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“Es lastimoso que seamos seducidos por nuestras propias bufonadas e invenciones” M.E de Montaigne

El nefasto cuento de la lechera del separatismo catalán

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Cuando observamos con cuánto ahínco y con qué entrega, los artífices de la reciente historia de Cataluña intentan salvar los escombros de lo que ha pretendido ser el mayor desafío de una región a la nación a la que lleva unida más de 500 años; no podemos menos de sentirnos afectados, tanto como ciudadanos residentes en esta comunidad, como como españoles directamente afectados por la locura separatista que se ha apoderado de tantos catalanes que, por ingenuidad, por desconocimiento o por fanatismo han sido víctimas propiciatorias de esta pléyade de políticos que fueron capaces de construir, en torno a un relato histórico manipulado, inventado y artificiosamente acoplado para que se mostrara lo suficientemente convincente de modo que consiguiera atraer a muchos catalanes a la causa del independentismo.

Ahora, cuando toda la trama montada por los distintos partidos que han llevado a Cataluña a la actual situación de desconcierto en la que nos encontramos, se está mostrando tal y como en realidad es: una gran mentira cuyos efectos deletéreos para la sociedad, el comercio, la industria y el turismo de toda Cataluña, cuyos efectos se están empezando a manifestar como anticipo a lo que podría llegar a suceder en esta región de España, si la fatalidad y la falta de sentido común de los catalanes, en las elecciones del próximo 21 de diciembre, intentaran conducir a Cataluña, de nuevo, al despeñadero de su independencia de España; es cuando sentimos la necesidad de pedirles cuentas a todos estos ilusos, temerarios y vendedores de utopías que con sus sandeces, embustes y fantasías, han conseguido lo que no consiguieron los años de crisis por los que ha tenido que pasar España: poner en peligro la recuperación del país, hipotecar nuestro lugar privilegiado en Europa y acabar echando por la borda todo el esfuerzo de los ciudadanos españoles para conseguir superar una de las peores crisis económicas del Mundo.

Que el señor Junqueras, en época de grandes meditaciones filosóficas en la soledad de la cárcel, haya decidido delegar en una de las peores representantes del separatismo excluyente, como es la señora Marta Rovira (una de las que más influyeron en que, Puigdemont, decidiera no convocar elecciones), para que le sucediera como candidata de ERC a la presidencia de la Generalitat ; no hace sino confirmarnos en nuestra idea de que el independentismo sigue vivo y que, todos los culpables de que se tuviera que aplicar el Art.º155 en la autonomía catalana, siguen convencidos de que esta lucha, sin sentido alguno, en pos de una utópica nación catalana, debe continuar con la misma fuerza y tesón con que la han mantenido hasta ahora, una vez se hayan celebrado las elecciones del 21D. Lo mismo podríamos decir de este señor, Carles Puigdemont, que, para evitar entrar en la cárcel, huyó vergonzosamente de España para instalarse a cuerpo de rey en la nación belga desde donde, sin que nadie se lo impida, ni las propias autoridades que decretaron su detención y posterior puesta en libertad, pusieran la condición de que no utilizara el territorio nacional belga para ser su centro de propaganda en contra del gobierno y la propia Justicia, españoles.

Cuando se habla de que el brexit inglés puede hacer peligrar la llegada de fondos de cohesión comunitarios a España por valor de 37.000 millones de euros, tenemos que dar cuenta de que los hoteleros catalanes se están lamentando ya de la caída del turismo. Si la señora Colau, esta “brillante” alcaldesa de Barcelona, ya puso la primera piedra de su particular campaña en contra del turismo en la ciudad condal, el separatismo ha contribuido a que el resto de este edificio de dislates, respeto a los visitantes de fuera de España, haya conseguido en tiempo récord, que los malos augurios que se hicieron respecto a dicha iniciativa se hayan confirmado con creces, de tal manera que los datos se hayan convertido en inexorables muestras del daño que se ha hecho al sector turístico catalán. Hoy mismo, La Vanguardia, uno de los periódicos que más ha defendido el independentismo catalán, no ha tenido más remedio que reconocer que, la ocupación hotelera del pasado mes de octubre, sólo ha sido un 83% de lo que fue la de octubre del año pasado (siete puntos menos); que el precio medio de la habitación ha bajado 9 € y que, las reservas hoteleras para Navidad, han descendido en un 40%. El Gremio de Hoteleros (¿por qué no lo pensaron antes, cuando todos se las prometían muy felices con una Cataluña independiente?) exigen de las administraciones que, por si no se hubiera invertido suficiente en Cataluña a través de la financiación y el FLA, se destinen otros 7 millones de euros para promoción del turismo ¿en qué quedamos?

