Henri-Fréderik Amiel dijo: “La duda en el amor acaba por hacer dudar de todo”.No obstante, Hugo Ojetti objetó: “Dudar de si mismo es la primera señal de inteligencia.” Mas, Jaime Balmes apuntó: “Dudar de todo es carecer de lo más preciso de la razón humana, que es el sentido común.” Pero, Lu Xun argumentó: “Dudar no es un defecto. Dudar todo el tiempo sin llegar a una conclusión es el defecto.”
Sin embargo, Abate Galiani apostilló: “La buena filosofía empieza con el dudar y no termina nunca.” El método científico se basa en la premisa del ensayo-error, de modo que cualquier conjetura es válida solo mientras no se demuestre lo contrario. Dudar es la base del conocimiento, no hacerlo es acomodarse. Resulta chocante que haya tan poco escepticismo en una sociedad tan científica como la nuestra. La locución latina “cogito ergo sum”, que en español se traduce como «pienso, por lo tanto existo», es un planteamiento filosófico de René Descartes. Pero en Oriente, este concepto es distinto.
Ellos piensan que nuestra mente no es lo que pensamos. En Oriente creen que solo existimos cuando observamos, lo cual implica estar presente en el sentido griego del termino: "carpe diem". Y nunca se estará más presente que cuando se ama. Finalmente, San Agustín decía que solo existe el amor, y que su carencia es la nada absoluta. De donde se deduce que el amor es lo que nos da la existencia y no el pensamiento, como decía Descartes.