Con un calor sofocante, sudando a cántaros y sin poder beber demasiado por obvias restricciones, el mes de julio ha transcurrido con paso más lento de lo habitual (la tríada vacaciones-playa-piscina suele provocar un aumento de la velocidad temporal consciente), fruto de esa sequía imperecedera que aboga por contrariar a los expertos del llamado “efecto invernadero”, el cual insólitamente (dicen) debería provocar más lluvias.
Supongo que el calor sofocante de Nueva York es lo que indujo a un colérico Russell Crowe a lanzar el móvil a un pobre recepcionista por negarse a contactar con su esposa, práctica a la que sin faltar tiempo se han apuntado en la provincia de Málaga, donde la empresa Opengate (que, suponemos, se aburre bastante) se dedicó a repartir teléfonos usados para que todos pudiesen estamparlos contra el asfalto con la mayor fuerza posible (sic).
Y ahora hablaremos un poco de dinero. Este mes se ha vendido el guión más caro de la Historia del Cine: se trata del manuscrito que Marlon Brando utilizó para interpretar a Vito Corleone en El Padrino, subastado por la firma Christie's en 318.000 dólares y adquirido por un postor anónimo. Sin embargo, si este alocado señor tuvo que pagar, los que vayan a ver Cinderella Man en los cines AMC de Estados Unidos pueden negarse. ¿Cómo?. Si no les gusta, les devuelven el dinero. Alto y claro. A ver si alguien me devuelve lo que me he gastado en Fin de curso, La guerra de los mundos y La casa de cera sin tener que vérmelas con un gorila como Crowe… en fin, no creo que nadie se anime.
En cuanto a los próximos proyectos que este mes han reportado novedades están los Inglorious Bastards que ya no filmará el ladrón de guante blanco más eficaz, Tarantino, encantado ahora con su nuevo proyecto, una peli de Kung – Fu de la que, por no saber, no sabemos ni el título. Por otro lado, dos películas basadas en hechos reales llegarán el próximo año a los cines: Oliver Stone, apocado tras el fracaso de Alejandro Magno, vuelve al siglo XX para filmar una ficción sobre el 11-S que protagonizará Nicolas Cage, y el productor Frank Marshall, responsable de éxitos tan desmedidos como El sexto sentido, Indiana Jones y templo maldito o Señales busca director para contar en imágenes la biografía del ciclista Lance Armstrong, reciente ganador de la ronda francesa. Además, y siguiendo con el marco deportivo en el cine, el Real Madrid ha presentado este mes Real, la película, primer largometraje (y esperemos que sea el último) basado en el sentimiento unificador y profundamente espiritual que este club transmite por el mundo (esto último es broma).
En cuanto al cine español, tenemos una vez más declaraciones frescas: 'la tendencia hacia lo comercial puede ser muy peligrosa porque mata la posibilidad del cine de autor', ha dicho el crítico e historiador de cine Fernando Méndez – Leite. Esta afirmación me puede parecer discutible o no, pero está claro que primero debería predicar con el ejemplo, aplicarse el cuento, y no elogiar al cine español por doquier como nos tiene acostumbrados en su, por otro lado, bastante práctica Guía del Ocio.
Este mes de julio también nos ha traído desgracias, como no podía ser de otro modo, y quizás en este caso de mayores proporciones que las buenas nuevas. El director italiano Alberto Lattuada, que codirigió Luz de variedades junto a Federico Fellini, ha fallecido a los 91 años de muerte natural, y en otro orden de cosas, sin duda la noticia más relevante del semestre ha sido el atentado ocurrido en Londres, que se saldó con más de 50 muertos y que “tapó” los ojos y los oídos de todos los occidentales. Al día siguiente, en un país muy lejano llamado Irak, en una ciudad aun más difícil de pronunciar, 30 niños desaparecían de un plumazo (perdón, de un bombazo). Aquí, nadie dijo nada.