Con más de 4000 deportistas de más de 160 países estos son los juegos en los que más compiten diferentes naciones sobre una sola ciudad, siendo solo superada por las Olimpiadas (con 205 países), y muy por encima de los mundiales de alguna disciplina (como el fútbol donde solo acuden 32 equipos a la sede final).
En su acto inaugural se presentaron a los paraolímpicos como una victoria de los derechos humanos y el reconocimiento a la igualdad de los discapacitados, tradicionalmente injustamente despreciados.
A diferencia de las Olimpiadas donde se homenajea a Grecia y se traduce todo al francés (por la importancia que tuvo imperio tuvo en 1896 en organizar estos juegos modernos), en los paraolímpicos solo se habla inglés y se elogia a Londres 1948 como la primera sede de estos juegos.
Todos los discursos se iniciaban saludando a la reina y a los miembros de su familia real, pero no a ningún gobernante electo, mientras que el himno nacional se llama “Dios salve a la reina”. Elizabeth II se limitó a inaugurar estos juegos, así como antes a las olimpiadas, con un simple mensaje de escasos segundos, lo cual demuestra su tremendo poder.
No existe institución política menos igualitaria y más arcaica que una monarquía, pero, en este caso, la más importante del mundo, la británica, se vanagloria de haber sido la primera y la última anfitriona de los juegos que promueven los derechos de los minusválidos y también de sus leyes internas de salud estatal total y gratuita y de fuertes beneficios a los discapacitados, así como en promover la ciencia más avanzada.
El acto inaugural comenzó con una presentación del más célebre parapléjico que hay (Stephen Hawkins) describiendo y escenificado al la gran explosión que dio origen al cosmos y se basó en sus constantes apariciones y alocuciones a la importancia de la necesidad de lograr una teoría de la física que unifique a las dispares de la gravedad y de la mecánica cuántica.
En el estrado estaban varios miembros de la realeza (pero no Harry, cuyas recientes fotos porno la monarquía quiso no-democráticamente vetar para que sean publicadas en Gran Bretaña) y el primer ministro y el alcalde londinense, ambos conservadores; pero no había ninguna laborista (pese a que ellos fueron los que gobernaban Londres cuando se dieron los primeros paraolímpicos de 1948 y cuando lograron ganar el concurso por ser sede olímpica en 2005) ni el liberal vice-primer ministro (un indicativo de lo agujereada que esta el actual régimen de coalición).