Ya está exposición pública el PGOU de Castellón. Ese que fue declarado nulo por el Tribunal Supremo y que el Ayuntamiento de la capital se está resistiendo con uñas y dientes a tirarlo a la basura para redactar un Plan como Dios manda y que se ajuste a las necesidades de nuestra ciudad para el Siglo XXI. Pues bien, no pierda la oportunidad de dar una vista la documentación de la que consta el “nuevo” Plan y reírse un rato.

Es como si a una octogenaria se pretendiera hacerla joven con unas cuantas capas de pintura y maquillaje pero por debajo aun se notara la artrosis y la chepa que a todos nos sale con el paso de los años. El Ayuntamiento de Castellón se ha limitado a ponerle tapas nuevas a la documentación de 1998, a hacer un batiburrillo de documentos que ha ido compilando a lo largo de estos años en materia de movilidad y estudios acústicos, y a justificar en una memoria porqué lo ha hecho tan mal en los últimos quince años.
Ahora, usted, que fue uno de los casi 700 ciudadanos que presentó alegaciones hace tres años y que se las desestimaron  porque sí (y a callar), no se preocupe en buscar a su abogado o su arquitecto. Presente las mismas alegaciones. Y tal como ha hecho el ayuntamiento, con que le cambie la fecha será suficiente. Ante este ayuntamiento de corta y pega, sin ideas de futuro, tampoco va  a tener muchas opciones de que le acepten sus sugerencias. Pero por lo menos no se gastará más dinero.

La gran oportunidad que hemos tenido en los últimos cuatro años de redactar un nuevo PGOU de la capital metropolitana para el Siglo XXI, ha sido de nuevo desperdiciada por pura cabezonería.