La aplicación del 155 no ha sido suficiente para impedir que siga el goteo, en ocasiones a chorro, de empresas catalanas que han decidido cambiar de sede social a otros lugares de España o del Extranjero; de modo que ya se habla de que son 4000 las que se han ido y más de mil las que han cambiado su domicilio fiscal, lo que supone un 13% menos de recaudación para la autonomía catalana. Lo peor es que ya son varias las multinacionales que, no contentas con haber desplazado su sede social y fiscal, están empezando a plantearse la posibilidad de trasladar sus centros productivos a otros lugares menos conflictivos y, posiblemente, donde se paguen menos impuestos y existan menos trabas burocráticas. El señor de Guindos intenta dar tranquilidad y pide que cese el éxodo de empresas de Cataluña. Es obvio que, últimamente, son menos los que se van, entre otras razones debido a que las más importantes ya hace tiempo que lo hicieron, no obstante, tan cierto como ello será que la mayoría de las empresas que ya han adoptado por irse no va a ser fácil que regresen a Cataluña, como ocurrió con las que se marcharon de Quebec, por parecidos motivos, que no regresaron nunca de Toronto ciudad en la que se habían instalado.

Pese al optimismo del señor Rajoy y al intento de aparentar tener dominada la situación que, desde el PP, se quiere vender al pueblo español; no parece que estas elecciones precipitadas con las que se intentó coger con el pie cambiado al separatismo, tengan asegurada una victoria clara y suficiente de los partidos constitucionalistas, para llamarlos de alguna manera, sobre el grupo de la izquierda independentista en el que incluimos a un PDEcat en plena descomposición, con escasísimas posibilidades de que se reproduzcan las favorables votaciones de otros tiempos. Y es que, a don Mariano parece que no le caben en la cabeza las posibilidades de un cambio de compañeros de gobierno del señor Iceta, demostrado enemigo de cualquier posible pacto con los populares, como ha dado muestras en todas las ocasiones en las que ha tenido posibilidad de darlo a entender. Ni P.Sánchez, por mucho de que ahora le conviene mostrarse comedido y haya colaborado en poner en marcha el Art.º 155, aunque tascando el freno; es evidente que sus “simpatías” por el PP y, principalmente por Rajoy, están en bajo mínimos, lo que no augura que, aún ganado el bloque contrario a la independencia, no se puede esperar que la aritmética electoral impida que, quienes se lleven el gato al agua, sean los independentistas o una simbiosis de ellos con los socialistas.

El porvenir de Cataluña puede considerarse sumamente incierto. Si vencen los independentistas, con toda probabilidad podría crear una situación complicada porque ya, desde ahora, están vendiendo los comicios del 21D como el sustituto de referendo por decidir o, lo que es lo mismo, le van a dar el carácter de una consulta a favor o contra la independencia. Puede ocurrir que las fuerzas queden tan igualadas que no exista una mayoría clara o lo suficientemente fuerte para que permita que, el gobierno de un bloque determinado, pueda pretender hacerse con el poder, en cuyo caso los menos favorecidos serían los del bloque españolista. Puede ocurrir, en el peor de los casos, que los independentistas se alíen con los anarquistas de la CUP, como ha sucedido en las autonómicas anteriores, con fatales resultados para la anterior CDC, contando con el apoyo de los comunistas de BComú de la señora Colau y los comunistas bolivarianos de Podemos. En cualquier caso, salvo el comprometido acuerdo de todas las fuerzas antiseparatistas, el resultado para el pueblo catalán puede ser de unas consecuencias tales que, salvo un milagro, condujeran al país a una situación, con respeto al resto de España, que convirtiera la vida en esta región en insoportable.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, empezamos a pensar en que los resultados de esta aplicación descafeinada del Art.º 155 de la Constitución; la absoluta falta de intervención en temas tan importantes como la educación y el adoctrinamiento que en las escuelas y universidades catalanas se lleva a efecto o la nula intervención estatal de los medios de comunicación desde los cuales, sin el menor disimulo, se van llevando a cabo actos claros de propaganda de la insurrección, fomento del rechazo a las medidas estatales, defensa de los encarcelados a los que consideran víctimas de sus pensamientos políticos; acusaciones de politización de la Justicia y ataques escorados y evidentemente falsos, sobre la actuación de los policías y la Guardia civil nacionales; con lo que han conseguido crear una imagen falsa de todo lo que ha estado sucediendo en estas tierras de Cataluña. Lo peor es que el mal ya está hecho y que, de cara al exterior, ya son muchos los europeos que se han creído, a pies juntillas, lo que la falsa propaganda del independentismo les ha hecho llegar a través de medios, como estos a los que nos hemos referido. Siempre nos encontramos con la mojigatería, el miedo escénico y la falta de arrestos de este desconocido PP que hoy está al frente del gobierno español.

El nefasto cuento de la lechera del separatismo catalán

“Es lastimoso que seamos seducidos por nuestras propias bufonadas e invenciones” M.E de Montaigne
Miguel Massanet
viernes, 17 de noviembre de 2017, 07:58 h (CET)
Cuando observamos con cuánto ahínco y con qué entrega, los artífices de la reciente historia de Cataluña intentan salvar los escombros de lo que ha pretendido ser el mayor desafío de una región a la nación a la que lleva unida más de 500 años; no podemos menos de sentirnos afectados, tanto como ciudadanos residentes en esta comunidad, como como españoles directamente afectados por la locura separatista que se ha apoderado de tantos catalanes que, por ingenuidad, por desconocimiento o por fanatismo han sido víctimas propiciatorias de esta pléyade de políticos que fueron capaces de construir, en torno a un relato histórico manipulado, inventado y artificiosamente acoplado para que se mostrara lo suficientemente convincente de modo que consiguiera atraer a muchos catalanes a la causa del independentismo.

Ahora, cuando toda la trama montada por los distintos partidos que han llevado a Cataluña a la actual situación de desconcierto en la que nos encontramos, se está mostrando tal y como en realidad es: una gran mentira cuyos efectos deletéreos para la sociedad, el comercio, la industria y el turismo de toda Cataluña, cuyos efectos se están empezando a manifestar como anticipo a lo que podría llegar a suceder en esta región de España, si la fatalidad y la falta de sentido común de los catalanes, en las elecciones del próximo 21 de diciembre, intentaran conducir a Cataluña, de nuevo, al despeñadero de su independencia de España; es cuando sentimos la necesidad de pedirles cuentas a todos estos ilusos, temerarios y vendedores de utopías que con sus sandeces, embustes y fantasías, han conseguido lo que no consiguieron los años de crisis por los que ha tenido que pasar España: poner en peligro la recuperación del país, hipotecar nuestro lugar privilegiado en Europa y acabar echando por la borda todo el esfuerzo de los ciudadanos españoles para conseguir superar una de las peores crisis económicas del Mundo.

