Muchos comentaristas lamentan que - cuando están en horas tan bajas Rajoy haya dado ánimos a los secesionistas afirmando que aceptará una Generalidad suya “si acata la ley”. Por supuesto, en ese caso el problema sería muy grave. Porque la ley fundamental, la Constitución, como en todos los demás países europeos, prohíbe ya el separatismo. Habría que modificarla, admitiéndolo o, como sería lo lógico y deseado por la mayoría de los mismos catalanes, y realizado en otros países de nuestro entorno, prohibir los partidos independentistas. También cabría la solución exitosa del Canadá en una crisis parecida, al exigir, para decisión tan grave, una mayoría cualificada.
En todo caso, es evidente que los actuales dirigentes independentistas catalanes han probado demasiado que no respetan las leyes y nos han mentido y dañado mucho, y por esos hechos deben ser juzgados e ir, o permanecer, en la cárcel. Y que Rajoy, en vez de ponerlos puntos sobre las íes, h agravado sus errores con estas declaraciones que les dan esperanzas de que podrán seguir arruinándonos económica y moralmente a todos. Necesitamos con urgencia cambiar a un jefe que, imitando a otro nefasto paisano suyo, hoy se atreve encima a presumir de “salvar España”, también tan tarde y desastrosamente. Cambio y posible mejora que en una democracia sólo pueden darnos unas elecciones generales.