La Sexualidad es la relación entre dos personas que expresan emociones, sentimientos y también
afectos. Cuando esta comunicación se vulgariza y es exclusivamente genital, se pierden los matices en la comunicación de pareja.
Y es que los seres humanos hemos sido dotados para el contacto piel a piel porque carecemos de vello y estamos orientados de frente. Además tenemos las manos libres y con sensibilidad, y se puede acceder fácilmente a la superficie de la piel, que tiene una temperatura cálida. La piel tiene muchas terminaciones nerviosas, y zonas erógenas muy sensibles al contacto entre las personas. Es una vía de comunicación con posibilidades infinitas y puede expresar emociones como la sorpresa, el miedo, la tristeza, la ternura, el afecto...
Con la Sexualidad se experimenta el placer, es creativa y lúdica y nos permite experimentar con nosotros mismos y con la pareja, de formas muy variadas. Y la procreación se ha utilizado para justificar las relaciones sexuales o para culpabilizarnos, y para que seamos conscientes de que si no la utilizamos de forma responsable, no podremos elegir tener o no tener hijos.
Cuando se forma la pareja se puede elegir una persona del mismo o de distinto sexo, y si llegan al encuentro la diferencia hace que se sientan poderosamente atraídos ... Por eso el sexo es el instinto que, la mayor parte de las veces, nos conduce a buscar al otro género. La Sexualidad es la expresión del sexo, la manera en que nos expresamos como hombres o mujeres, y la afinidad que sentimos hacia uno u otro sexo nos hace distingir si nuestra conducta es homo, bi o heterosexual.
Y si tenemos una relación sexual es como si estuvieramos conversando. Si es con nosotros mismos ya es placentera y podemos mantener un diálogo interno mientras dura la autoestimulación sexual, con fantasías placenteras y agradables. Como a conversar no se puede obligar a otra persona, puede estar callado o seguir el ritmo de la conversación y disfrutar de ella. Lo mismo sucede cuando mantenemos una relación sexual, se establece un intercambio divertido, alegre y estimulante.
Igual que cuando conversamos podemos expresarnos sexualmente de forma apasionada o provocativa, también puede sugir el afecto hacia la otra persona. No se sabe ... y sabemos cómo empieza pero no cómo va a terminar. La buena comunicación sexual es casi imprescindible. Claro la comunicación está limitada en el tiempo, aunque podemos repetir si queremos con el permiso del otro, y si obtenemos placer volveremos a repetirla, a gozar de esos premios sensuales, emocionales, afectivos ... que nos ofrecen disfrute, agrado y momentos de felicidad.
Wilhelm Reich nos explica el significado de dos actitudes una activa y otra pasiva, y afirma que "una suave caricia en una zona erógena puede provocar una sensación placentera en un individuo, y nada en otro que percibe únicamente un tocar o un frotar".
El sexólogo ayudará a entender esta diferencia que causa angustia en la convivencia en pareja, para que se pueda sentir la necesidad de repetir el placer.