Una vez más, ha quedado demostrado que los españoles no nos hemos cansado todavía de los talent shows. “La voz” es, sin duda, un formato inteligente. Un OT de lujo. El clásico concurso televisivo para ganar un contrato discográfico ante un jurado que, cambiando la estrategia que suele seguir Telecinco en sus contenidos, son cantantes -unos con más prestigio y trayectoria que otros-, y que muestran, al menos, una mayor empatía con los participantes. Su papel en este juego no es humillar y vapulear al pobre incauto que se presenta a un casting en una cadena de televisión. No. Su papel es elegirle -o no- para su equipo y entrenarle para ganar la voz. Por eso, ni siquiera se les llama “jurado”. Melendi, Bisbal, Rosario y Malú son “coaches”.
La primera gala ha convencido. El suspense de no poder ver a los concursantes antes de decidirse (incluyendo a una chica, -repito: chica-, que cantó como si fuera el mismísimo Bryan Adams), la intriga de no saber en qué momento alguno de los cuatro giraría su silla para aceptar al concursante en el programa y por supuesto, la promesa de que los participantes tienen realmente voces extraordinarias han brindado a Telecinco un 30% de share sin temblar. Estaba claro.
Ya durante la emisión era posible intuir el éxito de audiencia de este nuevo formato gracias a su presencia en Twitter, donde los TT en España eran #lavoz, #EstrenoLaVoz, Malú, Melendi e incluso algunos de los concursantes como Angélica (una cantante aflamencada que se marcó una magnífica versión de “Volver”) y Yago (el que se habría convertido en el Justin Bieber español si alguno de los cuatro se hubiera dignado a girarse) han tenido ya sus diez minutos de fama en Twitter. Y parece que no serán sus únicos momentos de gloria.
La gala nos dio hasta alguna que otra frase célebre de nuestros coaches, como “¿Cuántos años tienes Yago?, -16. -Yago, tienes 16 años” que fue parodiada en Twitter. También lo fue la insistencia de Melendi en girarse para aceptar concursante demasiadas veces, la frase “Vete con Malú” porque ninguno de los participantes terminaba eligiendo a la cantante o los repetidos “olé mi niña” de David Bisbal.
Y no podemos olvidarnos de su conductor. La voz es el típico programa que está hecho para Jesús Vázquez. ¿Quién, sino, podría presentarlo? Si a esto le añadimos las imágenes de los familiares sufriendo durante la prueba final, los comentarios de apoyo de padres y amigos, las lágrimas de los presentes y un casting de personajes bastante bien elegido, tenemos la fórmula perfecta para triunfar. Y es que en España, nadie hace los realities como Telecinco. La promoción que la cadena le ha dado estos meses al programa ha tenido sus resultados. Al menos, las cinco primeras emisiones, que constarán de las pruebas a ciegas para elegir a los 54 concursantes y el equipo de famosos en el que se formarán, prometen tener enganchados a los españoles frente al televisor.
La pregunta será si después de la fase de audiciones, el programa sabrá mantenerse con un casting de 54 cantantes compitiendo por ser la voz. Habrá que esperar para verlo.