Parece que el problema de peso que Chávez había acarreado por mucho tiempo ya quedó atrás, el cuidado en su alimentación lo mantienen con tan sólo 7 libras por arriba de las 160 que necesita para estar listo el viernes y enfrentar a su primer rival: la báscula. Una vez superado este obstáculo, se espera que suba el sábado con 180 ó 185 libras. Chávez Jr. confirmó que no habrá ninguna complicación al respecto y que el viernes dará el peso necesario para librar el protocolo previo a la batalla y subir al ring a defender por cuarta ocasión su título de peso medio del Consejo Mundial de Boxeo.

"Estoy muy bien, mejor que nunca, ya no hay los problemas que se habían dado en el pasado", declaró Julio César Chávez Carrasco.

El hijo de la leyenda mexicana ha peleado entre las 159 y 160 libras en las últimas 7 peleas, todas ellas de campeonato y hasta la batalla de Marco Rubio en febrero de este año, se notó a un Chávez en control de su peso. Para la última pelea, apenas el 16 de junio, ante Andrew Lee, se vio a un Julio César diferente, con más estilo de boxeador y que dejó mejor sabor de boca para el público de El Paso, Texas.

Para la hora de la pelea, el sábado 15 de septiembre, se espera que el Junior pese 180 o 185 libras, algo que según su entrenador no le afectará en el desempeño arriba del ring.

"Es chistoso porque a mí no me gusta que un boxeador suba más de 10 libras después del pesaje oficial porque puede causarle problemas, pero es un chico joven y nos la hemos arreglado antes y lo podrá hacer un par de años más", comentó Freddie Roach. "Es por eso que después de esta pelea a mí me gustaría que subiera a las 165 y pelee en un peso más cómodo, pero esa es mi opinión, él dirá si quiere seguir peleando en las 160, ahora está feliz, aunque batalla un poco no lo aniquila y una vez que sube con 180 ó 185 libras, él se siente bien y mientras él se sienta bien yo estoy feliz".

Sin embargo, en la esquina contraria, el "sobre peso" de Chávez a la hora de la pelea no es algo que les intimide, por el contrario lo ven como ventaja a su favor.

"Está bien. Hacer subir a Chávez de 160 a 185 libras le puede pegar un golpe fuerte al cuerpo y le va a pasar factura. Espero que suba más, mejor para nosotros, hay más lugar para pegarle", declaró Pablo Sarmiento, entrenador de Sergio Martínez. "Desde que se tomó la pelea, ya lo sabíamos (que subiría con más peso)".