Que el señor Junqueras, en época de grandes meditaciones filosóficas en la soledad de la cárcel, haya decidido delegar en una de las peores representantes del separatismo excluyente, como es la señora Marta Rovira (una de las que más influyeron en que, Puigdemont, decidiera no convocar elecciones), para que le sucediera como candidata de ERC a la presidencia de la Generalitat ; no hace sino confirmarnos en nuestra idea de que el independentismo sigue vivo y que, todos los culpables de que se tuviera que aplicar el Art.º155 en la autonomía catalana, siguen convencidos de que esta lucha, sin sentido alguno, en pos de una utópica nación catalana, debe continuar con la misma fuerza y tesón con que la han mantenido hasta ahora, una vez se hayan celebrado las elecciones del 21D. Lo mismo podríamos decir de este señor, Carles Puigdemont, que, para evitar entrar en la cárcel, huyó vergonzosamente de España para instalarse a cuerpo de rey en la nación belga desde donde, sin que nadie se lo impida, ni las propias autoridades que decretaron su detención y posterior puesta en libertad, pusieran la condición de que no utilizara el territorio nacional belga para ser su centro de propaganda en contra del gobierno y la propia Justicia, españoles.

Cuando se habla de que el brexit inglés puede hacer peligrar la llegada de fondos de cohesión comunitarios a España por valor de 37.000 millones de euros, tenemos que dar cuenta de que los hoteleros catalanes se están lamentando ya de la caída del turismo. Si la señora Colau, esta “brillante” alcaldesa de Barcelona, ya puso la primera piedra de su particular campaña en contra del turismo en la ciudad condal, el separatismo ha contribuido a que el resto de este edificio de dislates, respeto a los visitantes de fuera de España, haya conseguido en tiempo récord, que los malos augurios que se hicieron respecto a dicha iniciativa se hayan confirmado con creces, de tal manera que los datos se hayan convertido en inexorables muestras del daño que se ha hecho al sector turístico catalán. Hoy mismo, La Vanguardia, uno de los periódicos que más ha defendido el independentismo catalán, no ha tenido más remedio que reconocer que, la ocupación hotelera del pasado mes de octubre, sólo ha sido un 83% de lo que fue la de octubre del año pasado (siete puntos menos); que el precio medio de la habitación ha bajado 9 € y que, las reservas hoteleras para Navidad, han descendido en un 40%. El Gremio de Hoteleros (¿por qué no lo pensaron antes, cuando todos se las prometían muy felices con una Cataluña independiente?) exigen de las administraciones que, por si no se hubiera invertido suficiente en Cataluña a través de la financiación y el FLA, se destinen otros 7 millones de euros para promoción del turismo ¿en qué quedamos?

La aplicación del 155 no ha sido suficiente para impedir que siga el goteo, en ocasiones a chorro, de empresas catalanas que han decidido cambiar de sede social a otros lugares de España o del Extranjero; de modo que ya se habla de que son 4000 las que se han ido y más de mil las que han cambiado su domicilio fiscal, lo que supone un 13% menos de recaudación para la autonomía catalana. Lo peor es que ya son varias las multinacionales que, no contentas con haber desplazado su sede social y fiscal, están empezando a plantearse la posibilidad de trasladar sus centros productivos a otros lugares menos conflictivos y, posiblemente, donde se paguen menos impuestos y existan menos trabas burocráticas. El señor de Guindos intenta dar tranquilidad y pide que cese el éxodo de empresas de Cataluña. Es obvio que, últimamente, son menos los que se van, entre otras razones debido a que las más importantes ya hace tiempo que lo hicieron, no obstante, tan cierto como ello será que la mayoría de las empresas que ya han adoptado por irse no va a ser fácil que regresen a Cataluña, como ocurrió con las que se marcharon de Quebec, por parecidos motivos, que no regresaron nunca de Toronto ciudad en la que se habían instalado.

Pese al optimismo del señor Rajoy y al intento de aparentar tener dominada la situación que, desde el PP, se quiere vender al pueblo español; no parece que estas elecciones precipitadas con las que se intentó coger con el pie cambiado al separatismo, tengan asegurada una victoria clara y suficiente de los partidos constitucionalistas, para llamarlos de alguna manera, sobre el grupo de la izquierda independentista en el que incluimos a un PDEcat en plena descomposición, con escasísimas posibilidades de que se reproduzcan las favorables votaciones de otros tiempos. Y es que, a don Mariano parece que no le caben en la cabeza las posibilidades de un cambio de compañeros de gobierno del señor Iceta, demostrado enemigo de cualquier posible pacto con los populares, como ha dado muestras en todas las ocasiones en las que ha tenido posibilidad de darlo a entender. Ni P.Sánchez, por mucho de que ahora le conviene mostrarse comedido y haya colaborado en poner en marcha el Art.º 155, aunque tascando el freno; es evidente que sus “simpatías” por el PP y, principalmente por Rajoy, están en bajo mínimos, lo que no augura que, aún ganado el bloque contrario a la independencia, no se puede esperar que la aritmética electoral impida que, quienes se lleven el gato al agua, sean los independentistas o una simbiosis de ellos con los socialistas.

