pacto moral entre la Iglesia y el Estado, que a sangre y a fuego y con la enseñanza de una condenación eterna ideada por los sacerdotes, en lugar de la enseñanza de la reencarnación, hizo que ya la vida terrenal de toda persona fuese un infierno.

Una casta sacerdotal agresiva incitó una y otra vez, incluso en el pasado más reciente, a ciertos pueblos contra las minorías y contra otros pueblos. Y el clero de alto rango gritaba: «Dios lo quiere. Dios lo quiere. Dios con nosotros».

A sangre y a fuego, con matanzas y asesinatos, con torturas y esclavización inculcaron a los pueblos durante siglos lo contrario de lo que enseñó Jesús de Nazaret, en base a golpes, palos y moratones. Ellos vertieron su enseñanza realmente demoníaca del canibalismo animal en los ultrajados y magullados cuerpos y en las lastimadas almas de los pueblos oprimidos. Y una y otra vez clamaba con rabia agresiva el alto clero: «¡Esto es la voluntad de dios. ¡El que no obedezca a la Iglesia y al Estado, no solo irá a parar al calabozo, a la hoguera o la horca, sino que además también a la condenación eterna!».

Noticias relacionadas

Un 23 de abril de 1934, según el diario El Mundo de Buenos Aires, la Sociedad de las Naciones había desmentido actos de canibalismo en las tropas bolivianas que combatían en el Chaco. El New York Times había publicado trascendidos que circulaban en La Paz, dando cuenta de que nativos del Chaco, sin ningún respeto,  habían matado y devorado a oficiales bolivianos, en protesta por el reclutamiento forzozo de los pueblos originarios.

Tenemos un país donde miles de personas votan a asesinos. Algo no está bien. Adoctrinados en el odio a España, desde pequeños, votan. El problema es que representan el 0,7% pero influyen en España al 100%. Poco que hacer. Puede ir a peor. Aficiones y aflicciones del personal de allí, allá o acullá; y el de aquí. Por lo que hay y pueda ocurrir, el resultado importa. En el País Vasco sobre todo, también en el resto de España y en la UE.

Las  conductas de riesgo son aquellos comportamientos que implican un efecto placentero inmediato pero carecen de una valoración de las consecuencias posteriores. Es preciso comprender que son los mecanismos cognitivos los que guían al adolescente y joven a la asunción de conductas de riesgo.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto