Por sorpresa, sin filtraciones porque ella así lo quiso. Y nunca pasaba nada si ella no quería. Esperanza Aguirre dimitió el pasado lunes como Presidenta de la Comunidad de Madrid y como diputada regional, pero asegura que no abandona la política, solo la primera línea. Para todos los que creemos en el liberalismo es una lástima perder de la política española a una política de la talla de Esperanza Aguirre. Comprendo que no a todo el mundo le haya sido digna de su devoción, pero criticó a Rajoy si así lo pensaba y no pensaba lo que decía, actitud que muchos valoramos ya que en política no gusta lo de irse por las ramas ni lo de ser siempre políticamente correcto (no nos engañemos).
Durante la rueda de prensa habló de su familia y que a partir de ahora se dedicaría a todos ellos y a “no sé bien bien a qué”. Una rueda de prensa con la voz entrecortada que deja la democracia entrecortada. Y digo esto porque hoy (y más con la crisis) existe mucha desafección por la política española, y quizá esta desafección sea mayor en los jóvenes. Muchos me explican que no les gusta el sistema actual, y no porque sean antisistemas, sino porque dentro de la democracia existen varios tipos y después de un programa de televisión que dieron el pasado domingo todos estemos algo mas enamorados del sistema suizo… Repetida es la frase de “todos los partidos o políticos son iguales” y no, Esperanza no era igual que el resto de los políticos…
Se cierra una etapa en España y en Madrid con la dimisión de Aguirre, dentro del PP nos quedamos sin madre, la madre del liberalismo y quien muchos teníamos como referente. Pero aun así debemos estar preparados para cualquier situación de este tipo, y más estando en política, porque la crisis no cesa y el paro sigue incrementándose. Hoy algunos seguimos por nuestro camino con paso triste pero pisando fuerte, porque de todos es tarea para salir de la crisis y de hacer las cosas que hay que hacer.
Algunos dicen que su salida de la política no está relacionada con su salud puesto que ya le ganó la batalla al cáncer, e insinúan que su salida tiene que ver con la política actual del Gobierno. No lo sé. Pero lo que si que es cierto es que si ella tuvo que criticar a su partido lo hizo, no para crear ningún tipo de división, sino porque creía (igual que todos aquellos que somos críticos) que el PP puede ser el mejor partido político, y por tanto sus críticas eran constructivas para cambiar en algunos aspectos el Partido Popular a mejor. Gracias por todo, Esperanza.