El porvenir de Cataluña puede considerarse sumamente incierto. Si vencen los independentistas, con toda probabilidad podría crear una situación complicada porque ya, desde ahora, están vendiendo los comicios del 21D como el sustituto de referendo por decidir o, lo que es lo mismo, le van a dar el carácter de una consulta a favor o contra la independencia. Puede ocurrir que las fuerzas queden tan igualadas que no exista una mayoría clara o lo suficientemente fuerte para que permita que, el gobierno de un bloque determinado, pueda pretender hacerse con el poder, en cuyo caso los menos favorecidos serían los del bloque españolista. Puede ocurrir, en el peor de los casos, que los independentistas se alíen con los anarquistas de la CUP, como ha sucedido en las autonómicas anteriores, con fatales resultados para la anterior CDC, contando con el apoyo de los comunistas de BComú de la señora Colau y los comunistas bolivarianos de Podemos. En cualquier caso, salvo el comprometido acuerdo de todas las fuerzas antiseparatistas, el resultado para el pueblo catalán puede ser de unas consecuencias tales que, salvo un milagro, condujeran al país a una situación, con respeto al resto de España, que convirtiera la vida en esta región en insoportable.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, empezamos a pensar en que los resultados de esta aplicación descafeinada del Art.º 155 de la Constitución; la absoluta falta de intervención en temas tan importantes como la educación y el adoctrinamiento que en las escuelas y universidades catalanas se lleva a efecto o la nula intervención estatal de los medios de comunicación desde los cuales, sin el menor disimulo, se van llevando a cabo actos claros de propaganda de la insurrección, fomento del rechazo a las medidas estatales, defensa de los encarcelados a los que consideran víctimas de sus pensamientos políticos; acusaciones de politización de la Justicia y ataques escorados y evidentemente falsos, sobre la actuación de los policías y la Guardia civil nacionales; con lo que han conseguido crear una imagen falsa de todo lo que ha estado sucediendo en estas tierras de Cataluña. Lo peor es que el mal ya está hecho y que, de cara al exterior, ya son muchos los europeos que se han creído, a pies juntillas, lo que la falsa propaganda del independentismo les ha hecho llegar a través de medios, como estos a los que nos hemos referido. Siempre nos encontramos con la mojigatería, el miedo escénico y la falta de arrestos de este desconocido PP que hoy está al frente del gobierno español.

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Pienso, y esto no deja de ser una opinión exclusivamente personal, que la literatura debe estar escrita siempre desde el foco de la ilusión y la esperanza. Son los esenciales avituallamientos para la creatividad. No digo ya que las novelas deban tener un matiz rosa y de amores platónicos que nos alejan de la realidad. Porque ante todo hay que tener presente el punto de unión entre la ficción y la realidad.

Estoy arrepintiéndome de votar, arrepintiéndome de leer páginas de opinión política en la prensa, arrepintiéndome de acudir a manifestaciones manipuladas, arrepintiéndome de ver noticiarios de televisión y, mucho más, tertulias generalistas con tertulianos mediocres.

El padre de la Constitución argentina, Juan Bautista Alberdi, en su obra "El Crimen de la Guerra"(1870), afirma: "No puede haber guerra justa, porque no hay guerra juiciosa. La guerra es la pérdida temporal del juicio". Asimismo, añade que "las guerras serán mas raras a medida que la responsabilidad por sus efectos se hagan sentir en todos los que las promueven y las invitan".

 
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