Parece ser, según informan numerosos medios de comunicación, que los dos principales partidos de nuestro pais han llegado a un punto de acuerdo. Sin embargo, que nadie se preocupe. La razón de aquel milagro, no es otra que la de evitar que persista la discriminación sexual en las sucesiones nobiliarias. Es decir, para las cosas serias el PP y el PSOE siguen enfrentados.
Aunque parezca mentira, la noticia es cierta. De hecho, en muchos de los medios de comunicación que hace escasas semanas criticaban la ley del matrimonio homosexual, ahora hemos podido leer loas a una decisión como ésta, tildándola de necesaria para hacer prevalecer el derecho a la igualdad que ampara el artículo catorce de nuestra constitución.
Invocar el derecho a la igualdad para esta materia es un contrasentido. ¿Acaso la subsistencia de aquellos títulos de nobleza, no marca ya una desigualdad para con el resto de los mortales? Entonces, qué pretendería esta ley. Las instituciones nobiliarias, son por definición contrarias a los valores democráticos y, por ello, si verdaderamente se pretende hacer valer el artículo catorce, en lo que PSOE y PP debieran haberse puesto de acuerdo es en acabar con aquellos títulos.
Consciente de que los ideales republicanos aún no imperan entre los españoles, no es menos cierto que la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres debe llegar a todos los escenarios. Así que, si el escenario nobiliario se mantiene, al menos que las mujeres no sean en él discriminadas.
Sin embargo, aquí viene mi duda. ¿Afectará esta especie de democratización de lo indemocratizable a la Corona española? Imagino que no, lo que es bastante reprobable ya que, si es indigno mantener discriminaciones sexuales en cualquier ámbito, cómo van a permitir nuestros políticos que éstas subsistan en la jefatura del Estado.